El rescate

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7—El rescate

Seto tocó timbre y le abrieron.

¿Si? ¿Qué desea?—preguntó un hombre calvo con mirada desconfiada.

¿El señor Moto se encuentra en casa?—preguntó suponiendo bien que el otro era el mayordomo de éste.

¡Así es!—respondió el sirviente.

¡Bien!—exclamó Kaiba y lo empujó.

Yugi que estaba en la sala arreglando su mochila lo vio primero pero el castaño pasó a su lado mientras el mayordomo perseguidor le increpaba desde atrás a los gritos y amenazaba llamar a los guardias.

El mayor de los hermanos salió entonces por una puerta preguntando que era todo ese griterío y al ver al ojos azules le reconoció--¿Tú trabajas para Wheeler verdad? ¿Qué se supone que es esto? Si traes un recado de él te digo que ya hablamos y le dije que la reunión era mañana a las...--dijo pero antes de que lograra terminar la frase el custodio que no había dejado de avanzar por la sala le tomó por el cuello y le estampó en la pared.

Solo lo preguntaré una vez. ¿Dónde están?—preguntó el guardaespaldas con un tono amenazante. Los ojos violáceos se clavaron en los suyos con incomprensión.

¿De que hablas?—preguntó Moto.

¡Deja a mi hermano!—gritó Yugi asustado.

¡Llamaré a la policía!—dijo el sirviente agitado.

¡Apártate enano!—dijo Seto a Yugi—Tal vez seas amigo de Yue pero si interfieres con esto niño te trataré como un cómplice en su secuestro. ¡Y tú!—dijo hablando al sirviente—Llama a la policía para que una vez que termine con la escoria de tu jefe lo metan ellos mismos en la cárcel por secuestro—los otros dos se amedrentaron ante tales acusaciones. El más pequeño de los hermanos miró al mayor con desconcierto.

¿De que hablas? Yo no tuve que ver en ese secuestro—se defendió con dificultad el acusado pues su garganta estaba siendo oprimida muy fuerte a tal punto que temía que de un mal movimiento se la rompieran.

Ahora dime... ¿Dónde están?—preguntó Kaiba inconmovible.

¿Quiénes? ¿Los del holding?—preguntó de pronto el tricolor mayor.

¡Vaya! ¡Eres un genio! Al menos si no sabes donde está la niña sabes donde están ellos—preguntó Kaiba pues tenía una leve sospecha de que el otro no estuviera al tanto por su mirada. Aunque podía ser engañado, difícilmente lo era.

No creo que ellos...--dijo Yami.

¡Dile hermano!—le pidió Yugi temiendo por su integridad pues el otro parecía todo lo peligroso que podía ser un hombre enfurecido y el otro pareció comprender eso.

¡Está bien! Te lo diré—dijo el mayor de los Moto.

Maximiliam Pegasus era un hombre extremadamente ocupado, rico y pagado de si mismo, su asistente Duke Devlin que también era su abogado le había pedido que asistiera a esa junta para decidir ciertas cosas con sus asociados menores. Estaban en uno de los salones de conferencias del Waldorf Astoria esperando por el último asociado cuando un castaño de asesinos ojos azules entró sin anunciar.

¡Perdón pero esta es una reunión privada, así que deberá...!—dijo un hombre entrado en años acercándose al intruso que sin más sacó una Beretta 9 mm. y le apuntó en la cabeza logrando que se callara de inmediato.

AMOR EN CUSTODIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora