Príncipe por favor, no deberíamos salir de los recintos del reino, y esta demasiado frio para que ande así en su estado. - el guardián de Duncan suplicaba.
Arman ya han pasado mas de cuatro meses y me volveré loco encerrado en ese ¡castillo! -grito lo último. - además al cachorro le hace bien que tomemos aire fresco, aunque este nevando, así que no te preocupes. - siguió caminando con rumbo a la cueva, sus pisadas iban quedando tras de él, y podía sentir las pisadas del alfa, que era su guardián. Habían pasado cuatro meses ya y Kieran aun no volvía de los soldados de hierro, apenas llego envió una carta, diciendo que lo enviarían a una misión de revocamiento, ¿A dónde? Ni el mismo lo sabía. Ana había tenido una pequeña niña, que ya tenía cuatro meses y Ángel tenía a su pequeño de ocho meses, era un verdadero angelito con su padre Ángel, pero con Antonio era un verdadero demonio.
Caminaron por el bosque sin decir palabra Duncan disfrutaba del aire helado, y de la caminata en silencio, hasta que arman la rompió.
Príncipe por favor, volvamos, si le sucede algo el rey Kieran, me asesinara. – seguir suplicando como un omega.
Primero, para ser alfa eres bastante llorón ¿te lo han dicho? -se detuvo en seco y se giró hacia su guardián. -segundo, Kieran es solo príncipes Kieran, Jaspers aun no le cede el trono y no lo hará hasta dentro de mil años. – dijo sarcástico. - y tercero, estas tu para defenderme o no.-pregunto sonriendo por la expresión del otro. - sigamos, que falta poco para llegar. -se giro y tuvo que afirmarse de un árbol cercano, escapando un gemido de sus labios. -cachorro, aun no es hora, quédate hay durante dos meses más de acuerdo. – coló su mano en su vientre hinchado, se incorporó y siguió caminado. Caminaron un par de minutos mas y llegaron a los limites del bosque, salió de la protección de los árboles, se adentró a la cueva, antes de seguir caminado se detuvo.
Espérame aquí no tardare mucho. -sin esperar respuesta se volvió y siguió caminado, llego hasta la cascada y se despojó de sus ropas, y se metió en el agua, si bien estaba fría, su cuerpo la regulo de inmediato, se sumergió dos veces y salió, vistió su cuerpo y se coloco el grueso abrigo de piel de oso, para abrigarse, salió y al notar la luz al final de la cueva emprendió camino, al llegar su sorpresa fue mayúscula, su guardián estaba arrodillado frente a diez hombres de los cuales dos lo tenían sometido cada uno afirmado su brazo, el hombre estaba golpeado y a su alrededor habían una par de cuerpo, supuso que su hombre no cayo sin antes pelear. Afirmo más el abrigo a su cuerpo para proteger su vientre y salió con la barbilla en alto, cuando las miradas fueron puestas en él, levo una ceja y los miro con desdén.
Suelten a mi guardia de inmediato y no sufrirán las consecuencias. – ordeno, los hombres solo rieron y el que aparentaba ser el jefe se acerco hacia y lo miro hacia abajo, pues era bástate alto.
Pero que tenemos aquí un hermoso y delicadaoomega. – se relamió los labios, y tomo la barbilla de Duncan con fuerza, el omega no emitió ni un quejido.
Retira tu asquerosa mano de mí. - lo dijo con una calma mortal, que haría retroceder a cualquiera, pero esos tipos eran arrogantes víctimas de su propia estupidez.
Valla, tiene agallas el pequeño y dulce omega. – se volvió a relamer los labios y acerco su boca al oído de Duncan. – espero que tengas el mismo temperamento cuando te tenga debajo mío gimiendo por más. - volvió su la cara de Duncan ara besarlo, pero este escupió en su rostro.
Tu aliento apesta, y solo en tus más miserables sueños estaría gimiendo tu nombre. - Duncan escupió a los pies del tipo y alejo la mano de este con un manotazo, el hombre le dio un revés que giro la cara del menor rompiendo su labio.
El rugido de Arman, los hisos volver hacia este, en la bruma de la furia por el golpe hacia su príncipe el lobo tomo el control y despedazo a los que lo tenían sometido y se posiciono delante de Duncan y aulló, volvió a su forma humana para enfrentar al agresor. Duncan giro su rostro u lamio su labio partido mirando con odio al lobo.