escribí esta historia entre mis 16-18 años, así que posiblemente encontrarás graves errores ortográficos, hoyos en la trama, mal redacción, misoginia por parte de personajes masculinos y femeninos, embarazo joven romantizado, machismo y toxicidad romantizada con un montón de cringe. sé amable, solo era una adolescente y ahora ya no pienso así y he mejorado mi escritura. Pero los errores son parte de aprender. Gracias ❤
además ésta es muy especial porque fue mi primer historia entonces.. Fue mi comienzo.
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Riverdale, era aquella ciudad con "vitalidad", era el lugar perfecto para turistas que buscaban descansar del drama cotidiano de la vida, era, ya no más. Ahora Riverdale se había convertido en un lugar peligroso, un pequeño pueblo donde a cada vuelta de la esquina había un asesino, habían locos grabando cintas mostrando grabaciones de más de media hora de todas las casas.
Habían sectas y juegos demoníacos, sin contar lo mal de la cabeza que estaban sus habitantes. Había muerte y sangre por todos lados, ahora más que un pueblo parecía un cementerio con tantas personas inocentes muertas.
¿Pero, cómo era posible que un pueblo pasara de aburrido y pacífico a ser el pueblo con más muertes y asesinatos?
— Jug. —la voz de cierta chica de mechas rosas sacó a Jughead de sus pensamientos. Ya que el castaño se encontraba escribiendo una pequeña parte de su futuro libro, en un alocado momento en donde lo atrapó la inspiración.
Estaba sentado en su lugar favorito, en Pop's y al lado de la ventana mientras escribía en su portátil, y aprovechaba para comer una que otra hamburguesa que se le presentara en el camino, pues desde que a Betty la habían internado, había perdido apetito y la mayoría de las ganas para todo lo demás.
— Hola, Toni. —saludó con una rápida sonrisa, ella se sentó frente a él, tras haberle devuelto el gesto. — ¿Qué haces por aquí?
— Vengo a despedirme. —la pelirosa soltó un suspiro y habló con pesar, no estando aún muy convencida de aquella idea que se paseaba por su mente a ratos, pero decidida a la vez. — Me voy de Riverdale, Jug.
— ¿Qué? ¿Pero por qué? —Jughead preguntó de inmediato, en efecto, un poco alarmado ante repentina decisión.
— Jug, tú sabes el porqué. —Toni tragó en seco y con la cabeza agachada le dijo la razón. — Ella ya no está más en mi vida así que yo ya no tengo nada que hacer aquí.
— Oye, tranquila. —Jughead dejó la portátil de lado y tomó sus manos para darle algo de paz. — Ella está aún en tu vida, no está muerta, Toni.
— Es como si lo estuviera. —Toni empezó a lagrimear, con el recuerdo que pasaba cada noche espantándole el sueño. — Me duele mucho verla en ese estado, toda pálida, su cabello sin vida y con los ojos cerrados.
— Yo te entiendo, pero... —la morena no lo dejó terminar ya que estrelló sus palmas en la mesa con fuerza y miró a Jughead con furia en sus pupilas reflejándose. Aunque no, no era furia. Era dolor y tristeza.
— ¡No, tú no entiendes! Tú no entiendes lo que es perder al amor de tu vida, así que no trates de entender mi sufrimiento. —soltó.
— Yo también perdí a Betty, ¿te recuerdo, Toni? —Jughead le recordó, con un parecido dolor reflejándose en sus ojos azules y con algo de molestia en su voz. — Mi novia se encuentra en un maldito manicomio y yo no puedo hacer nada para sacarla de ahí, porque después de todo reconozco que está mal y tienen que atenderla.
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𝗥𝗘𝗦𝗖𝗨𝗘 𝗠𝗘
Teen Fiction𝐑𝐞𝐬𝐜𝐮𝐞 𝐌𝐞 | 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒅𝒐𝒔; 𝒕𝒐𝒓𝒏𝒂𝒅𝒐 𝒘𝒂𝒓𝒏𝒊𝒏𝒈𝒔 Tras los sucesos pasados en Riverdale, Betty Cooper había perdido todo rastro de cordura y estabilidad emocional, por lo que ahora la estaban tratando profesio...