Narra Alexsha.
—Lexa..—se escuchó.
Abrí los ojos poco a poco. Me había quedado dormida..
—¿Ya llegamos? —pregunté.
—Si...—se acercó y beso mi mejilla. Me ayudo a salir del auto.
Estamos en una playa, es un lugar hermoso. El agua se ve tan linda.. Yeikam sacó las bolsas..
—¿Porque me trajiste a esta playa?—justamente a esta
—Porque me gusta.—respondió.
Saco lo que estaba en la bolsa, era una manta grande.. Compro una botella de champagne y dos copas.
—¿Que celebraremos?—pregunte
—¿Siempre eres curiosa?
Subí y baje los hombros.
—Casi siempre.. —mire la playa, la orilla se ve hermosa.. Es como si fuera mágica.. Nunca había venido de noche, pero esta es mi playa favorita.
Miré a ese lugar que nunca olvidaré.
—¿Te quieres sentar? —pregunto Yeik, asentí.
Me senté en la manta, y el sirvió las copas.
Me entregó una y agradecí.
—Lexa...—lo miré— El fue...
—Lo suponía, tranquilo.—tome su mano, no quería que dijera todo porque se que es doloroso para él. — ¿Te puedo hacer una pregunta?
—Dime...
—¿Porque te gusta esta playa? ¿Que tiene para que te guste?
—No se, solo me gusta y ya..—asentí.
Se acercó a mi.
—¿Te puedo besar? —negué.— Eres mi esposa.
—¿Y eso que? No quiero que me beses..—mentí.
—Esta bien..—se alejó. Tome su rostro y deje un beso en sus labios. — ¿Caminamos un poco? —Sonreí.
Me dijo que me montara de monito en su espalda, al principio me negué pero luego me convenció de que lo hiciera... Camino por toda la orilla de la playa, se mojo un poco sus pies, y su pantalón.
—Yeikam..—lo llamé
—¿Si?
—¿Vez esa casa de allá? —señale una hermosa casa que estaba en la playa.
—Si..
—Mi hermana y yo jugábamos a que era nuestra, y que nosotras eramos millonarias, teníamos mayordomo y sirvientas. —reí y seque unas lágrimas que habían salido, Yeikam me bajo y me abrazo por detrás.— Da pena, ya no poder hacerlo.
—¿Dónde esta tu hermana?..—preguntó.
—Ella...la secuestraron cuando tenía 10, yo tenía 9.. Nunca apareció, nunca más la volvimos a ver... No sabes cuanto la extraño..—me giré para verlo.
—Yo tengo un hermano, está en Argentina. —sonrió.— Se llama Yoseph... No lo veo desde que tenía 14 más o menos.
—¿Que edad tienes Yeikam?
—27... —me lleva cuatro años.— Es increíble que tenemos casi dos meses casados y no sabemos nada del otro. —reímos. —
—Tengo sueño, ¿volvemos a casa?
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Amor Fugitivo [En Edición]
Lãng mạn¿COMO ME VOY A CASAR CON ALGUIEN QUE NO CONOZCO? ¡NISIQUIERA SÉ SI ES UN VIOLADOR! ¡NO PUEDO HACER ESTO! -¡Papá no quiero! -Debes hacerlo... -No quiero hacerlo, papá.. -dije, y mi voz se rompió. Mi vida se ha vuelto una mierda.