Capítulo XX

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Mimi despertó aquella mañana sin siquiera haber dormido, se había dejado caer en la puerta de la entrada y tras llorar horas mientras la llamaba con la esperanza de que al menos le dijese que estaba bien, se había dejado dormir, así, tirada en el suelo e inundada por las lágrimas

Miró el reloj de pared que Ana tenía en la cocina y vio la hora, las 07:20 de la mañana, q penas había "dormido" media hora

Busco a tientas su móvil y probó de nuevo

Un intento, dos... tres... nada m, Ana no daba señales de vida

Se sintió vacía y sola, abandonada. Tenía la cabeza en mil sitios diferentes a la vez, estaba pensando en todo y en nada a la vez

Esa situación le recordaba a cuando era pequeña, cuando su padre se fue sin más

Tan solo en un vago recuerdo podía sentir como su mundo se volvía a caer sobre ella, había vivido una infancia triste y dura y la había superado con ayuda de psicólogos pero eso no quería decir que si recordaba ciertos momentos no sintiese sus ojos aguarse

**

Una niña rubia de unos 7 años bailaba con mucho arte frente a sus abuelos, quienes la alababan y aplaudían con orgullo

"Mira Abuela, está es la mejor parte" decía mientras se abría de piernas en el suelo

"Miriam, te vas a hacer daño" la advirtió su abuelo preocupado

"Que no abu, lo he hecho muchas veces" dijo obvia apartándose un mechón de pelo rubio de la frente con total dramatismo

"Eres una artista" añadió su abuela con la mirada pregonada de puro orgullo

"Gracias abuela" susurro la niña con una sonrisilla tímida "Te quiero" añadió mientras la abrazaba con ternura

La pequeña Miriam, como su familia la llamaba, era la niña más adorable, educada y cariñosa de todo Huetor Tajar

A sus 7 añitos de edad ya tenía cautivadas a las señoras mayores que acompañaban a su abuela cuando paseaban por el parque

Sus padres eran personas muy ocupadas, su padre Trabajaba como guardia civil y su madre como Costurera en su propia tiendita donde atendía a las mujeres del pueblo, que no eran pocas

Miriam pasaba la mayor parte del tiempo con sus abuelos, quienes ya eran como sus padres, la mimaban y la adoraban y eso a la pequeña le encantaba, aún que echaba de menos a sus padres. Los veía solo los sábados y domingos y como ambos estaban agotados no hacían gran cosa

Ese día, Miriam correteaba y jugaba en la casa de sus abuelos cuando escuchó la voz de su madre más pronto de lo esperado

"Mamá" gritó con la voz llorosa la mujer de cabello rubio y ojos celestes

"Inma, ¿Qué pasa?" Preguntó la señora alarmada al verla con las mejillas rojas y la cara congestionada

"Que le han matado mamá, que me lo han matado" sollozó rompiendo en llanto de nuevo "Me ha llamado Isma, su compañero de guardia, al parecer estaban haciendo una ronda en una zona peligrosa, había no sé qué banda de narcos y cuando él fue a detenerlos, le dispararon" contó cómo pudo entre hipidos y lágrimas

La señora se sujetó de una silla con gran dramatismo como a punto de caerse al suelo

"¿Mamá?" Preguntó la pequeña Mimi asomada con cautela desde el marco del pasillo que daba al salón

Mimi tenía los ojos llorosos de pura preocupación al ver a su madre y abuela en aquel estado

"Mi niña" lloró Inma de nuevo abriendo los brazos para que su hija la abrazara

Here by Choice · {Warmi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora