𝗥𝗘𝗦𝗖𝗨𝗘 𝗠𝗘

2: Ojos azules

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Toni se encontraba pensando mientras conducía hacia el hospital general de Riverdale en su moto, Jughead siguiéndola por detrás.

Pues la pelirosa nunca en su vida había creído que iba a sentir lo que era amar de verdad, ya que para ella el amor solamente era para promocionar tontas películas clichés y lucrar con él.

Ya saben, la típica chica buena que se enamora de un chico malo y se deja maltratar por él cuando sea, o el otro cliché del chico que le hace bullying a la nerd y después se enamoran.

«¡No jodan! Eso no tiene ni una pizca de lo que es la realidad.»

Pensó Toni con una mueca.

Pues para ella el amor era un sentimiento desconocido y un signo de debilidad.

Antes de conocer a Cheryl ella no podía entender el sentido de una relación, veía a las parejas en el día de San Valentín tan contentas, tan enamoradas y se le hacía una completa tontería.

¿Qué de especial tenía el amor? 

Ver a Jughead con Betty para ella era algo (muy) extraño porque no entendía cómo demonios esos dos habían quedado juntos. ¡Eran totalmente diferentes! ¿Cómo es que se amaban tanto?

La vez que Toni había sido testigo de una melosa escena de amor entre Betty y Jughead, ella lo había llenado de preguntas acerca del amor.

Y le había dicho que no comprendía por qué las parejas se decían TODO, tanto lo bueno como lo malo. ¡Todos sus más oscuros secretos!

— ¿No te da miedo que Betty use tus errores contra ti? —Toni le había preguntado. — Es decir, es cierto que se aman pero algún día dejarán de hacerlo y ella te va a reprochar todo lo malo que hiciste.

— Eso es el amor, Toni. —había sido su única respuesta de él. — Amar es darle el poder a alguien para destruirte.

En ese entonces Toni solo lo había molestado diciéndole que eran puras cursilerías tontas, pero ahora que Toni tenía a Cheryl, sabía algo que antes no.

Sonaba algo cliché y usado para ella pero ahora sabía que la función de una pareja completamente distinta es sacar lo mejor del otro.

Cheryl sacaba lo mejor de Toni y Toni de ella, era por eso que se complementaban tan bien. Era por eso que se amaban.

Porque sí, Toni amaba a rabiar a Cheryl Blossom.

— Toni, querida. —nana Rose saludó al verla entrar por aquella puerta, la observó por un momento y habló. — Antes de que entres tengo que decirte...

— ¡¿Está bien?! —fue su primera reacción, no le importaba nada solo quería saber que ella estaba bien, sana y salva.

— Lo está, pero...

— Hable ya, nana Rose. Por favor. —rogó con algo de desesperación en su voz.

— Toni, calma. —pidió Jughead. — Deja que hable.

— Cheryl tiene visitas llegando. —dijo nana Rose, logrando confundir a Toni por un momento.

«Cheryl es una pequeña cereza de dulzura a mi parecer pero para los demás es el mismísimo diablo encarnado con tacones y labios rojos. ¿Quién se molestaría en venir a verla?»

Pensó la pelirosa.

— Heather Fox, una vieja amiga de ella no tarda en llegar.

«¡¿Heather?!
¡¿Quién demonios era Heather Fox?!»