15. Shallow

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Esta bien, quedate con ese animal...— suspiro mientras se tapaba la cara con la mano.
— ¡¿De verdad?!— chillo — no eres tan malo, después de todo — lo miro y sonrió, el príncipe también la observo profundamente.

Ella que ya tenia al gatito en sus brazos lo apretó más fuerte y en la distancia Vegeta la veía, tan ajena a él, tan diferente, ella sentía compasión, pero a la vez tenía algo que le reconocía y era tal vez lo que los acercaba, la soledad...

Cuéntame algo chica
¿Eres feliz en este mundo moderno?
¿O necesitas más?

— ¿Por qué te hace feliz tener a ese animal? — el príncipe puso sus brazos atrás de su espalda agarrados y miro el cielo rojo.
— me recuerda a mi padre. — mirando al gato a los ojos. — a él le gustaban mucho, supongo que lo sigue haciendo.

¿Hay algo más por lo que estás buscando?

— ¿lo extrañas?

Bulma se dio vuelta en redondo y volvió a ver al príncipe, quedo azorada por la pregunta tan íntima que había formulado él, parecía tan frío, tan distante, tan alejado a los problemas o sentires de los demás, que esa pregunta término confundiendo a la peliazul.
Acaso ¿a él le importaba lo que le pasaba a ella o trataba de ser amable por el sexo?
No cerraba por ningún lado la pregunta ni la respuesta. ¿Quería acercarse tal vez para generar un vinculo mas fuerte? ¿Era la incomodidad del silencio lo que propiciaba la charla? ¿O la soledad?

Todas estas preguntas invadían el subconsciente de Bulma, buscando alguna respuesta lógica que saciaría la duda del momento.
Pero nada se le ocurrió como alternativa de respuestas a estas y suspiró, decidió sólo responder lo que el príncipe había mencionado y anular todos los disparadores que se efectuaron tras esto.

Vegeta la escuchó suspirar, malinterpretando la acción, afirmando que era por la familia de ella ese dolor.

A Bulma le dolía, no lo iba a negar, pero no descubrir el accionar del déspota la sacaban de quicio junto a los interrogantes que lo llevaban tal vez a preocuparse por ella.

Estoy cayendo
En todos los buenos tiempos me encuentro esperando el cambio

Sí, todo el tiempo — sus ojos se cristalizaron, pero mantuvo su postura serena, recordó todas las noches que se sintió sola en ese lugar y cuanta falta le hacia su padre y su madre, ella ¿habría sobrevivido?

Y en los malos momentos me temo a mí mismo

— es normal extrañar algo que suponías que estaba ahí pero ahora parece lejano — sus facciones se mostraban duras pero se estaba sincerando.

Dime algo chico
¿No estás cansado tratando de llenar ese vacío?
¿O necesitas más?

¿Qué era eso? Bulma se sonrojo, Vegeta le estaba abriendo su corazón, él se sentía solo como ella y estar ahí hablando lo comprobaba. Lo entendía, él necesitaba algo mas que sexo. Pero su orgullo no lo demostraría en su totalidad.

— tienes razón, supongo, a veces puedes estar también rodeado de personas, sentir el vacío y que sólo esa persona que buscas, es la que puede llenar ese hueco en el corazón — miro fijamente a los ojos de Vegeta.
—hmp. — se cruzo de brazos y miro por otro lado, otra vez su orgullo hablo.

¿No es difícil mantenerlo tan duro?
Estoy cayendo

— ¿sabes? Creo que te dije, cuando estaba aquí, me sentía sola, todos los días eran lo mismo — observo las rosas y las toco, se acercó a otra y la olió — pero cuando te conocí, sentí que respiré un poco.

Vegeta exhaló y se enrojeció, era como una declaración de amor implícita.
Para él también fue eso, su vida era una continúa rutina aburrida, saciaba su sed de lucha, muerte, sexo pero había algo que lo seguía atosigando, molestando. Como una espina que se inscruta imperceptible y no la puedes sacar con nada de lo conocido, hasta que algo te muestra que se puede extirpar.
Esa solución, ese insight, esa iluminación, ese sol resplandeciente que hace que el corazón se fagocite de alegría, Bulma. La mujer que no le teme a lo que Vegeta sí, a él mismo.

En todos los buenos tiempos, me encuentro anhelando un cambio
Y en los malos momentos me temo a mí mismo

— Necesitaba un cambio, una emoción, una aventura y tú me la diste. — lo miro
Él se acerco a ella y la abrazo. Él no podía demostrar con palabras lo que sentía, tampoco comprendía que sentía o que lo turbaba de ella, los hechos, como el abrazo, trataban de decir algo.
Estaba perdido, tres días con ella y ya se sentía profundamente confundido.

Cómo un Romeo y Julieta. Él se había enamorado. Se sumergió hacia el abismo, a lo hondo, no había salida de allí, de esa emoción turbulenta un tanto caótica y otro tanto dulce. ¿El príncipe se daba cuenta de ello, de ese sentimiento que nacía tan deprisa y de manera intensa? Tal vez, pero aunque en su sentir mas privado lo admitiese hasta con cierto pudor, lo negaría con fervor si tan sólo alguien se lo advirtiera públicamente. Pero nadie osaría tal acto, supuso.

Estoy fuera de las profundidades, miro mientras me sumerjo

Bulma se corrió un poco del agarre del sayan — gracias por haberme cambiado de perspectiva y de sacarme de ese período de latencia, también por traerme aquí, poder haber salido del harem y dejarme quedar con el gatito — miro a la bola de pelos que tenia en el brazo acurrucada — espero poder cuidarte y que nunca te vayas de mi lado.
— eso espero, porque no quiero que haga ningún destrozo en el harem — sentenció Vegeta con semblantes serio, hablándole del gato.
Ella levanto su vista, sus ojos azules se conectaron con los ojos negros del príncipe y tranquilamente argumento — estaba hablando de ti.

Nunca me encontraré con el suelo
Atraviesa la superficie, donde no pueden lastimarnos

Los dos se hundieron en un mar, crearon una conexión propia con símbolos y silogismos que sólo ellos podían comprender. Intimidad.
Los dos estaban jugados, apostaron su última carta y ya no podían volver el tiempo atrás.
Eran ahora, ellos solos y luego el mundo.

Vegeta tembló por tal afirmación, pero logro que ella no descubriera lo que esta le hacia sentir.
Se besaron apasionadamente, tras el paisaje de rosas azul y negra y más arriba el cielo rojo oscuro.

Estamos lejos de lo superficial ahora

La tomó mas fuerte en sus brazos y sintió que alguien se acercaba.

— disculpe señor — hizo reverencia al príncipe, este dejo de besar a la chica para fijar sus ojos en el guardia — el señor Bardock lo espera en la sala.

Vegeta gruño, odiaba que lo interrumpieran. — esta bien, ya voy.— volvió a ver a Bulma — tú ve a mis aposentos, esperame allí.
— ¿y él? — menciono la peliazul mostrando al gato que tenia en brazos.
Él revoleo los ojos. — esta bien, llevalo.— volvió a besar a Bulma y se marcho tras el guardia.

Ella quedo sorprendida y miro a su nuevo acompañante

— ¿Y tu como te llamarás minino, ah?
— miau.

Continuará.

El Harem De VegetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora