¿Y que haremos?

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19--¿Y que haremos?

El sabor de sus labios era real, también el tacto bajo sus dedos. El castaño le correspondía como él siempre quiso y nunca esperó. Estremeciéndose con cada nuevo contacto el rubio descubrió que el mundo estaba para ser feliz.

Cuando por fin sus labios se separaron el ojos azules le dijo—No entiendo porqué estabas dispuesto a casarte por esto—

Poniendo su cara contra el pecho del más alto el joven, escondiendo así su cara de la vista del otro contestó—Estaba cansado. ¡Quería terminar con esto de una vez! Poner punto final a esto. No tenía razón de ser y creí que así, al final, tal vez...--

¿Y por que te lanzaste en esto sin al menos preguntarme? No entiendo—dijo Seto con sus ojos azules llenos de interrogantes.

¿Como podía? ¿Como se hace para preguntar a un ser que no demuestra lo que siente si se siente atraído por ti o no? Hasta estoy dudando. Dime la verdad. ¿Yo... te intereso?—preguntó el empresario rubio.

No habría parado la boda de no ser así—le contestó el custodio y los ojos mieles se agrandaron con estupor.

¡La boda!—dijo de pronto recordando que fuera había mucha gente que impresionada esperaba una explicación—Tengo que salir y...--añadió.

¿Qué harás?—preguntó Kaiba.

Las meladas orbes se encontraron con los zafiros y el otro respondió—No podría seguir ahora con esto—

¿Quieres que te acompañe?—preguntó Seto algo preocupado por el otro, lo que este notó.

¡No! Esto es mi responsabilidad—respondió el menor de ambos con una sonrisa algo más aliviada y se dirigió a la puerta.

Tea estaba en una de las habitaciones más alejadas. –Debo hablar contigo—dijo él.

¿Es tan malo?—preguntó la castaña y Joseph asintió.

No habrá boda—dijo el rubio sintiéndose incómodo.

¿Por ahora o...?—preguntó ella se veía confundida.

No. Definitivamente—respondió el empresario.

¿Qué ha sucedido?—inquirió la secretaria.

No debí hacer esto—dijo nervioso el de ojos mieles caminando hacia la ventana, en su corazón había arrepentimiento más no indecisión. Era para él contrario lastimar a aquellos que nunca le habían deparado mal y por eso su naturaleza estaba herida. Porque sabía que había usado a Gardner para sacarse a Seto de la cabeza y puso como excusa la seguridad de su hija. –Estaba confundido. Pensé que con esto se acabaría todo pero...--

¿Qué se acabaría?—preguntó ella con su vestido blanco meciéndose al compás de su cuerpo.

Tea, hay otra persona—le dijo dándose la vuelta para mirarla a la cara. Era lo menos que podía hacer y vio su consternación con claridad en la habitación en penumbras por el atardecer.

Creo, creo que siempre lo supe. Tu repentino interés en mí. Han pasado muchas cosas pero nunca antes te fijaste en mí y jamás creí que me pedirías tan rápido casarnos. Pero entendí cuando me dijiste que estabas preocupado por el futuro de Yue si te pasaba algo que ese era motivo suficiente—exclamó la ojiazul.

Te mentí y a mí mismo. No quería reconocer la verdad—dijo su jefe.

¿Pero por que?—preguntó ella con lágrimas asomando por sus ojos--¡Dímelo! ¡Sabes que nunca lo usaría en tu contra! Sea lo que sea—

AMOR EN CUSTODIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora