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Su corazón dio un profundo latido cuando escuchó el impacto y acto seguido se levantó de la posición que ocupaba. Por instinto, una de sus manos se aferró a su pecho y apretó con fuerza sobre la camiseta. Su mayor hizo el mismo movimiento con una mirada retorcida de incomprensión. Mientras, no perdía tiempo y caminaba a paso apresurado hasta llegar al lugar de donde provino el susodicho estruendo.

Su cuerpo tenso le delataba los nervios, atravesándole la columna con escalofríos, junto al calambre en sus manos. Tenía un presentimiento y no de los buenos. Respiró hondo, absorbiendo una gran bocanada de aire que le recorrió los pulmones y volvió a salir pesadamente por su nariz en una exaltación dolorosa.

Tardando de encontrar la calma que amenazaba con descontrolar sus  sentidos, alcanzó a su mayor con menor premura. Sus ojos pasaron de on Nam Joon que se ubicaba en la parte superior de las escaleras con los ojos desorbitados y aferrando la superficie de la baranda. Continuó deslizando sus ojos, entroncando el semblante de JiMin sombrío. Sus ojos apagados y empañados con lágrimas fijos en lo que llamaba la atención de todos los presentes.

A unos metros de allí, con un arma en manos y una expresión de fastidio en sus ojos, además de frialdad, su hermano, Min Yoon Gi. Pero eso no era lo peor. A unos metros de este, un cuerpo rendido al tenebroso encuentro de la muerte. Sin palabras, volvió sus ojos a los oscuros y para nada dolidos del platinado, que ahora bajaba la pistola con desgarbo.

Su mente empezó a calcular. Si el estaba allí, entonces había librado con éxito las defensas del Clan y eso daba la posibilidad de que...

No.

No podía ser cierto.

Sin esperar a que Seok Jin le indicará, colocó su dedo índice en el auricular que solía llevar por si se presentaba alguna situación. Como le era imposible mantenerse al tanto de la comunicación fuera de la habitación  asignada específicamente para ello, llevaba un apartado de precaución parecido al walking-talking, pero en una versión más avanzada.

JiMin no prestó atención a nada y aún en llanto, se acercó a Tae Min y tomó su cabeza entre las manos. Un gritó se trancó en su garganta ardiéndole hasta lo más profundo de su ser. Ya era suficiente. Y los demás a su alrededor lo notaron.

El muchacho se incorporó de golpe y aceleró el paso hasta quedar frente a Min Yoon Gi, quien con una descarada sonrisa ladeó su cabeza.

ㅡ¡Maldito!ㅡ gritó en un mar de gotas saladas. Seok Jin intentó acercarse para impedir que sucediera lo que se esperaba, pero JungKook lo detuvo sacudiendo la cabeza en negación. Yoon Gi ya tenía a JiMin en sus garras y nada podían hacer. El tenía todos los puntos a su favor, pues ninguno de los tres tenía como defenderle.

El menor golpeaba con sus puños el pecho del mayor, hasta que este le rodeó una de las muñecas, desprendiendo su sonrisa cínica y ojos grises tan fríos como un témpano de hielo.

ㅡ¿Estás listo?ㅡ susurró. El rubio alzó la vista y trato de apartarse con todas usa fuerzas. Seok Jin intentaba insistir en zafarse del agarre de JungKook que apretaba su hombro con dolor, no sólo por la idea de que su hermano tenía a JiMin en sus manos, si no por el temor de que algo peor sucediera.

ㅡ¡Déjalo, Yoon Gi!ㅡ gritó el moreno que ahora bajaba las escaleras con una creciente cólera reflejada en sus ojos. ㅡ¡Suéltalo, ahora!ㅡ gritó, sacando ahora una pistola de su pantalón. El pelirrojo tragó saliva, alternando de uno en otro.

¡Mierda! Nam Joon se estaba arriesgando a algo impensable. No sabían con exactitud que Yoon Gi tenía entre manos. El era impredecible en esos momentos y el muy idiota estaba arriesgando todo.
El platinado se burló, manteniendo la firmeza de su agarre y contemplando con desagrado al más alto, cual le temblaban las manos sosteniendo el objeto peligroso.

ㅡSi no lo hago, ¿qué? ¿Me dispararás? Hazlo si eres capaz.ㅡ incitó. Nam Joon tambaleó un poco en su lugar. Las lágrimas empezaban a acumularse bajo sus cuencas, permitiéndole ver a todos lo débil que era.

Lo frágil. 

No podía con esto, pero debía enfrentar su miedo y salvar a ese pequeño de aquel personaje que ya no era su mejor amigo. Ya Yoon Gi no existía en ese cuerpo.

El mayor no dejó ir al pequeño chico que suplicaba ser soltado. El rubio mayor empezaba a perder la paciencia, así que apuntó la pistola entorno a él.

ㅡMuévete un centímetro más y no me importará lo tanto que te necesiten. Te haré ir al infierno antes de tiempo.ㅡconcretó con furia. JiMin dejó de removerse y alzó sus ojos con inocencia, luego dejó caer la mirada a sus zapatos.

Con un golpe tosco empujó a Yoon Gi que atacaba por tomarlo nuevamente. El chico no se inmutó y lanzó un fuerte golpe con su puño para estampado contra su mandíbula. El mayor jadeo al recibirlo. JiMin no se detuvo, estampado nuevamente contra su abdomen, haciéndole retroceder unos pasos.

El rubio empezó a golpearlo, soltando este el arma que poseía en su manos. Los demás al ver la oportunidad hecha corrieron entorno a los que se enfrentaban. Seok Jin señaló a JungKook la pistola, que el pelirrojo corrió rápido. Nam Joon guardó la suya la tembloroso. Y corrieron para separar a los dos que se propinaban golpes a diestra y siniestra.

Sin embargo; eso no era todo.

Un sudado y para nada tímido JiMin empezó a renacer desde lo más profundo. Dejando ver a un pequeño de ya no sonrisa tímida, si no a un chico bañado en debilidad e irá acumulada.

Seok Jin intentó separarlos, pero empezó a recibir golpes por parte de los atacantes. JiMin se dio media vuelta por el cuerpo de Nam Joon, que lo sostenía de las axilas, desprendiendo, acto seguido, su pistola del lugar, para entonces apuntar a Yoon Gi.

Todos se quedaron como estatuas, mirando al menor que ahora les brindaba una macabra sonrisa. Sus ojos rojos delataban su desequilibrio mental.

El Assasin se había salido de su cause.
Del escondite que había permanecido oculto por tantos años. El mayor lo entendió en aquel infante. Esa cara inocente sólo servía de camuflaje para el verdadero ser en el interior que estaba apretado en la jaula de contención que él mismo había forjado.

Lo que más temía, ahora estaba frente a sus ojos. Dos Assasins, cara a cara y ellos tres estaban en medio de su juego.

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Tengo miedo.

La espera vale la pena, ¿verdad?

Gracias por seguir aquí. Los sarangeo!

Deal - Kim Nam JoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora