La primera vez que Theo besó a una chica

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Sol caminaba por los pasillos junto a Rome, acababa de llegar a clases y ya un chico se había ofrecido a llevarle los libros a su salón; ella por supuesto se había negado a eso, no era algo que le gustaba, Theo era su única excepción. Ella creía que si le decía que sí a algún chico, ellos creería que tenían una oportunidad con ella, cuando en realidad el único chico en tenerla era el dulce chico con el que había pasado toda la tarde y noche de ayer mensajeándose.

Theo.

— ¿Te irás con Theo hoy? —preguntó Rome, Sol sonrió y asintió alegre.

—Es lo más cerca que he estado de tener una oportunidad con él, a pesar de ser sólo algo de clases—suspiró—. Pero ayer hablamos hasta tarde y ay, no sabes lo feliz que me siento. Él es tan lindo.

— ¡A ver la conversación! —exclamó su amiga.

Ambas chicas caminaron hasta el salón de clases, Sol se percató de que Theo todavía no llegaba a clases por lo que podía hablar de él sin ningún problema.

—Mira, es todo un coqueto—le dijo Sol pasándole el teléfono con la conversación abierta, Rome lo tomó y comenzó a leer.

De vez en cuando decía algún aww o emitía un pequeño chillido de felicidad. Sol sólo reía por su actitud y estaba pendiente de que el chico no llegase y las descubriera.

—Sí que te estaba coqueteando—dijo—, aunque sabes que él siempre sale con chicas, no sé cómo es de coqueto con las demás.

—Lo sé, ¿crees que no me debo ilusionar?

—No sé Sol, es un chico, con ellos nada es seguro. Pero igual me alegra mucho lo que estás teniendo con él, es el sueño de toda chica con un crush.

Sol asintió y observó a Theo y a Minerva entrar por la puerta del salón, Minerva se adelantó y pasó al lado de ellas hasta dirigirse con una de sus amigas mientras que Theo pasó lento con una pequeña sonrisa cómplice dedicada a Sol quién sólo lo saludó con la mano un tanto tímida para luego voltear y ver cómo éste se sentaba al lado de su mejor amigo.

Theo la atrapó viéndola y la saludó con la mano provocando que Sol se sonrojara y volteara rápidamente.

—Esto es tan lindo—dijo Rome—. Creo que sí le llamas un poco la atención.

Solo iba responder cuando su teléfono sonó avisándole que le había llegado un mensaje.

Theo_7:37am:

Te vienes conmigo hoy, ¿verdad?

Theo_7:38am:

Pd. Me gusta lo que te hiciste en tu cabello hoy.

Sol se llevó rápido una mano a su cabello y sonrió, volteó un tanto simulada para ver qué estaba haciendo Theo y se sorprendió al ver cómo él estaba con la mirada fija en ella. Su amigo hablaba pero él no parecía estar pendiente de lo que le decía.

Sol_7:39am:

Claro, no puedo dejar que hagas tú todo el trabajo

Sol_7:39am:

Pd. A mí me gusta cómo te queda tu suéter.

Theo_7:39am:

Creo que me he sonrojado.

Sol volvió a sonreír ante su mensaje pero esta vez no volteó, sabía que si lo hacía y lo encontraba observándola se sonrojaría a tal punto que sería demasiado notorio para todos. Rome leyó el mensaje y ahogó un chillido de emoción; le gustaba que a su mejor amiga le sucediesen esas cosas.

—Te está coqueteando—le dijo—. Imagínate que te bese mientras hacen su trabajo.

Sol se sonrojó un poco ante la idea, aunque pasó toda esa clase pensando en cómo sería darle un beso a Theo. A pesar de ser joven ella ya había besado un chico antes, fue gracias a un juego de la botella en la fiesta de una de las primas de Rome, el chico tenía un año más que ella así que no se sintió tan extraña al darlo.

Para ese entonces no tenía un enamoramiento hacia Theo, pero le hubiese gustado no haberlo dado y que fuese Theo quién se quedara con ese beso.

Ese primer beso en dónde le entregabas a la otra persona toda la inocencia que podías tener.