La primera vez que Theo besó a una chica

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—Métete rápido en la página del colegio, en donde siempre ponen los test—habló Sol por el teléfono.

— ¿Para qué? —preguntó Rome, se escuchó cómo escribía en el teclado—. Ya me estoy metiendo.

—Necesito ver si lees las letras de abajo.

— ¿Cuáles?

—Métete en el test del chico ideal.

—Ya estoy, no veo nada.

—Debes aumentar la pantalla a más de ciento cincuenta y ver lo que dice debajo de los resultados.

— ¿Quién rayos se pone a leer eso? ¿Quién se da cuenta de eso? —dijo frustrada Rome, Sol continuó apurándola para que hiciera lo que le estaba pidiendo—. Ajá, ya lo leí. ¿Qué tiene? Los resultados van para una compañía.

—T&M C.A no aparece en Google, lo busqué y no encuentro nada además de todos los test que se publican en la página del cole.

—Deben ser los del equipo de computación,

— ¿Y por qué necesitarían nuestros datos? —preguntó Sol llena de dudas—. No tendría mucho sentido, no necesitan nuestros datos.

—Puede que sean tipo Facebook y te recomienda cosas que te gustan a través de tus datos—Sol frunció el ceño y negó, fijó la mirada en su computadora y continuó bajando en la búsqueda esperando encontrar algo diferente.

Llevaba más de seis páginas y todas tenían que ver con los test del foro escolar. No le encontraba la causa razonable del por qué podían estar ahí, sólo lo veía como algo que le resultaba muy intrigante.

¿Quiénes podían ser T&M C.A?

~•~

—Sol quiere que su chico ideal sea un rebelde en motocicleta—comentó Theo mientras veía el celular.

Guillermo tomó el control remoto y detuvo la película que estaban viendo para luego voltear a verlo.

— ¿Y?

—Que yo no soy ni rebelde ni tengo una motocicleta, ni siquiera sé conducir una, ni tengo la edad para hacerlo.

— ¿Y? —Theo rodó los ojos.

—Por cosas como estas es que Minerva no te cuenta quién le gusta—el gesto de Guillermo cambió y formó una mueca.

—Tú sabes quién le gusta—respondió—. ¿Quién es?

—No te importa saberlo.

—Claro que sí, es mi amiga.

— ¿Es porque es tu amiga o porque te gusta?

Guillermo se echó a reir y negó con rapidez.

—De qué hablas, ella no me gusta—respondió, Theo alzó una ceja.

— ¿Y por qué no mantienes la mirada? —preguntó—. Cuando no mantienes la mirada es porque estás mintiendo, lo leí en una revista. Además, soy tu mejor amigo, yo sé que ella te gusta.

—No es un gustar gustar pero es un gustar, ¿okay?

Theo sonrió. Sabía que a Guillermo le gustaba Minerva desde hace mucho pero que nunca lo admitiría. Él era de los que le gustaba quedarse callado, podía hablarle a muchas chicas y salir con ellas, pero cuando le gustaba alguien de verdad no sabía qué hacer.

Apenas era un niño y no quería equivocarse.

Pero para su mala suerte, la vida está llena de equivocaciones y uno no puede quedarse en un quizás, en un podría o en un tal vez. Uno debe hacer las cosas en el momento, en vez de arrepentirse de no poder hacerlo; no importa si las cosas no suceden como se desea, no importa si luego te sientes decepcionado, al final las cosas deberán pasar como debían pasar.

—Estás loco por ella—comentó Theo, Guillermo volvió a reír nervioso—. ¿Desde cuándo?

No sé, ¿hace dos años? —respondió y se encogió de hombros—. No es como si llevase la cuenta, sólo desperté un día y lo supe, aunque intento ocultarlo siempre. Es complicado sentir el rechazo.

—Ella no te rechazará.

— ¿No ves que le gusta otro chico?

—Torpe tenías que ser—murmuró Theo—. Pienso que deberías decírselo, al menos para saber lo que ella tiene para decirte.

—Se lo digo si tú le dices a Sol que usas sus datos para saber si vale la pena salir con ella.

—Eso no sucederá.

—Entonces lo mío tampoco—se levantó del sillón—. Sabes que tarde o temprano ella lo descubrirá, ¿no?

—Prefiero que sea tarde.