Acelerando procesos

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15—Acelerando procesos

Era de mañana y Seto esperaba a su jefe de pie en la puerta. No le había dicho de lo sucedido el día anterior, primero porque estaba acompañado por Tanaka y segundo porque no quería hacerle preocupar pues conocía al rubio.

Escuchó pasos en la escalera y levantó la vista para ver al ojos mieles sonriendo mientras bajaba con el pelinegro que decía—Será muy divertido—

Los dos lo miraron y Joseph le dio los buenos días, Seichirou dijo lo mismo y él contestó a ambos.

Sentados en la parte trasera del auto de vidrios negros ambos empezaron a conversar y cuando el rubio vio que llegaban a la calle dijo a su custodio-chofer que se dirigiera a una dirección.

Perdón señor Wheeler pero...--trató de preguntar el castaño un poco inseguro.

No se preocupe, señor Kaiba. Lo llevo a un lugar totalmente seguro. No tiene muchas ventanas y tiene un interior bastante oscuro—dijo el gastrónomo haciendo que el otro adivinara que su jefe le había contado todo. Se sintió algo frustrado.

Estuvieron en un café de un hotel cinco estrellas que solo tenía una pared de ventanas y muchos reservados que usualmente se usaban de noche. El ambiente no era cálido sino más bien chick y estuvieron conversando del proyecto supuso el custodio que se quedó cerca de la puerta a petición del más alto.

Luego fueron a la empresa y estuvieron rato encerrados mientras Seto en la sala de espera leía un periódico donde los titulares anunciaban otro espectacular robo. El anillo del César. El periódico rezaba que este valía millones y que lo había robado el famoso ladrón de arte, el Neko. En sí el artículo no era de su interés pues solo hablaba de suposiciones. Y en la tercera página hablaban del asesinato que él presenció y decían que se buscaba al acompañante del asesinado restaurantero.

Entonces salió el invitado y sonriéndole, le dijo—Ahora puede entrar señor Kaiba—

A Seto no le caía bien. No era tonto y sabía que el otro lo estaba tomando para el churrete y a Seto no le gustaba que se burlaran de él y menos no entender porque el otro le concedía tal trato.

Cuando entró en la oficina de Wheeler este estaba con la cabeza apoyada en ambos brazos que tenía cruzados sobre la mesa y el ojiazul se preguntó porque estaba en tal posición.

¿Wheeler?—preguntó el castaño.

El otro elevó sus meladas orbes hacia él y luego se apoyó en el respaldo de su asiento—Dime—le dijo.

Seto un poco preocupado por la salud del otro pues sus reuniones con el otro parecían ser lo bastante pesadas para agotarlo procedió a decirle parte de la verdad—Conseguí la lista de los clientes del vendedor de armas—

Despertó la curiosidad de Joey quien con los ojos muy abiertos preguntó--¿Te fue difícil?—

No especialmente—respondió queriendo ser vago el custodio.

¿Y bien?—preguntó al borde de la silla el melado.

Creo que está codificada. La llevé a un conocido para que la descifre—le informó Kaiba.

¡Veo que conoces a mucha gente!—dijo casi con pesar Joseph.

Conozco gente que es de utilidad casi para cualquier tarea—le dijo con un aire como de "no tiene importancia".

¿También les conoces de la Armada?—preguntó Wheeler sin poderse contener.

Veo que tuviste una charla con Seiren. Si, conocí a esta persona allí, aún trabaja dentro y me debe algunos favores por lo que le pedí que lo hiciera—exclamó Seto.

¡Ah!—dijo Wheeler recordando lo que Seiren le había dicho. Aquella persona aún estaba en la Armada. Quizás a ella le pidió que le descifrara eso. Tal vez los lazos no se habían cortado del todo pensó con tristeza el empresario.

¿Quiere algo más?—preguntó el guardaespaldas al sentirlo de repente muy lejos de ahí.

No, nada más. Muchas gracias Seto—le respondió su jefe y se volcó a su computadora. El otro se quedó parado ahí un segundo y después se marchó. Joseph cerró los ojos un momento. Tenía que parar. Las palabras que le dijo Seichirou se hicieron presentes en su mente. Jamás estaría con él y era desgastante estar celándole sin esperanzas.

Entró Tea y preguntó--¿Puedo robarte un momento?—

Todos los que quieras—respondió él.

Tomaba decisiones que afectaban la vida de mucha gente pero aún no podía decidir sobre su propio destino, se dijo mirandola pantalla apagada de su computador. Se sentía mejor ahora que podía hablar con Seichirou pero eso no solucionaba nada. Pensó que fuera había un asesino que quería matarlo y en Yue. Debería solucionarlo todo antes de que le pasara algo. No dudaba de la capacidad de Seto pero en el caso de un francotirador no podía hacer mucho.

Joseph llamó al celular de Seto que esperaba en la sala de relax, cuando este llegó frente a la puerta del rubio se dio cuenta de que la castaña no estaba. Entró y ella estaba ahí.

El rubio y Gardner se levantaron de su asiento y el primero se dirigió hacia Kaiba—Quiero transmitirte algo—dijo con tono ceremonial obteniendo la atención completa del guardaespaldas. He decidido adelantar mi casamiento—

Muy bien—dijo el castaño sin principal interés lo que hizo sentir algo mal al ojos mieles. Le importaba tan poco que lo hiciera o no.

No necesitaremos seguridad adicional. He contado a Tea lo que sucede y está de acuerdo conmigo en hacer algo íntimo—le explicó Wheeler.

¿Será en la casa o planea hacerla en otro lado?—preguntó el custodio.

Será en casa—respondió Joseph.

Igual haré los arreglos necesarios pues entrará gente extraña a la casa—le informó el guardaespaldas.

¡Has como quieras!—dijo el ojos mieles sin poder ocultar su repentino mal humor.

AMOR EN CUSTODIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora