Capítulo XVIII

1.8K 75 18
                                    


"Mimi Estoy muerta y llevo un pedo... Creo que me voy a casa..." "-No, tú quédate que te lo estás pasando bien, en serio, disfruta, que yo con la gripe ya no aguanto más Nos vemos...- sonrió ocultando su tristeza" "Mañana..." hacía ya dos años de las últimas palabras que Mimi había escuchado salir de aquellos preciosos labios que la hipnotizaban

Habían cambiado tantas cosas desde entonces... Mimi había sufrido, había estado al límite

Salía de fiesta día sí y día también, era la única forma que tenía de evadirse de ese sentimiento de mierda que le recorría al pensar en ella... Había dejado su trabajo, el baile... lo había dejado todo, estaba perdida durante un tiempo donde pensó que no duraría mucho más en este mundo de mierda, pero hubo un ángel que la salvó y no, no fue siquiera ninguno de sus amigos, con los que había perdido el contacto tras ignorarles por más de dos meses

Laura, ese era el nombre de su ángel de la guarda. Laura era una bailarina con la que Mimi había topado en uno de los muchos bares que frecuentaba por Madrid. La chica, de piel morena, ojos castaños y cabello negro, se había sentido identificada en aquella rubia abatida y borracha al borde del colapso, por ello decidió ayudarla y no rendirse ante nada

Laura, efectivamente, había pasado por una situación similar, pero ella nunca tuvo ayuda y no había acabado bien todo aquello, por eso supo en el momento en que la vio, que nada le impediría ayudarla

Tanta fue su apoyo y ayuda, que Mimi decidió volver a nacer, volvió al baile, pero esta vez dejando atrás todo a lo que este había estado ligado, había comenzado en otra escuela de baile en la que había conocido a otras tres bailarinas con las que se llevaba de maravilla, eran como sus hermanas; Claudia, Mónica y Saydi.

-Búa, seguro que llego tarde- murmuró corriendo de una parte a otra del apartamento

-Relájate rubia, que vas bien de tiempo- la informó Laura desde el sofá

Sí, Mimi había comenzado de 0, había alquilado un piso mucho antes de conocer a Laura, justo cuando Ana se fue y comenzó a destrozar su vida con el alcohol y las fiestas, no podía soportar las miradas de pena de Ricky y sus constantes charlas y reproches y por eso, quiso alejarse de todo lo que le recordaba a ella, a Ana y estar sola, ser libre... pero ahora ese lugar donde tanto tiempo había pasado en pena llorando, lo compartía con la morena y realmente el piso era otro rollo

Estaba lleno de budas, cosas místicas, cuadros, plantas exóticas y piedras preciosas, Por no hablar del olor a incienso que emanaba del lugar o el color oscuro grisáceo de las paredes y los muebles

-Me voy- chilló cogiendo su bolso y abriendo la puerta del apartamento –Gracias Lau, hablamos luego- sonrió antes de cerrar la puerta

Mimi subió a su coche a una velocidad plasmante, y de igual manera puso rumbo hasta Piovera

Alrededor de unos 40 minutos le costó llegar desde Carabanchel, donde ahora vivía

¿Por qué se dirigía a allí? Porque había quedado con sus amigos para verse y hablar

Sí, ya no se veían a diario, por lo que necesitaban organizarse para verse y sí, hubo una época en la que Mimi evitaba verlos a toda costa, pero Laura le había abierto los ojos en ese aspecto también, había vuelto a hablar con ellos pero más distanciada, ya nada era como ante, solían quedar en bares para tomar algo en casa de alguno para pasar las tardes.

Esta vez habían quedado en casa de Miriam, Esta había decidido darle a su vida un giro de 360 grados

Había decidido formalizar una relación con Mireya y mudarse a vivir juntas, pero no solo eso, también habían hecho la locura de sus vidas. Habían tenido un bebé

Here by Choice · {Warmi}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora