Me levanto asustada y sudando. Corro hacia la reja que aún sigue cerrada, paso mis manos por los ojos para tratar que enfoquen bien el reloj. Son las diez y cincuenta. Justo a tiempo para empezar a prepararme. Me siento en la cama y respiro varias veces para calmar mi corazón agitado. Luego subo el primer escalón de la litera y llamo a Loren, la cual estaba roncando suavemente. Abre primero un ojo y se da la vuelta en la cama.
—Esto no es un juego, Loren. Levántate —susurro.
—Cinco minutos más —balbucea.
Coloco mi mano en su hombro y la muevo constantemente. Hace un ruido de disgusto pero se levanta con el ceño fruncido.
—No te voy a dar las gracias si eso es lo que esperas —ladra.
—Nunca espero nada de ti. — Bajo de la litera.
Me lavo la cara y uso el pequeño sanitario de la celda, haciendo una lista mental de cosas que debo hacer para salir sana y salva de aquí. Loren hace el mismo proceso cuando he terminado.
Vigilo el reloj para darle un poco de privacidad. Diez y cincuenta y siete. En unos minutos abrirán la celda de Kathy y Leti. Espero que salgan rápidamente y con sigilo.
El reloj cambia a las once, respiro suavemente y entro en modo escape. Pasan unos segundos y aún no se abre la reja, mis nervios se elevan y siento que algo ha pasado. Once y uno en el reloj, ¡algo definitivamente ha pasado!
—¿Qué pasa? —dice Loren —. Se supone que ya deberíamos estar en camino.
—Tal vez es el tiempo margen para que Leti y Kathy lleguen a nuestro edificio.
Cuando el reloj da las once y dos minutos, oímos un sonido metálico y la reja queda sin seguro. La corremos con suavidad y salimos con precaución. Amelia hace lo mismo y se nos une rápidamente. Bajamos las escaleras en puntas de pie, con la espalda hacia la pared y suavemente. Leti y Kathy tenían tres minutos y nosotros solo uno para llegar al punto de encuentro.
La puerta del edificio se encuentra abierta, saco el pestillo y la traigo hacia mí con cautela esperando que no tenga alarma. Loren atraviesa primero, luego mi tía y por último yo. Corremos hasta el edificio de varones donde ya están los cinco hombres esperando por nosotras.
—Bien, formen sus parejas —susurra Hulk.
Su voz demuestra alivio.
—¿Dónde están Leti y Kathy? —pregunto preocupada.
—No lo sé, pero no podemos esperarlas mucho tiempo. Es preciso que lleguen antes de dos minutos —responde Jack.
—No las podemos dejar —trato de bajar la voz.
—Lo haremos si es necesario —parece decidido.
Frunzo el ceño pero igual no puede verme.
—Sólo un minuto más, por favor —suplica Amelia a Hulk.
—No lo sé. Sólo tenemos cuarenta minutos para llegar al otro lado de la reja.
—Por favor —vuelve a suplicar.
Lo piensa por un segundo antes de contestar.
—Bien, un minuto —concede.
Se retira un poco, vigilando hacia todo lado.
—No necesitamos esperar todos —dice Loren.
Cállate idiota.
—Es cierto. Amelia, José, ustedes primero. Ya saben qué hacer —Hulk ordena.
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Contra-Mancha
Ciencia FicciónEn un mundo desolado nace una nueva civilización con grandes ideales pero con las mismas acciones que llevaron al final de la anterior. Con sus reglas drásticas, fueron excluyendo a personas que incumpliera el libro de conducta, llamado Libro de Lea...