27: Amor, no estoy bien

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━━━━▣━━◤BETTY◢━━▣━━━━━

Recuerdo todo y cada cosa que me habían hecho en ese asqueroso lugar, no podía creer que estuvieran apegados a Dios porque eran horribles personas que querían sacar el pecado de muchos pero no se veían en un maldito espejo.

— Betty, ¿sigues despierta? —la voz de Jughead me sacó de mis pensamientos, él se volteó para verme, yo rápidamente cerré mis ojos.

No podía dormir, cada que cerraba los ojos volvía a estar en ese horrible sitio.

— ¡No! —exclamé abriendo los ojos, mi cuerpo temblaba.

— Eh, calma. —Jughead pidió abrazándome, envolviendo sus brazos en mí para darme calma.

Y funcionó.

Pero solo por un momento, pues de nuevo sentí que estaba en el cuarto que compartía con la perra de Ethel.

El aire comenzó a faltarme y yo empecé a respirar por la boca, pero no era suficiente, el aire se me estaba yendo, las paredes empezaban a apretarse cada vez más haciendo el cuarto pequeño.

— Betty, Betty, tranquila. —Jughead me pidió con preocupación, pero me estaba asfixiando.

O sentía que me asfixiaba, así que me paré como pude de la cama y literalmente me arrastré al otro lado de mi pastelosa habitación para poder abrir la ventana, cuando ésta estuvo abierta de par en par, saqué la cabeza respirando abruptamente.

— Eh, estás bien, aquí estoy contigo. —Jughead me abrazó por detrás, yo respiraba y respiraba, inhalando el fresco olor a Riverdale. — No recuerdo que fueras claustrofóbica.

— Abre bien la puerta, por favor. —pedí a Jughead, aún estaba apoyada en el marco de la ventana, él así lo hizo.

— Quieres...

— No. —interrumpí a Jughead, yo sabía que él quería saber el porqué de mi claustrofobia pero no quería contarle, no aún.

— Betty, me preocupas. —Jughead susurró en mi oído.

— Cuando... —respiré una vez más. — Cuando escupía mis "medicinas" me encerraban en una pequeña caja de madera, todo el día, toda la noche, la sensación fue horrible. Estuve ahí unas cinco veces.

— Oh, Betty. —Jughead me abrazó con más fuerza, yo me di vuelta y hundí mi cabeza en su pecho. — Ya no volverás nunca más a ese horrible lugar, te lo juro por mi vida.

— Puedo... —Betty respiró una vez más. — ¿Puedo dormir cerca de la ventana?

— Te vas a helar, Riverdale es muy frío en estos tiempos. —Jughead dijo.

— Pero para eso estás tú. —sonreí un poco. — Tú me vas a abrazar, ¿no?

— Está bien. —Jughead asintió, fue a la cama y puso en el pequeño espacio de la ventana unas cuantas cobijas y dos almohadas.

Yo sonreí con alivio, Jughead y yo nos acostamos y él me abrazó, tenía razón hacía mucho frío pero sentir el viento pegar contra mi rostro me daba paz y tranquilidad.

— Me quedaré despierto, por si necesitas algo. —Jughead me dijo después de besar mi frente, yo asentí y me quedé dormida en sus brazos.

Era algo extraño y un poco cursi pero siempre que él me abrazaba, me sentía en calma y segura. Era como si sus brazos fueran un gran escudo que me protegían contra cualquiera y cualquier cosa. Y amaba esa sensación.

Me gustaba sentirme querida, amada y deseada, y joder, solamente Jughead Jones lo lograba.

Estaba tan tranquila hasta que sentí como me ahogaba, el agua inundaba mi garganta y me levanté como un resorte de la cama, jadeando y jadeando por aire, tocando mi garganta.

𝗥𝗘𝗦𝗖𝗨𝗘 𝗠𝗘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora