Pasaron un par de días antes que los hermanos pudieran moverse sin experimentar un dolor digno del averno, más que dispuestos a prolongar la estancia para evitar cargar de nuevo con Rocknight a cuestas. Sin embargo, pronto descubrieron que tendrían que buscar algún modo de despertar al dormilón, pues apareció en el horizonte la señal que les indicaba un nuevo destino al cabo de una semana.
— ¿Pueblo Lavender? —repitió Flowar, mirando a Eve con los ojos muy abiertos por la curiosidad.
— Así es. Percibí las ondas de psiquis al despertarme... aunque son muy débiles —suspiró, pasando su severa mirada de Flowar a Moonghost varias veces—. No sé de quién se trate, está muy lejos, así que no me pregunten.
— Es cierto que está algo lejos —Dyfir revisaba con cierta preocupación su Pokenav, pasando los mapas en busca de alguna guía que les ayudara a acortar el camino, sin hallar nada. Tendrían que pasar primero por ciudad Vermilion y Cerulean.
Mewtwo había accedido a entrar al Centro Pokémon apenas ese día, sólo para tomar el desayuno y escuchar la noticia de boca de Eve. Estaba satisfecho de saber que pronto volverían al camino, no se sentía muy a gusto en ese lugar.
— Podríamos utilizar la teletransportación si está en sus posibilidades; nos ayudará a cortar camino y recuperar el tiempo perdido —Eve pegó un respingo ante la sugerencia, sus labios se tensaron y los pelos de le pusieron de punta; él ni siquiera reparó en su reacción—. Lamentablemente, carezco de esa habilidad, desconozco si alguno de ustedes sepa ejecutarla y sea capaz de llevarnos a todos.
Moonghost y Dyfir intercambiaron miradas nerviosas. Se les había pasado por alto decirle a Mewtwo que Eve tenía una tremenda fobia a la teletransportación y que, por eso mismo, se vieron obligados a pasar por Ciudad Viridian en primer lugar.
— Si gustan de saber mi opinión, yo prefiero caminar; la teletransportación me deja un desagradable cosquilleo en la nuca que no se quita fácil.
A sus espaldas, una voz masculina interrumpió la conversación; grave pero con dulzura en su tono, sonaba extremadamente adormilada. Voltearon al tiro, descubriendo que Rocknight había despertado y los miraba fijamente con unos grandes ojos plateados. Moonghost y Flowar estallaron de felicidad, corriendo a darle la bienvenida postergada durante días, mientras Eve suspiraba muy aliviada con disimulo.
Los preparativos para retomar el viaje iniciaron luego de desayunar. Dyfir se apresuró para reabastecer suministros y comprar algunas medicinas que le hacían falta, Eve la apremiaba y la pobre joven tenía el cabello hecho jirones por correr estresada de un lado a otro, todo por evitar que Rocknight tuviera tiempo de volver a caer dormido.
Afortunadamente, lograron tener todo preparado antes del mediodía, partiendo cuando la mañana todavía era bastante fresca. Dyfir pedaleó con mucha energía, dejando que su cabello volara libremente con la brisa que acariciaba su rostro, muy contenta por su necia insistencia de no abandonar la bicicleta. Sólo lucía preocupada porque Rocknight ocupaba la rejilla trasera, temiendo que cayera dormido repentinamente y la aplastara.
— No te vayas a dormir otra vez, Rocknight. O le despachurrarás la bicicleta a la pobre Dyfir —dijo Moonghost exteriorizando el temor de la joven, sonriendo con picardía y levitando a la par de ella.
— ¿No piensas que un sueño de más de de mil años es suficiente? —la pereza en la voz de Rocknight había desaparecido, revelando a alguien exquisitamente sereno y jovial.
Dyfir se sentía bajo un hechizo estando cerca, la apariencia y gestos del hermano de roca eran adorables, pero su forma de hablar lo hacía ver respetable también. Era una combinación que, curiosamente, le parecía un deleite.
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Pokémon EGN: Hoy es el fin del mañana
FanfictionUn extraño pokémon ha despertado de un milenario sueño, iniciando la cuenta regresiva para una batalla de la que dependerá el destino de todo ser vivo en la Tierra. Para evitarlo tendrá que despertar a sus doce hermanos. ¿Podrá lograrlo y encarar s...