43. Prohibido

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Sigilosamente Bulma se acercaba a sus antiguos aposentos luego de un propiciar un baño relajante, caminaba tranquila a sabiendas que era solo por una noche y luego volvería a su habitual habitación en el ala científica, todo marchaba bien, a pesar de que añoraba a Milk y de los sentimientos destruidos que profería ante su captor.

Los murmullos se volvieron audibles y los gritos de las mujeres del harem no se hicieron faltar, la ensimismada peliazul noto el bullicio llegando a la puerta de ese cuarto que había contemplado la muerte de Tama. Unos brazos la tomaron por detrás y taparon su boca y fue presa del pánico. La puerta se abrió. La oscuridad la absorbió.

Despertó del shock, observando como la puerta se cerraba ante sus narices y ella se encontraba en la habitación del horror con un ser que presentía, podía hacer añicos su vida, la soltó y Bulma respiro entrecortada, temerosa de darse vuelta, tembló.

— No te haré daño... — sugirió la voz amigable.

Tomo valor y se voltio, y vio al amigo de su padre, con un semblante relajado, sonriendo.

—¡¿Qué haces aquí?!

El pelinegro movió las manos e inquierio la postura de silencio — shh... No grites... No quiero que me descubran — susurro.

— esta prohibido ingresar en el harem... ¿Quién demonios eres? — sus ojos azules buscaron respuestas y el los vislumbro y reconoció, eran de aquella bailarina que lo había cautivado, era ella, estaba cerca de encontrar a su esposa... Pero algo hacia que le atrajera esa belleza fuera de lo normal, exuberante y... Prohibida.

El griterío era grandilocuente en los pasillos del harem y kaede toco la puerta de la habitación de Bulma, esta ya no tenia clave porque a pesar de la corta estadía de la ex inquilina, esos aposentos estaban vacíos.

— ¡Chiquilla! ¿Estas bien?

Bulma balbuceo y observo al guerrero que tenia enfrente, iba a gritar, quería hacerlo, estaba cansada de problemas y situaciones estresantes y solo quería liberarse de aquella situación y Goku, lo supo, entendió lo que iba a acometer aquella mujer y lo medito un segundo, pero ante la situación extrema, se precipitó.

Beso a Bulma, la callo con sus labios y luego se teletransporto.
Ella quedo anonadada y fría, mientras que Kaede deslizo la puerta viendo la figura estática de la científica.

— ¡Un hombre entró al harem! Una de las muchachas lo vio ¿Estas bien?

La peliazul solo movió la cabeza en señal de que todo iba bien pero sus ojos azules están abiertos mas de la cuenta.

— ve a dormir entonces, pondré a los guardias custodiando tu puerta.

El hechizo del beso se deshizo volteando a ver a la vieja sayan.

— ¿Sabes por qué ingreso aquí?

— lo mas seguro es que te habrá visto bailar y quedo loco, por eso te busco... ¿Estas realmente bien niña? Te vez pálida

— s..si, solo que... Escuche los gritos y me asuste...

Kaede se marchó sospechosa, pero no indagó, de su nieto a la humana, prefería a la científica, veía en ella un espíritu guerrero, lleno de fuego en las venas pero velado y corrompido por un amor desnivelado, se miraba a ella con ojos humanos.

Bulma sólo se acostó y se tapó hasta la cabeza, el miedo la invadió, un sayan la había agarrado, metido a su habitación, besado y desaparecido... Su comprensión de la situación estaba al límite. Cerro los ojos recordando la escena una y otra vez, su piel estaba erizada, sin embargo, pudo conciliar el sueño enseguida.

Vegeta y Bulma estaban mas separados  el uno del otro... El siguiente día ya estaba ahí y para los protagonistas que creían que todo iba a seguir su cause, estaban equivocados.

Vegeta por su lado tomo la decisión de seducir a Milk, la llevaría al jardín de la reina, sin embargo, Bulma trabajaría en el laboratorio.

Llegó impuntual a su lugar de trabajo, un día más a su pequeño ritual cotidianos, se sentó en su silla mullida con rueditas, tomo unos planos y busco las piezas que necesitaba para generar un pequeño motor, su cabeza estaba en blanco hasta que una voz la sacó de la concentración habitual.

— Hija, ven aquí, quiero presentarte a alguien.

— vooy — se levanto y viro a su izquierda, allí estaba su padre con el intruso de medianoche en su alcoba — tú...

Continuará.

El Harem De VegetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora