La lluvia borra las penas

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Al día siguiente la situación se encontraba tensa entre los tres chicos. El resto los observaba sin comprender, alejados con miedo a entrometerse.

Bakugou no había cruzado palabras con nadie, ni con Kirishima, lo que era raro teniendo en cuenta de que el anterior era su mejor amigo.

Todoroki, en cambio, había pasado todo el día encima de Midoriya. No se apartaba de él en ningun momento, ni para ir al baño. Prácticamente era su nuevo perro guardian.

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Las clases transcurrieron con normalidad, por lo menos hasta la hora del almuerzo.
En otros días, estarian en la misma mesa sentados Iida, Midoriya y Uraraka. Sin embargo, en esa ocasión se sumaba el hijo de Endeavor.

Nadie quiso preguntar nada ante la sorpresiva presencia del muchacho, más que nada para no sonar groseros.
Uraraka estaba decidida a interrogar a Izuku sobre su extraño comportamiento.

En otra mesa alejada, Bakugou y Kirishima se encontraban en completo silencio. El primero se negaba rotundamente a hablar, tenía el orgullo herido y una resaca que le duraría hasta el día siguiente.

Kirishima lo miraba con preocupación, no lo había visto de esa manera desde...nunca. Él no era así, lo conocía, sabía que los efectos secundarios del alcohol no era lo único que le afectaba en esos momentos.

Tocó el timbre. Se levantaron y volvieron al aula del curso de heroes. Y continuaron así hasta que terminó el día...

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A la salida estaba lloviendo. El rubio no tenía paraguas, por lo que decidió esperar a que la lluvia se atenuara un poco.
Esperó hasta que una cabellera verde lo hizo reaccionar. Era Deku, al parecer se había librado de su nuevo guardaespaldas.

—¿Qué quieres, Deku idiota?— escupió el mayor con el ceño fruncido.

—Yo...hum... T-Tengo un paraguas...si quieres yo...— la mirada asesina y roja lo ponía nervioso, pero aún así él era un héroe y los héroes ayudan a los demás.

Bakugou se separó de la pared en la que estaba apoyado, acercandose peligrosamente hasta el chico. Finalmente esbozó una sonrisa algo...rara. No era burlona, aunque era una mueca parecía más bien imitar una sonrisa de agradecimiento.

—Yo llevaré el paraguas, eres demasiado torpe y de seguro me sacarás un ojo.— dijo para luego arrebatarle el objeto de las manos. —Anda, camina que se hace tarde.— le ordenó dandole un pequeño empujón para que avanzara.

Midoriya estaba feliz, no caminaba a casa con su amigo desde que estaban en la primaria. Él lo queria y estimaba mucho, a pesar de que el contrario pudiera ser tosco algunas veces.

El camino fue algo silencioso, pero era un silencio cómodo que solo era complementado por las gotas de lluvia que caían sobre el paraguas.

—Yo...hum...— comenzó Bakugou. —Se podría decir que...tsk... lo de anoche no fue con mala intención.— apartó la mirada de golpe, rodando los ojos.

—¿Te estás...disculpando?— se aventuró el menor, la sonrisa en su rostro solo se amplió. —Acepto tus disculpas, Kacchan...

—Si, si. Como sea. — empezó a caminar más deprisa, dejando al otro atrás.

El ojiverde rió y corrió hasta alcanzarlo. Unas simples palabras le habian arreglado el día. Ahora las cosas estaban bien entre ellos, nada malo podía pasar.

O eso pensaba Midoriya, sin haberse percatado de que un enojado Todoroki los había estado siguiendo.

Noche de Juegos [TodoBakuDeku] BNHA AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora