Parte 14

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   Lo pero era que podía escuchar todo pero no podía mover ni un dedo, ni gritar, ni nada. Estaba completamente paralizada. ¿Que querían hacer esos dos adultos con ella? Azul jamás había visto un loco de verdad, pero ahora estaba pensando que quizás ese hombre de pelo blanco y su esposa tan delgada estuvieran locos. ¿Que era eso que había ocurrido con sus caras? ¿En que se habían transformado? ¿Y qué se proponían hacer?
   Esas cosas horribles solo ocurrían en las películas. Ella solo quería despertar, porque todo eso no podía ser más que una pesadilla. ¿Por qué su papá no venía a ayudarla? ¿Que había ocurrido con el? ¿Que le habían hecho esas personas a su papá? Tal vez lo habían matado porque ella había dicho que su papá era un desastre.
   No. Su papá era bueno, muy chistoso, y hasta se prestaba para hacer de bebé cuando ella quería jugar a la mamá. Era un bebé ridículo y gigante y ella se reía mucho cuando se hacía el caprichoso. Seguramente esas personas querían matarla, aunque ella no les había hecho nada, ni siquiera los conocía.
   Ahora se había agregado una tercera persona. Azul pudo escuchar claramente cuando se sumó una voz como de vieja, que dijo:
__Nos volvemos a encontrar.
   A lo que el señor Evans contestó:
__La estábamos esperando...
__A ver... así que esta es la niña reemplazante. No podía haber... elegido mejor __era una voz desagradable, opaca, que parecía requerir un gran esfuerzo para salir. Además, cada tres o cuatro palabras la vieja se interrumpía para escupir.
__Si __dijo el señor Evans.
__No podían haber elegido mejor... es idéntica a la de ustedes... __repitio.
__Apurese...
__Tranquilo, señor... que antes quiero recordarle nuestro trato...
__No hace falta. Todo nuestro dinero está enterrado en este mundo terreno y se lo daremos no bien termine usted con esto.
   La vieja rió.
__¿Saben a qué se exponen si no cumplen?
__Lo puedo imaginar. Que hayamos vuelto a la vida es la prueba de su poder.
__Mi poder no da para tanto, Evans. Si yo pudiera hacer cosas como está me habría apoderado de su riqueza sin más vueltas. Quién hizo todo esto es el Amo al que usted y su esposa van a servir desde ahora. Ese era el trato, por su lo olvidó: ustedes recuperan a Amalia a cambio de transformarse en esclavos de mí Amo. ¡Han vendido el alma! No lo olviden...
__Ya se, ya se.
   La vieja rió más estruendosamente y entre toses agrego:
__"Ya se... ya se" __se burló __. En fin, volveremos los tres a vivir...
__Los cuatro __la corrigió Evans.
__Los cuatro, si... Podremos vivir los años que nos quedaban cuando... interrumpimos... nuestras vidas.
__Si. Y nosotros nos marchamos de aquí, con nuestra hija, adónde nadie nos conozca.
__Bien. En este tiempo de ahora está otra nena aparecerá aplastada por un tractor quemado. Será todo muy confuso pero el padre de la nena, que está viniendo hacia aquí, será quien la encuentre. Al ver el cuerpo de su hija se volverá loco y todos creerán que su locura lo llevo a incendiar la casa y...
__Apurese, no quiero saber nada de todo eso __dijo Evans con desprecio.
__Bueno, empecemos __dijo la vieja y tras una pausa comenzó a cantar algo con palabras incomprensibles. El canto aterrorizaba a Azul, como si fuera más grave oír eso que el mismo hecho de estar a merced de esos seres.
   Azul noto que en cierto momento la vieja comenzó a caminar a su alrededor y que los otros dos la seguían mientras repetían en vos menos audible lo que la vieja cantaba. Sus voces sonaban graves, por momentos parecían quejas y solo eran comprensibles cuando decían "Amalia". Ante cada nueva pronunciación de ese nombre Azul se estremecía más, por qué intuía que su suerte estaba atada a esa palabra.
   Hubo un momento en que los tres comenzaron a gritar más fuerte, como si hubieran enloquecido. Hasta que la vieja dijo:
__Bueno, ahora hay que usar el tractor...

La noche de los muertosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora