Ana se había levantado esa mañana a eso de las 5:30 de la madrugada, el insomnio ya formaba parte de su día a día, estaba derrotada pero no se permitía caer... Como cada mañana, Ana se vistió con ropa cómoda y salió a la calle, aun siendo las 6:00 am , comenzó su footing diario mientras el duro frío de Madrid le golpeaba en la cara, debía reconocer que ese momento le encantaba, sentir el frio helar sus huesos mientras corría hasta el límite
Tras más de una hora corriendo por las calles de Madrid con sus cascos puestos y la música a tope, decidió que era hora de volver a casa. Llegó al portal del edificio y tomó una bocanada de aire que llenó sus pulmones, su respiración era irregular y cansada, pero ella no se permitía un descanso. Abrió la puerta y subió las escaleras hasta el 6º piso sin detenerse un segundo, una vez en el rellano de su pequeño piso, suspiró rendida y casi se arrastró hasta la puerta, la abrió con cuidado y entró sin hacer ruido
Dejó las llaves en el pequeño mueble de la entrada, sacó el teléfono de la funda deportiva que llevaba en el brazo y miró la hora, las 7:10am, paró la música y se quitó los cascos, se deslizó hasta el cuarto de baño tratando de hacer el mínimo ruido posible, se quitó la ropa con cuidado y gimió en un suspiro cuando rozó el moratón que tenía en el costado izquierdo, pero siguió con su labor hasta meterse en la ducha, con el agua tibia recorriendo cada rincón de su cuerpo
Tras 5 minutos de ducha, Ana salió de esta tiritando un poco al notar la fría brisa, era normal, estaban a 9 grados fuera, y aun teniendo el piso cerrado de par en par, el frio calaba en las paredes. Ana tomó su toalla y se secó el cuerpo con cuidado, enrollando luego la toalla en su cabello mojado y colocándose la ropa interior con delicadeza, se miró al espejo durante unos segundos y suspiró, las ojeras marcadas eran apreciables a 10 metros de distancia, la tristeza se marcaba en sus ojos y su sonrisa llevaba tiempo desaparecida, esa no era ella... o al menos, esa no era la antigua Ana.
Alejó sus pensamientos y caminó con solo su ropa interior negra de encaje y la toalla blanca enrollada en el pelo hasta el armario de su habitación, tomó unos leggins negros, una camisa verde de cuello alto y un jersey rojo de punto, tras vestirse, se puso unos calcetines gruesos y unos tenis negros y blancos, volvió a entrar en el baño para maquillarse un poco, o al menos disimular sus ojeras, y tras conseguirlo recogió el baño y todo lo que encontraba a su paso, tras recoger medianamente el apartamento, se dispuso a hacer el desayuno, Zumo de naranja, café y unas tostadas con aguacate, El ruido del exprimidor fue el único ruido que se escuchó en la casa, y Ana sabía que se iba a arrepentir... no se equivocaba
-Joder Ana, me cago en la puta, mira la hora que es y tu haciendo estos putos ruidos....- la voz dura de un hombre resonó por la casa
-Lo siento Jadel... estaba preparando el desayuno- susurró con un hilo de voz, el miedo se calaba en su mirada y en su voz
El chico se marchó de allí sin decir nada, habrá ido al baño, pensó Ana, sin más siguió preparando el desayuno para ella y su pareja, Jadel, un chico misterioso, su pasión era la música y a eso se dedicaba, aún que por ahora solo tocaba algunos bolos en bares de la zona.
Ana preparó el desayuno en menos de 10 minutos y tras servirlo en la mesa, el moreno volvió a aparecer junto a Ana, besó su cabeza y se sentó en la silla para comenzar a desayunar
Jadel: -Tengo que irme desde que termine de desayunar y no volveré hasta tarde... tengo un bolo y vamos a pasar la tarde ensayando- dijo sin mirar a la chica de ojos café frente a él
Ana: -Yo no creo que salga... quizá solo vaya con Ago a tomar un café- susurró untando su aguacate en la tostada
Jadel: -Sabes que no me gusta nada ese tío- dijo el chico con una dura mirada
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Here by Choice · {Warmi}
FanfictionAna era una chica fría, triste, distante... hasta que conoció a la persona que ocuparía sus pensamientos por el resto de sus días; Mimi, la rubia sacaría a los demonios de la vida de Ana y lograría enamorarla sin darse cuenta de que la morena la ena...