1. raptada

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Bulma se despertó desorienta, no recordaba bien que sucedía, estaba acostada en el piso metálico y frío de un lugar que desconocía, sentía sus mano maniatadas por una soga de una textura que no reconocía, trato de levantar su vista y vio que no era la única allí.
Otras mujeres, sentadas o acostadas como ella estaban ahí, llorando o tan desorientadas como ella. ¿Qué sucedía? Hasta que lo recordó.
Era un día soleado, la ciudad Satán estaba apacible y parecía un día común como todos los demás. Bulma había ido al shopping a comprar ropa de la nueva temporada, estaba recorriendo los locales cuando una explosión en el centro del lugar la arrojo lejos de donde circulaba.
Una nave había aterrizado en el shopping, hombres monos salían del interior de esta con trajes extraños y estrafalarios, lastimando a toda persona que se le cruzaran en el camino. Bulma trato de incorporarse, pero sintió que alguien la tomaba por su tobillo y la arrastraba, ella comenzó a moverse, quería zafarse, pero un golpe en la nuca la había dejado inconsciente.
Ahora ella estaba ahí tratando de comprender la situación, ella era una científica a pesar de su corta edad, 16 para ser exactos, ella podía utilizar la lógica y su lógica decía que una raza extraterrestre la secuestro a ella y a las demás para la esclavitud, ¿Para qué otra cosa querían a las mujer solas?
El viaje fue relativamente corto, dos horas, pero para la percepción de Bulma fue un tiempo muerto en el cual su miedo y su agonía iba en aumento, la histeria la dominaba, no quería estar ahí, esa situación límite la ponía de los pelos pero el conformismo lógico de cierta manera la tranquilizaba ¿Qué otra cosa podía hacer más que esperar? Esperar a que la maten o matarse, total ya no había nada, sus padres tal vez estuviesen muertos, ser una esclava no era su deseo de vida, ni siquiera era una opción viable. Prefería la muerte.

La nave aterrizo y se abrió la puerta en el sector que Bulma y las demás muchachas se encontraba, dos hombres monos empezaron a gritar, las chicas se asustaron al no entender que decían, era un idioma extraño.
Ellos comenzaron a agarrar a las chicas y llevárselas, cuando el turno le toco a Bulma, ella se resistió y empezó a patalear, fue en vano ya que la entraron al castillo de cualquier forma.
Una anciana estaba allí junto a las muchachas que fueron sacadas de la nave, la anciana al ver el estado de Bulma hablo.

Kaede: ¡ya calmate! - Bulma se sorprendió porque podía hablar su idioma.
Bulma: tu.. ¿Tu hablas japonés?
Kaede: sí, tengo que saber el idioma de las muchachas que ingresan aquí, aunque no te acostumbres, tendrás que aprender a hablar, leer, respirar y comer Sayan.
Bulma quedo callada, le sorprendía esa afirmación y el tono de severidad de la anciana, era una realidad y ya no una sospecha, ella sería esclava y se quedaría allí hasta que pusiera fin a su vida.

Kaede: ahora que se encuentran todas, acompañenme - la mujer se dio vuelta y comenzó a caminar, las chicas la seguían como podían con las manos atadas sobre la espalda, el pasillo de piedra parecía interminable y lúgubre, hasta que llegaron a una puerta electrónica que media dos metros, la mujer se detuvo en ella e introdujo en un teclado unos dígitos que hicieron que la puerta se abriese. - pasen.

El lugar era enorme un pasillo ancho con pilares y telas que cubrían la inmensidad de esa sala que finalizaba con otra puerta igual de grande que la anterior, la anciana guió a las muchachas hacia las telas, al abrirlas las muchachas se sorprendieron. - Esta será la recámara de ustedes, cada una pertenecerá a este harem, aunque luego del baño les indicaré a que sayan guerrero de la corte pertenecerán como criada.

El baño era un lugar de lujo, era espacioso, cada una tenía su regadera propia y en total eran cien, había asientos y camas de piedra para que las criadas se bañaran de forma relajada o les propiciaran masajes para la mejor circulación de la sangre.
Las muchachas fueron desvestidas pero Bulma luchaba contra la esclava que quería desvestirla.
Bulma: ¡No quiero! ¡No me pueden obligar! ¡Matenme de una vez!
Kaede al escuchar los alaridos interrumpió: ¡Mocosa! Tu no puedes exigir nada ahora, no eres nadie, perteneces al harem, ya no eres una persona sino una cosa, si quieres tener voz y voto debes darle un hijo al Sayan guerrero que te haya tocado, mientras tanto no eres nada, eres como el piso de este lugar, yo no te mataré ni ninguno de los criados y eunucos, porque a pesar de la jerarquía, somos iguales a ti, cumplimos órdenes, el único con la capacidad para matarte, será tu amo. ¡Así que comportate!
La anciana tenía razón y Bulma entendió que debía obedecer, esa anciana cumplía órdenes, hasta ella de seguro había ingresado allí de la misma forma que Bulma, ¿Por qué hacerle pasar un mal momento a alguien que actúa solo por sobrevivencia? Decidió que era mejor cooperar, el amo que tendría la mataría tarde o temprano pero prefería que sus últimos momentos fuesen mas tranquilos.

Las muchachas se bañaron y fueron revisadas, su complexión, su salud física, pero lo más importante, si conservaban su virginidad.

Terminada la revisión fueron mandadas al centro del harem, a ese pasillo grande y Kaede comenzó la selección. Cuando le toco el turno a Bulma, la anciana sonrió: Entonces tú ¿Quieres morir?
Bulma: sí
Kaede: Entonces pertenecerás al harem del príncipe Vegeta.

Las criadas que ya eran parte del harem y veía la selección se quedaron heladas a escuchar a Kaede, pero si esa humana de pelo azul quería realmente morir, el príncipe vegeta como su amo, era la mejor opción.

Continuará.

El Harem De VegetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora