Capítulo 19

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Me dirijo hacia el hospital con los pensamientos revueltos. Paso por el cuarto de mi tía evitando entrar, no creo que esté preparada aún pero supongo que le darán de alta pronto. Voy hacia el cuarto de Josh, al entrar lo encuentro en un profundo sueño. Se ve pacífico y angelical, parece que está teniendo un buen sueño porque sus comisuras se encuentran en la parte superior. Me siento en la silla del lado tratando de no hacer ruido, pero al estar unos diez segundo ahí decido que es mejor dejarlo dormir. En el momento que me levanto, él abre los ojos.

—¿Nela? —entre abre los ojos como si fuera doloroso.

—Hola Josh —tomo su mano delicadamente.

—Estaba en medio de un sueño excelente —dice sin rencor.

—Ups, lo siento. No fue mi intención despertarte, en realidad ya me iba para que pudieras descansar.

—Tranquila, he tenido mucho tiempo para dormir, estoy realmente cansado de estar aquí. Así que tener alguien con quien conversar me ayuda muchísimo.

Se acomoda para cambiar la posición y sentarse en la cama. Le acomodo la almohada para que su espalda descanse.

—¿Puedo hacerte una pregunta? —digo mientras él se apoya en la almohada.

—Dispara —hace ademán de adelante.

—¿Te suena el nombre de Tomás Love?

—No realmente, no sabía que tuvieras otro tío.

—No es un tío —respondo sin pensar.

—¿Un hermano? —intenta adivinar.

—Tampoco —niego con la cabeza.

—Estoy confundido, ¿lo conoces? —usa un tono desesperado.

—Lo acabo de conocer y aún me siento en shock.

Queda pensativo por un momento, se nota que lo estoy confundiendo.

—Pero es un Love, así que tiene que ser familia directa.

—Me dijo que era mi primo, hijo de mi tía.

Sus ojos se abren de par en par. Su reacción me hace sentir un poco mejor ya que él tampoco sabía.

—¿De Amelia? ¿Estás segura? —Alza un poco su cuello tratando de erguirse.

—Bueno, es lo que intento hacer, saber si es verdad.

—Pues estoy tan sorprendido como tú —dice con una sonrisa torcida que no muestra ningún síntoma de alegría.

Su rostro desconcertado incrementa mi curiosidad. A pesar que Josh no había sido su mano derecha hasta que llegué a la cárcel, me sorprende que no tenga conocimiento de esto. Seguramente había pasado un par de años junto a mi tía, siguiendo sus órdenes y cuidando su espalda, lo que tiene mucho más mérito que ser su sobrina. Si no se lo ha dicho a él, no se lo ha dicho a nadie.

Cambio el tema bruscamente para borrar por un momento lo herida que me siento al enterarme de esa manera. Josh me pregunta cosas sobre las instalaciones y los horarios que me han asignado. Le cuento sobre el entrenamiento y sobre las pocas clases que he tenido hasta ahora. Hace gestos extraños cuando le digo que me dormí la mayoría del tiempo de la clase de historia y que fracasé armando una pistola.

—Espero que haya clases de verano —se burla.

—Oye, no es gracioso. A pesar de no tener heridas graves, fue muy desgastante el escape. Aún me siento exhausta. —Me defiendo.

Contra-ManchaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora