Here by Choice · {Warmi}

Capítulo XVII

Una marca... Mimi tenía un chupetón, chupón o como lo queráis llamar, una marca, justo lo que le faltaba a Ana para estallar

-¿Te has liado con Lucía?- preguntó en un hilo de voz sintiendo como sus ojos se aguaban

A Mimi la pregunta la cogió por sorpresa y se quedó helada ¿Cómo sabía Ana eso?

-¿¡Te la has tirado, verdad!?- gritó perdiendo los nervios

-Ana, tiene una explicación, de verdad- la Rubia reaccionó con pánico, no sabía cómo iba a explicarle todo aquello a Ana

Se arrepintió de no haberle contado todo desde el principio, de no haber sido sincera con ella en el momento en el que vio la mirada de Ana romperse y vio caer lágrimas cargadas de dolor, lágrimas que llevaban su nombre, porque ella era la culpable de que Ana en ese momento se estuviese rompiendo en mil pedazos 

Ana suspiró tratando de ocultar su llanto, quería que Mimi le explicase todo a pleno detalle pero al mismo tiempo quería matarla

Llevaban juntas ¿1 mes y medio? Y ya le hacía esto

Ana sentía que por muy poco tiempo que llevasen juntas, Mimi era ya un pedacito de ella y saber que, quizá Mimi no sentía lo mismo por ella, la destrozaba

Sentía una mezcla de sentimientos que le oprimían el pecho, tenía miedo, miedo a que Mimi la dejase porque no quería estar más a su lado, quizá se había aburrido ya de ella... eso explicaría la semana que pasó sin verla, tan solo intercambiando escuetos mensajes banales que parecían más por compromiso que por intención. Estaba dolida, dolida porque la rubia no le hubiese contado nada antes, no se hubiese dignado a hablar con ella o lo que es peor, no confiase en ella como para contarle cualquier cosa

La canaria sollozó manteniendo la mirada clavada en los ojos de la granadina, quién esquivaba su mirada con pavor

-Mimi...- sollozó en un suspiro, necesitaba saber, que le explicase por qué tenía esa marca en el cuello y por qué la indeseable de Lucía la había llamado a esas horas de la mañana para decirle que se había dejado el abrigo dios sabe donde

-No es lo que parece, Ana- fue lo único que la rubia logró decir sin rodeos, Ana rió sarcástica ¿En qué momento aquella situación se había convertido en el típico culebrón romántico con cuernos?

-Que original- murmuró entre dientes con rabia, limpió el rastro de lágrimas que corría por sus mejillas y se recolocó erecta, firme, ansiosa por escuchar las palabras de la rubia

-A ver...- suspiró llenando de aire sus pulmones y recolocándose en el sitio incómoda –Es que va sonar raro... va a parecer mentira...- suspiró agobiada

-Prueba- la retó la canaria ahora más seria que llorosa

-Es largo...- suspiró, La canaria le indicó con un leve gesto que comenzase cuando quisiese –Pues a ver... ¿recuerdas la noche cuando salimos con Ricky y Miriam?- preguntó algo cohibida, Ana asintió segura, cómo olvidar esa noche –Pues me encontré con Lucía, hacía muchísimo que no la veía y quería saber que era de su vida, fue mi amiga por muchísimo tiempo y... no sé, lo sentí así- habló encogiéndose de hombros

-¿Fue solo tu amiga o algo más?- preguntó Ana aún, aparentando entereza, cuando por dentro estaba rota

-Bueno... hubo una época en mi adolescencia... yo estaba descubriendo mi sexualidad y... en Graná en esos tiempos... muchas bolleras no habían- habló obvia –Lucía fue lo más parecido a una relación seria que tuve por esa época, no teníamos nada serio pero tampoco era una amistad con derechos.... Al venirme a Madrid, quise desprenderme de todo lo que a Granada respectaba y eso significaba dejar atrás a mis amigos, familia y a... Lucía... Mi familia sabía perfectamente que me iba y que iba a estudiar y a trabajar luchando por mi sueño, pero a Lucía no le dije nada, simplemente me marché... no me gustan las despedidas y con ella era todo tan... aún no lo sé, solo necesitaba salir de allí sin que nadie supiese nada, empezar un poco de 0- la rubia narró su historia de la adolescencia con un halo de nostalgia en su mirada, se arrepentía de no haber hecho las cosas como debía pero era la única forma que conocía