Cap. 15
La pantalla se oscurece frente a sí y se recuesta sobre el respaldar de su silla. Aún no puede creer lo que acaba de hacer y menos la respuesta que recibiría. Se pasa una mano sobre su frente y se da cuenta de la ligera capa de sudor que le recubre. Sonríe, ¿En serio casi se la sale el corazón con eso? Empieza a reír suavemente, ¡Es uno de los mejores capitanes de la flota! Y se encontraba actuando como una quinceañera a la que llevan a su primera cita. Mira el monitor y lo vuelve a encender. Está completamente solo y necesita distraerse, además, ¿Cuándo fue la última vez que escribió algo?...
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Toma un largo sorbo que deja vacío su vaso, ¿Cómo fue que se metió en aquel embrollo? Rememora bien y suspira. "Ah, si. Yo me ofrecí"
- Escucha, duende. Estoy aquí para ofrecerte mi conocimiento y experiencia en estas cosas - dice al vulcano para que guarde silencio - no para escuchar los posibles escenarios catastróficos de tu maravilloso plan.
- Si está para brindarme su conocimiento y experiencia en cuanto al tema, entonces estoy perdido- respondió Spock, sentándose por fin frente a McCoy y, para sorpresa de éste, sirviéndose una copa.
- ¡Oye! Capté la indirecta, ingrato de sangre verde - le señala con un dedo y frunce el ceño. - Que mi matrimonio haya fracasado no significa que les suceda a todos y lo sabes.
- En efecto. - el mestizo eleva una ceja mirando al doctor.
- Tienes un pésimo sentido del humor, Spock.
El vulcano ladeo la cabeza.
- Si tantas personas lo dicen, ha de ser cierto.
McCoy se rio del comentario; sí, era malísimo para ello.
- Spock, dime lo que planeas hacer.
El vulcano desvió la mirada ligeramente, pero Leonard se dio cuenta de su incomodidad. Spock se levantó y fue a buscar algo que llevaba en uno de los bolsillos de su chaqueta, la cual había dejado sobre un sillón; luego, se volvió a sentar frente al doctor, mostrándole aquel pequeño objeto.
Era una cajita que, al abrirla, revelaba una sortija dorada con una pequeña inscripción en vulcano y en estándar. "T'hy'la".
- Es hermoso, Spock, creí que los vulcanos tenían otros rituales, no anillos y eso.
- En efecto, Leonard - respondió con un asentimiento- pero Jim es humano y yo en parte también lo soy. Se lo propondré como lo hacen los humanos.
- Bien, Spock. - McCoy se cruzó de brazos con media sonrisa - muéstrame cómo se lo propondrás.
El vulcano le miró con incredulidad.
- No creo que sea necesario...
- Estoy aquí para asegurarme que no metas la pata, ¿No? Yo ya pasé por eso más de una vez, relájate.
Spock se detuvo con aquella expresión dedicada exclusivamente a McCoy que Jim clasificó como el equivalente vulcano para "Jódete".
Sin embargo, se levantó a regañadientes con la cajita en manos y se hincó frente al doctor, abriendo la caja y mostrando el anillo.
- No vas a llegar de la nada e hincarte - le regañó McCoy, luego se puso a pensar - tiene que suceder algo antes, una reunión, no sé, donde tú lo lleves a algún lugar apartado, le digas algunas cosas "románticas", tomas sus manos y ahí sí.
- Usted lee muchas novelas, ¿No es así?
- Shh.
En ese momento, la puerta de la oficina se abrió de repente, mostrando a un Scotty sonriente que se paralizó ante la escena. Spock arrodillado frente a McCoy con un anillo de compromiso.
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Fanfiction
Hayran KurguEs el siglo XXIII y muchas cosas han cambiado, el contacto extraterrestre es cosa de día día, viajar al espacio es muy normal, entre otras cosas. Oh, pero hay cosas que aún se conservan del siglo XXI. ¿Como cuales? Sencillo. La escritura y lectura d...