Capítulo 17

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Recuento de los acontecimientos de los días dos y tres de septiembre: Salimos diez personas de la prisión para manchados, hubo complicaciones en la primera etapa lo que ocasionó que uno cayera por un disparo en la reja de seguridad, otra fuera herida por una granada de clavos que tuvo su vida en peligro todo el camino y otro fue baleado en el helicóptero. Varios impactos de bala menores y unos cuantos cortes en la piel. Contusiones leves de cráneo para dos de ellos y un húmero roto. Las lesiones psicológicas tal vez son incontables, por mi parte siento que no podré dormir sin ver aquel rostro tan joven, tan lleno de vida que se esfumó por mi culpa. No he visto a Kathy desde que bajé del helicóptero, me han dicho que no ha despertado y que su estado de desnutrición tiene su vida en riesgo y por lo tanto tiene visitas limitadas.

Cuando llegamos a la base, nos llevaron a todos al hospital interno. Luego de varias valoraciones decidieron que me encontraba en una excelente condición y no tenía ni un solo rasguño mayor. Me dieron de alta junto a Hulk, Loren y Jack.

Ahora, en mi habitación trato de descansar los músculos adoloridos y mi conciencia sucia. Miro el recubrimiento de la parte superior, se nota que no lo han cambiado en más de treinta años, algunos pedazos de madera parecen estar a punto de caer. La cama no está mal, nunca había tenido un colchón que no se hundiera con mi cuerpo y mucho menos que fuera tan cómodo. Tengo mi propio baño y un guardarropa con varias prendas de mi talla. Me doy una ducha rápida tratando de quitar todo el mugre y los residuos de muerte.

Extiendo el vestido que me dio Kat pero decido que no es una buena ocasión para celebrar así que lo guardo. Saco una playera blanca y unos jeans amplios. Me tiro a la cama después de sentirme limpia pero no tiene un efecto diferente respecto al sueño. Me doy cuenta que a pesar de no poder dormir, preferiría quedarme aquí por los próximos cincuenta años que enfrentar a mis supuestos superiores.

Una voz conocida llama a la puerta. Me levanto de mala gana y abro. Crull aparece con una sonrisa amable y sus brazos estirados. No lo pienso dos veces, me lanzo a su regazo, sintiendo mucho dolor en el proceso.

—Estoy tan orgulloso de ti, pequeña. —Siento como trata de reconfortarme.

—Fue muy duro, Crull. No creo que estuviera preparada —sollozo.

Se separa de mí, me mira directamente a los ojos tratando de sacar información.

—Lo sé, sólo fue un mes para completar un entrenamiento que te mantuviera con vida pero estoy seguro que llevabas preparada para esto desde que supiste que eras manchada. Ser rechazada por la sociedad es lo que te dio la fuerza para terminar tu primera misión, no mi pequeño entrenamiento.

Seca mis lágrimas con sus dedos.

—Sólo te di unas pocas herramientas de supervivencia y no te dejamos sola.

—Gracias por eso. —Respiro con tranquilidad

—¿Por qué cosa, linda? —pregunta extrañado.

—Por tratar de hacerme sentir mejor. —Le sonrío

—No tengo por qué hacerlo, lo has hecho excelente. Tu tía está aquí por voluntad propia y has traído a dos personajes interesantes en el camino. Lamento mucho la pérdida de dos de mis hombres pero la misión ha sido un éxito. —Su mirada cae por un segundo.

Me contraigo internamente al recordar tantas muertes. Vuelvo a perder la calma y siento que mis fuerzas se escapan.

—Estoy muy cansada, Crull.

—Descansa, luego hablaremos un poco de tu experiencia y los superiores te citarán para un informe completo.

—Claro, nos veremos después. —Me despido volviendo a abrazarlo.

Contra-ManchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora