Cap. 14.
- Capitán - habló un joven- no recibo ninguna transmisión de la nave, ni siquiera la llamada de auxilio ¿Continúo en el intento de comunicación?
- Siga intentando, teniente. - respondió la mujer, enterrando inconscientemente sus uñas en los reposabrazos de su silla. No era nada bueno que su nave insignia pidiera auxilio y luego no respondiera.
- Tengo un mal presentimiento de esto. - murmura - Alerta roja, escudos al máximo. Avisen a las demás naves que estén alerta.
- ¿Es posible que estén...
- Están, teniente. Están bajo ataque.
Las luces rojas adornaron los pasillos de la nave, conjunto con el familiar sonido de alarma. Todos los tripulantes corrían cada uno a su respectivo puesto. Algo no andaba bien.
-0-
Aquella nave estaba diseñada para llevar una tripulación de trescientos klingon, aproximadamente, pero su tripulación era considerablemente más reducida que esta cifra y aquellos hombres de la Federación los habían diezmado aún más. Estaba furioso, extremadamente colérico.
Tan pronto llegó a la plataforma de teletransporte, vio rastros de sangre verde por el suelo y sangre roja también. Emitiendo un gruñido histérico, arrojó su Bat'leth en dirección a la plataforma, el arma atravesó rápidamente la sala y se clavó contra la pared opuesta, provocando chispas de corriente emerger del lugar.
Se le habían escapado.
Corrió entonces en dirección al puente, no, se negaba a que se les fueran tan fácilmente aquellas sanguijuelas.
Cuando llegó, vio con frustración la puerta a medio correr y de una fuerte patada, la enderezó.
- ¿Que está sucediendo aquí? -bramó en Klinglon, pero los tripulantes en el puente no le entendieron. Así que habló en estándar, enseñando los dientes y apretando fuertemente sus puños - ¡Insignificantes criaturas! ¡¿Cómo se les escaparon unos simples humanos?! Debería asesinarlos uno a uno aquí y ahora...
El romulano más cercano se levantó y se acercó a su capitán.
- Señor - habló decididamente.- Fue un motín.
El Klingon se sorprendió pero gruñó al instante, escupiendo a un lado.
- ¿Quién merece morir?
- Fueron T'praya y Lumm, señor... Ambos están muertos.
C'ronte había visto al humano de camisa azul cargar con el cuerpo del chico, el cual portaba un gran agujero en todo el centro de su pecho y logró observar cómo Kahar, antes de morir, le enterró el Tik'leth a T'praya.
- Eso me alegra, pero no me reconforta - respondió el capitán.
Llegó corriendo un Orión al puente.
- ¡Señor! - dijo apresuradamente - lograron tomar el mando de la nave desde ingeniería...
- ¡Ya lo sé!
- Pero ya lo recuperé, señor. - terminó de hablar. - Y allá conseguí esto.
El Orionita extiende su mano, mostrando un comunicador de la flota.
- Conéctenlo, ¡Ya! Así nos dirá dónde están. No debemos perder más tiempo.
- ¿Señor...?
- Hay que cazarlos - murmuró con malicia- Si se teletransportaron, su nave no ha de estar tan lejos...
Hicieron lo que el capitán les ordenó, a pesar de que esto se trataba más de una venganza que de sentido común. Lo único que les aliviaba, era el uso del aparato de hackeo, con él, podrían vencer a la nave más grande existente.

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Fanfiction
FanficEs el siglo XXIII y muchas cosas han cambiado, el contacto extraterrestre es cosa de día día, viajar al espacio es muy normal, entre otras cosas. Oh, pero hay cosas que aún se conservan del siglo XXI. ¿Como cuales? Sencillo. La escritura y lectura d...