4—El porqué
Ese mediodía Seto se vio arrastrado a un restaurante donde Joey se sentó a solas con él.
Necesitaba salir un poco de la oficina—dijo.
No es tu ambiente—exclamó el castaño algo incómodo sin hacerlo notar. No estaba acostumbrado a acompañar así a sus clientes pero parecía que el otro no solo quería un guardaespaldas, quería a alguien que le acompañara, alguien con quien sentirse cómodo.
Es trabajo—respondió Joseph mirando por la ventana mientras esperaba que le trajeran su comida. Su cansancio era evidente. –Ahora vamos a lo que vinimos—exclamó luego. Seto prestó atención pues no sabía de un fin para esa salida—A mis empresas no les está yendo precisamente bien. El mes pasado hube de recortar gastos...--
Despediste empleados—arriesgó el custodio.
¡Ajá!—aceptó Wheeler.
No es una medida muy popular—exclamó Kaiba.
¡Así es!—respondió Joey—No es algo que me hubiera gustado hacer pero no tuve otra opción por lo que me vi forzado a eso. Y algunos de mis ex empleados parece que no lo han tomado muy bien—después de dicho eso sacó un papel de su portafolio y lo alargó hacia Seto.
La carta estaba llena de ira y amenazaba la vida del rubio, estaba hecha con letras recortadas.
La policía no pudo obtener ni huellas ni ADN de ella, tampoco una dirección por donde llegar al o los sujetos. ¡En fin! Estoy solo en esto a menos que cometan otra fechoría y dejen rastros pero no me parece que pueda dejar que eso pase—exclamó el empresario.
¿Otra?—preguntó el castaño.
Hace un par de semanas tenía una reunión en un yate con unos conocidos. Estaba en cubierta a punto de zarpar cuando me avisaron de que Yue estaba con una fiebre muy alta y que llamaron al médico por lo que me bajé y fui a casa sin más—dijo Wheeler para después sacar otro papel de su maletín.
Era un recorte del periódico. El titular anunciaba: TRAGEDIA EN EL MAR. Mueren 7 personas.
Seto lo miró a los ojos—Esto es verdaderamente grave—exclamó.
Por eso te busqué—respondió Joey. –En verdad no estaría tan preocupado si no fuera porque lo único que Yue tiene es a mi—aclaró.
El ojos azules le miró un momento antes de agregar—Te has convertido en un buen padre—
Los ojos mieles lo miraron asombrados por un segundo y dentro del pecho de Joseph su corazón saltó con ahínco. Una calidez reconfortante se extendió por su pecho haciendo que por un momento olvidara sus preocupaciones.
El resto del día Wheeler tuvo sus reuniones dentro de la compañía y su día fue como estaba previsto, pero al volver a casa para cenar se encontró con una sorpresa.
¡Los hermanos Moto están esperándole, señor!—le dijo el ama de llaves.
Gracias Gertrud—contestó el rubio.
El castaño había observado como se oscurecía su semblante al recibir la noticia. Fueran quienes fueran los visitantes, no eran de su agrado.
Un joven de más o menos la edad de Wheeler salió del comedor, era alto, de ojos violetas y con el pelo de tres colores. Tenía cierta apariencia distinguida que hacía que se notara su soberbia a distancia. Tras él salió una copia baja del mismo muchacho que llevaba de la mano a la pequeña Wheeler.
¡Ay, que agradable que llegaras!—le dijo al ojos mieles el más alto de los visitantes.
No recordaba haberte invitado—el tono de Joseph era cortante y frío, o eso le pareció a Kaiba.
No te preocupes. No lo hiciste. He venido en una visita sorpresa porque ha surgido algo de lo que debemos hablar—contestó el otro.
¡Espera aquí!—le ordenó el empresario a Seto. Luego fue hasta su hija y levantándola en un abrazo le preguntó--¿Como te fue hoy bonita?—
Bien papi. ¡Yugi y yo coloreamos un libro!—dijo con emoción la pequeña apuntando al más bajo de los hermanos que la miraba con una gran sonrisa desprovista de doble intención o soberbia, haciendo patente la diferencia con su hermano.
¿Ah, si?—preguntó Joey–Entonces debemos ofrecerle un helado a cambio. ¿Te parece mi cielo?—
¡CHIIIII!—respondió la niña entusiasmada pues eso significaba que ella también comería, su padre la bajó y miró a Mika que entendiendo el mensaje se llevó a los niños con ella a tomar helado a la cocina mientras él iba hacia el estudio en compañía del otro visitante.
Al rato se oyó una fuerte discusión en el estudio y tanto el más alto de los hermanos como el rubio salieron de ahí. El semblante de Joey era agrio. El del otro, pagado de si mismo. Alguna jugarreta le estaría haciendo el ojos violetas, concluyó Seto.
¡Piénsalo bien! Es una buena oportunidad. ¡Consúltalo con la almohada si quieres! ¡Yo te llamaré mañana!—le indicó el tricolor.
No tengo nada que pensar. ¡Ya te dije que no! Y es mi última palabra—dijo el ojos mieles con actitud frustrada.
Lo perderás todo si sigues así. ¡Créeme! Te lo estoy diciendo como amigo. Solo por ese torpe orgullo tuyo vas a quedar en la lona y eso no es justo para Yue—dijo el otro.
Lo que es justo o no para mi hija, lo decidiré yo. Gracias por preocuparte pero ya te he dicho que no venderé la compañía, no me interesa vendérsela a ese grupo. ¡Contáctalos y dales mi respuesta!—respondió el rubio con mirada decidida lo que gustó al ojos azules. El otro había intentado debilitarlo con la mención de su hija pero Joey no se había amedrentado ni dudado. Era admirable como el otro había cambiado.
Es una oferta generosa y tú lo sabes. Nadie ofrecerá ese precio por ella en el estado en que está—alegó Moto.
¡No lo haré y punto final!—respondió Wheeler.
La sonrisa del tricolor desapareció y evidentemente frustrado resopló para luego llamar a su hermano con un grito--¡Yugiiiii!—este apareció en el acto--¡Despídete que nos vamos!—
Si, hermano—respondió obediente el menor y luego dirigiéndose a Seto y Joey dijo--¡Buenas noches!—luego de que Joey le respondiera, ambos Moto se fueron.
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AMOR EN CUSTODIA
FanfictionSeto es un guardaespaldas profesional contratado por un millonario al que han amenazado con hacerle daño a su hijo para que lo proteja. El muchacho es rebelde y él no le cae bien porque hace es su niñera y al castaño no le cae porque es contestatari...