La Hermana Perdida de Justin Bieber (Niall Horan) [SIN EDITAR]

Capítulo 34: Paparazzi's.

Capítulo 34: Paparazzi's.

Narra Nadia.

No puedo creer que ya haya pasado una semana desde que estoy en el hospital, por suerte hoy nos dan el alta a Niall y a mí.

Esta semana fue algo... extraña, por así decirlo, las cosas con Niall están raras. Desde el beso estamos más unidos; somos amigos. El mismo día en el que nos besamos, y le dije que él fue mi primer beso, arreglamos las cosas, por lo que ahora somos “mejores amigos”, por decirlo así. Desde lo del beso siento cosas raras. Siento como si una corrriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo, y como si algo me saltara en el estómago. ¡Y todo esto cuando estoy cerca de él! Por supuesto que las únicas que lo saben son: Sam, Andy y Sophia, cuando se lo conté ellas me dijeron que eso es “amor”, pero descarté esa idea de inmediato, nunca creí en eso a lo que le llaman “amor”, siempre pensé que eso sólo existe en los cuentos infantiles, y no tengo por qué dejar de pensar así. Siempre fue igual; nunca creí en eso a lo que le dicen “felices por siempre”, no todo es para siempre, y eso es algo que todos tienen que pensar. Tal vez yo esté equivocada con respecto al amor, o cómo lo quieran llamar, pero hasta que yo no sienta “amor” a otra persona- que no sean mis amigos y Justin- voy a seguir pensando igual.  A demás no creo enamorarme en menos de tres semanas.

Por una parte estoy feliz, y por la otra no. Estoy feliz porque hoy me voy del maldito hopital; y triste porque estas son mis últimas tres semanas de vida. Y eso es algo en lo que pienso todo el tiempo. Por suerte nadie se enteró de esto, y espero que siga igual, todos estan pendientes de sus cosas que, por suerte, no se dan cuenta en cómo estoy o qué me pasa. Y eso me alegra, por lo menos a mí. Ni Sam, Andy o Tom, se dieron cuenta, yo creo que sea lo que les pase por la cabeza los tiene muy entretenidos. Hasta Niall actúa raro, últimamente él es el que está más raro. Casi ni me habla, y cuando lo hace parece nervioso. Cada vez que vienen los chicos a visitarnos, que es todos los días, siempre me sacan de la habitación para hablar con Niall, y las chicas me llevan a recorrer todo el hospital, me llevan a la cafetería o a visitar a mis dos nuevos amigos; Ana y Agusto- Ana es la señora que me encontré hace unos días llorando en el pasillo cuando fui a buscar una silla de ruedas para Niall; y Agusto, Gus, es el marido-. Las chicas ya los conocen. Ellos son personas muy agradables, con sentido del humor y muy humildes.

Niall: ¿En qué pensás?- preguntó caminando de un lado a otro. Sip, ya le sacaron el yeso del brazo y el de la pierna, y ahora está muy inquieto-. Estás muy callada.

Nadia: En nada- en eso entra Justin.

Justin: Listo, ya pueden irse- dijo con una sonrisa y me tiró una mochila.

Nadia: ¿Y esto?- le pregunté mientras la abría.

Justin: No pensás salir en pijama, ¿no?- dijo divertido, aunque en el fondo él sabía que era capaz de hacerlo.

Nadia: ¿Qué tiene mi pijama?

Niall: ¿De verdad te animarías a salir del hospital en pijama?- preguntó sorprendido. Me encogí de hombros-. ¿Con todos los paparazzis afuera?- volví a hacer la misma acción.

Justin: Niall... mi querido Niall- le dio palmadas en su espalda-. Siempre salía de casa en pijama- sonrió con melancolía.

Cuando tenía once años siempre lo hacía, mis papás, e incluso Justin, me decían que salir de casa en pijama era un mal hábito, aunque nunca les hacía caso. Me parecía divertido ver la reacción de la gente cuando me veían pasar. Algunas me miraban como si estuviera loca, y otras divertidas.

Niall: ¿Eso es verdad?- preguntó aún sorprendido.

Nadia: Sip. Siempre lo hacía- él me miró todavía sin creérselo-. Bueno, si me disculpan. Yo me voy a cambiar.