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Fabricio lo llevó en el auto hasta la casa de Sol, le preguntó si quería que se quedara a esperarlo pero Theo se negó, se bajó del auto y caminó hasta la puerta de su casa. Intentó calmar sus nervios y tocó el timbre.

La hermana de Sol apareció en la puerta y lo miró con los brazos cruzados.

—Theo, Sol no quiere hablar contigo.

—Por favor Ava, necesito verla—pidió—. Sé que lo arruiné y posiblemente me odie por todo pero quiero contarle mis razones, decirle toda la verdad. Nunca la usé, ella de verdad me gusta.

Ava lo miró seria y luego abrió un poco más la puerta—. Sol no quiere hablar contigo, pero igual dejaré que pase. Está en su habitación.

Theo abrazó rápido a Ava y corrió a buscar a Sol. Se saltó el paso de tocar la puerta y sólo la abrió encontrándola sentada en la esquina de su cama mientras usaba el celular.

Ella lo miró y sus ojos se abrieron de la sorpresa.

—Me bloqueaste de tus contactos—le dijo Theo, ella frunció el ceño.

—Tú me usaste, ya estamos a mano—respondió ella, Theo negó y se acercó—. ¿Qué haces aquí? Quiero que te vayas.

—No, quiero que escuches lo que te tengo que decir—ella se cruzó de brazos—. Sol, disculpa por mentirte. Inicié esto de las pruebas con Minerva al principio de nuestro primer año, yo antes de eso era un niño inseguro, tenía once años y no me sentía muy a gusto conmigo mismo, no me quería, fui al psicólogo y me dijo que debía trabajar con mi baja autoestima; Minerva pensó que sería buena idea si nosotros creábamos algo que nos diese seguridad para hablar con las personas; su hermano nos ayudó a crear el piloto de la prueba, comenzamos incluyendo información que conocíamos sobre las personas y las comparábamos con la de nosotros mismos, pero al pasar los primeros seis meses pensamos que debíamos ser más precisos y creamos los test.

»Pedimos permiso en la dirección del colegio y ella aceptó a que publicara los test, a la gente le gustaba la idea de hacerlos, y a nosotros nos ayudaba a tener información segura sobre ellos. Stuart, el hermano de Minerva, ayudó a crear el formato oficial de la prueba, es la página que viste; uno sólo debía presionar el botón de compatibilidad y ella se encargaba de darte el resultado. Eso me ayudó a salir con chicas, sabía lo que les gustaba y usaba eso a mi favor, hablaba de temas que ellas conocían y me informaba sobre cosas que les llamaba la atención, terminando el año comencé a ganar fama de chico coqueto y todas de la nada mostraron un interés en mí que no había visto antes.

»Empecé a sentirme seguro, creía que si me gustaba alguien sólo podía ver que tal era la compatibilidad e irme con eso, pero luego me interesé en ti y las cosas cambiaron. Estuve los primeros meses de este año intentando que la prueba dijera que había una compatibilidad, quería estar seguro de que te podía gustar pero por mucho que le pidiera a Minerva que acomodara la prueba, ella seguía dándome un no como respuesta. Así que no me importó y me acerqué a ti, al menos como un amigo, quería ver que se sentía probarse a uno mismo sin algo que te diera seguridad y terminaste gustándome como algo más que una amiga.

»Quería decirte lo de la prueba incluso antes de que te dieras cuenta de T&M, pero no encontraba la forma ni las palabras para decirlo; solo pensaba que creerías que soy un chico tonto e inseguro, lo soy pero no quería que tú lo pensaras. El Theo real es alguien cobarde, en cambio el Theo que todo el salón cree que conoce, es el chico más cool que existe, desearía ser ese chico.

—Eres ese chico—le dijo ella—. Todos te aman, están siempre en la boca de todos. Las chicas dicen que eres increíble, que salir contigo es una bomba porque eres lindo, tierno y además besas bien.

—Ella no saben si beso bien o no. Tú eres la única chica a la que he besado—confesó—. Hubo una vez que se corrió el rumor de que Diana y yo nos besamos en una de nuestras citas, y ella dijo que era verdad y que besaba bien, no lo desmentí porque no lo vi como algo malo, y todas a partir de ese momento han dicho que me han besado sólo para sentirse más importantes con sus amigas, pero mi primer beso fue contigo y no he besado a más nadie.

Sol lo miró confundida.

— ¿Me estás hablando en serio?

—No miento, estos labios sólo han sido besados por ti—le sonrió tímido—. Ahora puedes decir que soy tonto, anda búrlate de eso.

—No me burlaría de ti, te quiero Theo y me dolió que me mintieras. Me sentí usada, como si fuese parte de un experimento. Como si fuera una más del montón.

—No quiero que lo pienses de esa forma. Tú no eres una más del montón, tú eres la única que me importa—confesó—. Por eso estoy aquí, por eso quiero que me perdones porque te quiero en mi vida y sé que somos muy jóvenes pero mi mamá dice que uno sólo lo sabe.

Sol sonrió pero su mirada mostraba un poco de tristeza. Sus ojos se veían un tanto aguados y su sonrisa no era del todo sincera. Quería abrazarlo pero no sabía si era lo correcto.

—Te perdono Theo, pero no sé su podamos volver a como estábamos antes.

La primera vez que Theo besó a una chicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora