Cruel temptation.

Capítulo 10

" I get tired of your no-shows
You get tired of my control "

—p-por favor...

Aquel hombre estaba de rodillas frente a mí rogando por su vida, deseando jamás haberse topado conmigo esta noche.

—Mírame! —le grité aún con el arma colocada en su frente.—mírame...

Él con todo el miedo del mundo alzó su mirada para toparse con la mía, sus lágrimas salían sin siquiera avisar, sus labios tiritaban y sollozos salían de estas.

—no me gustan los soplones...—reí.

—no era mi intención escucharlo...

—¡cállate! —grité, lo empujé al suelo con toda la brusquedad del mundo y coloqué mi pie encima de él.—¿algo que quieras decir antes de morir? —sus sollozos se hicieron más fuertes.

—p-por favor... le prometo que no diré nada.

—esto no es una negociación —suspiré.— no negocio con ratas.

—señor min... le soy muy útil, podría traerle información de su rival, sé que mi jefe no le agrada, todos lo saben... yo podría darle...—un disparo resonó en aquel callejón abandonado.

—me sirves más callado... y ya sabes lo que dicen, solo dos pueden mantener el secreto si uno de los dos está muerto.— reí para limpiar mi arma y volverla a guardar.

Caminé de regreso a la calle principal donde estaba hoseok esperándome en su camioneta y me subí sin decir nada.

—no has tardado nada —sonrió.

—estoy harto de estas sabandijas, deberían hacer una purga en este país, creo que así al fin harían algo bueno —me quejé.

—no estás de mucho humor —encendió su camioneta para dar rumbo.

—no la verdad —contesté—estoy teniendo problemas con uno de los del norte, no quiero enemigos ahora, no me conviene.

—¿y eso?

—tras la muerte de papá he perdido algunos dólares, no estamos en quiebra, solo debo equilibrar mejor el dinero para que en nuestra próxima entrega podamos conseguir todos una mejor paga —me recosté en el asiento.

—eres un gran jefe —halagó.

—lo estás diciendo solo porque les voy a pagar más.—él rió.

—creí que eso te subiría el ánimo —se encogió de hombros.—¿todo bien aparte de eso? ¿Samara tiene algo que ver?

—samara solo es un peón de mi juego ahora, solo necesito que me firme unos contratos más para llevar paz entre los del norte y nosotros, convencerlos que nosotros no somos un problema para después acabar con ellos.—contesté.

—bien, si samara no es el problema, ¿qué me dices de jimin? —esta vez fruncí el ceño.

—¿a qué viene eso?

—a qué estuvo peleando con ella desde que le abrió la puerta —rió—jamás creí que jiminie tendría tantas agallas.