El tercero

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12—El tercero

Hoy a Joseph le tocaba recibir al hijo de Tanaka, que después de haber librado las exequias en su país natal había ido a velar por los intereses de su familia.

Era mayor que el rubio pero no se le veía nada mal. Sus ojos oscuros tenían una tonalidad melada a veces y su altura rivalizaba con la de un poste. Su mirada era seria pero una sonrisa algo divertida flotaba en sus labios en ocasiones aunque en esa ocasión no planeaba sonreír pues se trataba de un asunto serio. El último al que su padre dedicara su atención. Su cabello azabache rivalizaba en oscuridad con su traje entallado que daba cuenta de una musculatura algo desgarbada pero sin embargo bajo las apariencias, maciza. Su padre le había puesto por nombre Seichirou.

Era tan apuesto que todas las chicas volteaban a su paso y tan seguro que nadie le llevaba la contraria pues les llegaba a convencer tan solo con su tono que lo que el deseaba u opinaba era totalmente lo correcto.

Tenía un tono de voz grave y con el se dirigió a la secretaria de Wheeler al presentarse. Tea le sonrió muy amablemente y luego habló a su jefe por el interfono.

Cuando entró se miraron y de inmediato sintieron la conexión que sienten dos espíritus afines. Después de presentar sus condolencias y saludar, presentó a su acompañante como Seto Kaiba su guardaespaldas. Se vieron por primera vez catalogándose como lo harían dos leones que se encuentran en la misma selva.

Seichirou admitió para sus adentros que le agradaba la apariencia eficiente del otro y el peligroso aire que le envolvía. Era como un perro esperando la orden de ataque de su amo para destrozar a su oponente pero sin dar el más mínimo atisbo de ello. Eso lo dejaba en el área de un gran profesional.

Me disculpo—dijo Seto a su jefe. –Es hora de irme. Volveré en un par de horas si no me llama antes—añadió.

El ojos mieles asintió seriamente pero cuando el otro se alejaba Seichirou captó su mirada llena de preocupación y... ¿Amor?

Discutieron por una hora de los asuntos del restaurante y todo lo que le dijo pareció a Tanaka excelentemente planeado. Cuando el pelinegro lo felicitó el otro movió una mano para indicar que no merecía el halago y dijo—Mucho de lo que le he presentado lo he planeado con su padre. Era un hombre muy capaz—

Muchas gracias. Su modestia solo me indica que usted es un hombre muy gentil—dijo Tanaka sorprendiendo al rubio.

No es modestia. Es la verdad—alegó el empresario hotelero.

Y no lo dudo—indicó el gastronómico—Pero que le diera el crédito tan rápido no deja duda de su honestidad lo que me hace pensar que fue del agrado de mi oto—san. Y ya que estamos en tren de confianza me preguntaba si usted está en pareja con su custodio—

Joey se puso pálido--¿De donde rayos sacó eso?—preguntó.

Es solo que vi. que está muy interesado en él—dijo el pelinegro divertido por dentro ante la expresión asombrada del otro.

Yo no...--le temblaban las palabras a Wheeler. ¿Había sido tan obvio que un completo desconocido había podido verlo? Tenía que estar más atento a lo que hacía.

Bueno... ¿Y si yo le dijera que él me interesa?—preguntó el otro empresario.

¡Él nunca se interesaría por usted!—dictaminó rápidamente el ojos mieles.

¿Por qué no? Soy guapo y rico y...--dijo Seichirou llegando a donde quería.

¡Pero a él no le importa eso! ¡A él no le gustan los hombres!—dijo con fuerza el rubio. ¿Quién se creía que era para venir a pretender semejante...? De pronto se dio cuenta que el otro se paraba y se le acercaba.

AMOR EN CUSTODIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora