Scare

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Nam Joon alzó sus cejas, impactado. Yoon Gi tenía un hermano y siquiera estaba enterado de ello. ¿Cómo a su amigo se le había ocurrido no decirle antes? Su mirada curiosa, seguía en el rostro del chico. Era definido y de facciones finas. Sus ojos del mismo color profundo que los de Yoon Gi, sus labios un poco más finos, el superior mas que el inferior, sobresaltando en él una mandíbula esculpida perfecta. Estaba cayendo en la cuenta de que se parecía mucho a la madre de Yoon Gi.

—Vaya, no esperaba escuchar esto.— expresó aún en aquella burbuja de incomodidad y sorpresa. Todo entre ellos se volvió silencioso. El mayor no sabía que decir, y aunque la curiosidad lo estaba matando por saber más, pues las preguntas de su poco parentesco hacía Yoon Gi surgían, debía ser cuidadoso; Porque en esos momentos el mencionar a su amigo era un tema bastante delicado y doloroso para ambos.

El pelirrojo seguía enfocado en las prendas y Nam Joon solo observaba por el ventanal como todo volvía a la normalidad y un Seok Jin sofocado entraba por la puerta de cristal. 

Se acercó a ellos con rapidez y sacó de su chaqueta unos cubrebocas para él y JungKook.

—Tenemos que irnos. La policía está por llegar y empezará a investigar sobre lo ocurrido.— el menor se dejó hacer. El moreno solo estaba tieso en su lugar mirando a los dos hombres. ¿Él tendría que ir con ellos? —Vamos— expresó empujando al otro chico, para que salieran del establecimiento. Seok Jin volvió su cara e hizo un ademán para que los siguiera.

Nam Joon, sin otra cosa que hacer, se encaminó junto a ellos, adentrándose en el tumulto que empezaba a formarse.

Caminó por un largo tiempo, escuchando las palabras que le dirigía el mayor al chico pelirrojo. Parecía darle ánimos e intentar hacerlo sonreír.

No entendía lo que sucedió en el momento en que entraron a la tienda con el muchacho, pero suponía eran de los cotidianos enfrentamientos entre bandas, que muchas veces escuchó hablar a Ho Seok. Él le había contado sobre su estancia en Busán con aquellos sujetos, que luego pasó a Daegu por mandato de su propio Clan, pero nada más.

Aunque conoció lo suficiente de sus dos mejores amigos, no lo sabía todo de ellos y meditaba que posiblemente estos lo habían hecho por su bien. Él era demasiado cotilla en ese aspecto de los secretos, pero siempre fue respetuoso cuando alguno no quería hablar o responder una de sus preguntas. Ho Seok a veces le gritaba que era un metiche, sin embargo terminaba contándole.

Sonrió por aquel recuerdo.

Los extrañaba demasiado a ambos.

Al parecer ya todo estaba bien y no los perseguirían. Vio a Seok Jin sacarse el cubrebocas y seguir avanzando. El moreno se detuvo al cruzar una calle. Los dos hombres delante de él se volvieron.

—Estoy a unas calles de donde vivo, así que tomaré mi rumbo. De todas formas gracias por volver a salvarme.— expresó, juntando sus labios, apareciendo en una de sus mejillas el profundo hoyuelo. Seok Jin asintió.

Nam Joon vio cómo las dos personas se iban y decidió caminar un poco más hasta que su cerebro le avisara de su cansancio. Se detuvo en un establecimiento de comida tradicional y probó un platillo antes de llegar a casa. Tomó varias botellas de soju, aún sabiendo que no era buena idea tomar solo.

Al menos no tenía que conducir.

Jamás en la vida.

Su cabeza empezó a dar vueltas cuando salió del local. La sacudió y empezó a caminar con pausa, tratando de no tropezarse otra vez con alguien. Al parecer las profundas emociones lo volvían cada vez más torpe de lo que era. Cruzó una calle, enfocado en que la luz estuviese en verde y entonces su corazón se paró en su pecho.

Una persona a unos metros apuntaba a otra con una pistola. El semblante de esta era notoriamente pálido. Llevaba sobre si una camisa de seda negra y unos pantalones ajustados del mismo color, sus ojos eran grises y su cabello rubio platino, una sonrisa complacida se extendía en sus labios. El otro frente a él, arrodillado, suplicaba por su vida y estaba repleto de sangre. El de cabello platino hizo un ademán y apretó el gatillo en su corazón, frente y cuello.

Nam Joon jadeó cuando él de cabello platino viraba levemente su cabeza y empezó a correr por la acera. Maldijo en sus adentros haber tomado tanto, porque sus piernas no lo dejaban correr con facilidad y se escondió en un callejón. Creía que el corazón le saldría por la boca y no solo por él haber corrido como loco. Un tipo estaba tras él tratando de matarlo.

Esperó a tomar bocanadas de aire para calmar la pronta taquicardia, cerrando y abriendo sus ojos rápido. Si ese tipo lo encontraba no tendría escapatoria
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Esto le pasaba por estar a altas horas de la noche en la calle.

Era un estúpido de primera.

Vió como el sujeto se detuvo ante él, pero mirando a otras direcciones, accionaba la pistola para cargar la bala. El moreno se encogió más, espantado y se adentró al frío espacio para no ser visto. Retuvo la respiración. Y espero paciente en la misma posición como estatua, hasta que el sujeto desapareció de su vista.

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He tardado en actualizar porque ya les dije en el capítulo anterior que yo misma debo tener paciencia.

Necesito acomodar la historia en mi cabeza para poder darles una forma gráfica de lo qué pasa en mi mente y no lanzar todo de golpe.

Espero les esté gustando.

Gracias por leer mis Boys and Girls!

Deal - Kim Nam JoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora