Narrador omnisciente
"No puedes quedarte aquí, vamos levántate, busca a Zaid, tu bebé te necesita" era la mente de la chica que le mandaba ese tipo de mensajes, no la dejaban descansar en paz. Greta abrió los ojos, seguía en este maldito infierno por tanto su hijo también.La castaña a duras penas comenzó a levantarse, observó el río de almas en pena que estaba a su lado, se escuchaban los gritos de esas almas perturbadas. En el reflejo del Río pudo observar una sombras a su espalda -carroñeros- murmuró y comenzó a correr por aquel infierno.
Camino por una zona boscosa tratando de alejar a los carroñeros esa zona era tenebrosa y encontró algo que la dejó perturbada -mi niño, no -con el corazón en la mano, había encontrado un zapato, el mismo zapatito que le había puesto a su hijo esta mañana, sentía que se moría, se le heló la sangre. Cayó de rodillas al suelo, se sentía derrotada, acabada lagrimas comenzaron a abarrotar sus mejillas, estaba cegada por el dolor.
En eso escucha unos pasos a sus espaldas, se levanto rápidamente sacando una navaja que le había dado Nathaniel, era uno de los carroñeros, pequeños demonios que devoran todo a su paso.
-No van a volver a pasar sobre mi - uno de los carroñeros se adelanta a sus hermanos, abría su boca en busca de la energía de la chica. Greta tomó la navaja y se la encajó en el cuerpo, haciendo que el carroñero gritara y una de las garras arañara el brazo de la chica.
Dereck al escuchar el grito del carroñero, salió en busca de aquel sonido, sabía que su chica estaba cerca, lo podía oler. La vio peleando con 5 carroñeros, sonrió de lado ~esa es mi chica~ gritaba su lobo interior. Atacó a uno de los carroñeros que la querían atacar de espaldas.
Greta al ver a los cuatro carroñeros en una orilla, se preocupó "¿Dónde esta el quinto?" En eso se escucha el grito del carroñero, observa una figura que no creyó ver, un lobo, su lobo arrinconó al 5to carroñero con los demás.
La chica creyó que estaba alucinando al ver que el lobo no le hacía nada a ella "es un truco de tu mente o del mismo infierno, Dereck no está conmigo, menos aquí" comenzó rápidamente a hacer esa danza de demonios que había tardado unas semanas en perfeccionar, para inmovilizarlos y dejarlos sin energía, como toda cazadora.
Cuando acabo su ritual de cazadora, sintió como unas manos la rodeaban abrazándola por detrás, sintió una respiración en su cuello, estaba a nada de atacar con la navaja, pero esa conocida maniobra para Dereck la detuvo.
-Intentas hacer los trucos que yo mismo te enseñe, mi amor -murmuraba el castaño, abrazando más a su chica, la había extrañado su aroma, todo.
Greta dejó caer la navaja conteniéndose las lágrimas, no quería voltear para caer en la ilusión que el demonio mayor u otro de la especie le estaban jugando una broma. -Déjame salir -Esto parecía tan real.
-Mírame amor - La hace que gire Dereck sosteniéndola de la mano- Soy yo - La hace que le toque las mejillas - reconóceme mi cielo, soy yo -estaba desesperado por él como estaba su chica- tu lobo, soy Dereck We-Lo interrumpió Greta, con un beso en los labios necesitante, era su Alpha.
Dereck la tomo de la cintura atrayéndolo más a él, había deseado probar esos labios de nuevo. Estar solo con su luna, aunque sean los pocos minutos.
-No quiero despertar - murmuraba Greta cerrando los ojos, aún abrazando a Dereck -temo perderte Dereck -con la voz rota- Qué esto sea un truco... ya estoy cansada de esta situación, de no poder confiar en nadie, de dormir y despertar con la sensación inminente de muerte acechándonos.
-No es un truco, no dejare que nadie más perturbe tus tranquilidad, mi Luna-murmuro con Dereck con algo de ternura acariciando su cabello -cuando llegue aquí, el demonio mayor se separó de mi cuerpo, mírame Greta - La chica abrió los ojos, observo sus ojos, mirando ese azul en el iris, sin ningún rastro de rojo -Te amo mi luna, ya extrañaba ver esa sonrisa en tu rostro -sigue besándola con necesidad.
-Te amo Dereck - le dijo entre el beso, mientras jugaba con sus cabellos -Sabia que ibas a volver mi Alpha-sintiéndose por unos momentos completa, dándole otro beso necesitante, en eso se cayó el zapatito que ella había recogido -Zaid - murmuro Greta volviendo a la preocupación -nuestro hijo, Dereck -el castaño tomó el zapatito y percibió un olor peculiar.
-Estará bien, vamos por nuestro hijo -sonrió de lado, algo había percibido Dereck, pero no iba a adelantarse -confía en él, es un futuro Alpha, sabe cómo cuidarse.
-Pero tiene sólo un mes, me necesitaba y no pude evitar que lo lanzaran al inframundo ¿qué clase de madre soy? — se reprochaba con mucha culpabilidad- Es un bebé, debí cuidarlo mejor - murmuro.
-Mi querida Luna, no te culpes, sé que hiciste lo mejor -La abraza tratando de calmarla - Zaid es un lobo también, nosotros nos desarrollamos más rápido -alza la ceja y sonríe de lado engreídamente - ademas es mi hijo, esta bien dotado.
Greta se sonrojó y asintió. Dereck sabía que necesitaba mantener a su chica calmada, tenia la misma preocupación que ella, su bebé estaba en problemas y no quería que le pasara nada. Pero sabía que si él se ponía mal, Greta no iba a estar mejor...
-Vamos entonces, Zaid nos espera -con toda la confianza del mundo decía Greta recogiendo su navaja -Me pareció ver unas ruinas para el Este de aquí, quizás por ahí está -comentó la castaña con una sonrisa de lado.
-Vamos mi amor - le regreso la sonrisa de lado Dereck con una mirada amarillosa-tenemos que ir por él - tenia el presentimiento que se encontraría a alguien, ese hedor característico en el zapatito de su hijo, era inconfundible. Con seguridad sabía que lo habían dejado para que lo encontrarán, el lobo tenía el presentimiento que todo estos sucesos que habían pasado estos meses, había sido un plan cuidadosamente tejido por alguien.
Unos minutos más tarde, Greta iba montada en su lobo, aquel que ella misma llamó su Husky Siberiano Gigante, ahora lucia como un lobo sediento de saber cómo está su hijo.
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¿Mi profesor es un hombre lobo? ¡¿Qué?!
Hombres LoboGreta O'Connel una chica con aspiraciones y sueños, acaba de ingresar a la universidad. Ella pensaba que encontraría paz y tranquilidad en la ciudad natal donde creció su madre, pero se da cuenta que nada es lo que parece. Una tradición familiar que...