Noche de Juegos [TodoBakuDeku] BNHA AU

Al final del día.

El resto de la tarde pasó de forma casual, entre conversaciones y contestaciones cortas de parte del rubio.
Miró el reloj de pared y se dio cuenta de que la hora había volado sin que se percatara de ello. Le agradeció nuevamente a la señora Inko por el té y los aperitivos antes de ponerse de pie para ayudarla a levantar las tazas y platillos que cubrían la mesa.

Caminó hacia la salida tras despedirse, seguido por el pequeño Izuku que parecía más alegre que de costumbre. Prefirió no preguntar la razón, era esperarse luego de acceder a pasar tiempo juntos.

—Uh... espero que mamá no te incomodara demasiado.— habló el más bajo mientras abría la puerta, mirando de reojo al contrario. Se sentía algo avergonzado pero aún así una sensación en su pecho lo obligaba a sonreir de forma leve.

—¿Ah? Es imposible que alguien logre eso, cabeza de brócoli. — se burló, colocando una mano sobre su cabello para despeinarlo sin piedad. Esto solo causó risas de partes de ambos y algunas quejas de Izuku. — Bien, debo irme. Apartate de la puerta.

Ninguno de los dos parecía realmente querer separarse, pero finalmente Bakugou se despidió y salió de la casa para dirigirse a la suya.

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Una vez hubo llegado, su madre se encargó de interrogarlo con la simple y predecible intención de hacerlo enfadar lo suficiente. Entre gritos por parte de ambos el menor finalmente se cansó de la pelea y se encerró en su cuarto, como era usual.
Podía escuchar las risas de su madre en el piso de abajo, y luego un teléfono sonando. Quería curiosear, puesto que tenía una leve sospecha del motivo de esa llamada inminente. Las personas que llamaban al teléfono fijo de su casa eran contadas con los dedos de una mano.

Luego de pensarlo un rato terminó decidiendo que lo mejor era ignorarlo y no hacerse ideas erróneas. Se tiró de espaldas a su cama, causando que esta crujiera ante dicha acción.
Había sido un día bastante extraño. Ahora era amigo de Deku ¿no? Nunca se imaginó en esa situación. Era obvio que no iba a dejar de molestarlo, ya era una costumbre suya y le iba a ser difícil dejar su mal hábito.

Cerró los ojos por un tiempo indefinido. Otra cosa de la que se había percatado pero prefirió ignorar en su momento... durante todo el camino sintió como si alguien lo siguiese, de seguro eran imaginaciones suyas. Quizás no lo seguían a él sino a...

Una explosión resonó contra su techo, y agradeció que sus padres crearan la casa a prueba de ese tipo de cosas o viviría constantemente entre pilas de escombros.
¿Por qué estaba tan paranóico? No conocía a nadie con motivos suficientes para acosarlo de la manera en la que estaba pensando, de seguro la emoción del día lo había puesto  tenso hasta el punto de creer cosas así.

Continuó en su mundo de desvaríos un rato más, pudieron ser minutos o incluso horas. El pasar del tiempo se hacía más lento mientras sus párpados pesaban...