one shots Daryl Dixon

[Ojos Azules] 5a parte

Saliste de la casa de Olivia contenta.
El grupo de expedición liderado por Spencer había encontrado varias cajas de fórmula para las bebés.

Era un alivio para ti, ya que el alimentar a dos niñas es muy cansado. Además de que ya están mucho más grandes las dos, a Vega aún le cuesta alejarse de ti, mas últimamente está más independiente.

Para serte sincera, Alexandria es un buen lugar para quedarse, no es un misterio que es un lugar seguro para criar a las niñas y vivir tranquilamente.
Qué bien que terminaste decidiendo venir aquí.

Deanna; la líder de la comunidad, fue muy buena en aceptaros en su comunidad.

Aunque en estás tres semanas que han estado aquí, observaron que la mayoría os miraban con miedo, Aarón os explico que hacía mucho que no entraba un nuevo grupo de fuera de los muros, por lo que no están acostumbrados a tóner gente como lo sois vosotros.

—¡Hey Mely! —volteaste al ser nombrada y ves al hijo mayor de Deanna acercarse con una sonrisa de las suyas.

—Spencer. —él te observa con notable alegría, desde que llegasteis es de los pocos que no os ha juzgado en ningún momento. — Muchisimas gracias por haber traido la fórmula para bebé, nos será de lo más útil para las pequeñas.

—No fue nada. —niega varias veces restando importancia. —Cuando lo vi, me acordé de ti y tus hermosas hijas. Así que los muchachos me ayudaron en traer las cajas.

—Me has hecho un favor muy grande, las niñas ya están grandes para seguirles dando pecho. Vega sigue insistiendo con que quiere pecho, pero si le doy a una la otra quiere y ya tienen una edad para irse despegando —comentas soltando unas risas. —La fórmula me ayudará mucho de aquí en adelante.

—Qué bueno, no sabes lo feliz que me hace saber eso. —espeta alegre. —Me caes muy bien Mely.

—Tú también Spencer. —él toma la caja que cargabas y se voltea dirección a la casa que compartes con la parte de la familia que te queda.

—Anda, yo te ayudo. —insistió el muchacho. —Además quiero ver a las niñas.

Spencer es un buen amigo, adora a las niñas, aunque ellas aún no le hacen mucho caso a Spencer, prefieren jugar entre ellas con cosas tan simples como la moqueta del suelo o los vasos de plástico que solo se acuerdan de los demás cuando les entra el hambre.

—Está bien. —Acepto finalmente.

Los dos caminasteis hacia la casa que se os habían asignado el día que llegasteis, muy moderna y linda, dos plantas de vivienda solo para vosotros.

Desde que llegaste Spencer ha sido muy bueno contigo. Aunque no querías causarle problemas con su mamá. Escuchaste por las señoras de la cognitiva de Alexandria, que mucha gente piensa que estabas buscando marido, quien te mantenga. Y tener al hijo de la líder de la comunidad, sería muy conveniente para ti. Pero se equivocan, tú y Spencer solo son amigos nada más, solo podías ver a un hombre en ese puesto tan alto en tu vida, y tal hombre no se encuentra contigo desgraciadamente. Es el único amigo que tienes aquí, a parte de Beth, Tyreese y las niñas.

Llegaron a casa y lo invitaste a tomar una taza de café. Spencer aceptó amablemente la oferta.

Tu pequeño grupo vive contigo, pocas son las veces que se separan.

Al preparar el café, sacas de la alacena unas galletas que habías hecho. Carol te había enseñado una receta de suya, donde cambiaba los huevos por puré de manzana. Saben riquísimas.

Y comer de ellas te acordaba a tu antiguo grupo.

Se sentaron en la sala para platicar y beber del café recién preparado.