Matter

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Miró por las ventanas como la nieve caía, dejando un blanquecino manto en el asfalto. Los días habían pasado más rápido de lo que pensaba y no había señal de un ataque por parte del gobierno o Min Yoon Gi. Aquello lo había mantenido alerta. Aunque agradecía enormemente que los jóvenes ocupantes de la guarida ya estarán más tranquilos, el continuaba pensando que no era bueno bajar la guardia.

JiMin había mejorado significativamente. Ya sonreía más a menudo y se distraída fácilmente con los otros dos menores que ocupaban el puesto de ser sus mejores amigos. Él en cambio, no insistió más en el pasado del chico, porque sabía que este no era agradable para el rubio y prefería su bienestar, antes que lastimarlo. Había sufrido mucho y estaba viviendo muy feliz con ellos.
Seok Jin no era capaz de hacer algo que le dañara, porque le tenía mucho cariño al igual que a Jungkook y Tae Hyung.

Aquellos tres chicos se habían vuelto parte de su vida. Penetraron tan profundo su corazón, que sentía; si en algún momento le sucedía lo más mínimo, sería su fin.

Si, quizá era una contradicción el pensar tal cosa, ya que esos mocosos vivían un riesgo día a día al enfrentarse con bandas y Clanes; al realizar las misiones que él a veces encomendaba. Pero era la única manera de conseguir sobrevivir en aquella vida. La vida que les tocó.

Cerró los ojos por unos segundos y luego los abrió. Ho Seok en esos días estaba más centrado en mantener vigilancia en los alrededores. Pasaba muy poco tiempo dentro de la estancia y dirigía un grupo que le solicitó a Seok Jin, reclutar para realizar una suma inspección. No estaba recuperado del todo de sus heridas, pero tampoco había escuchado los regaños de Nam Joon, que le pedía no siguiera arriesgando su vida. El pelirrojo estaba absolutamente negado a quedarse inmóvil y se mantenía inmutable ante las reprensiones del menor.

El segundo casi no salía de su habitación, y si lo hacía, se la pasaba deambulando en la casa o viendo como los demás jovencitos se divertían con los videojuegos. Comía poco y no participaba de nada en concreto. Sólo se limitaba a asentir de ves en cuando, responder con cortas palabras y continuar con un semblante neutro.

Seok Jin entendía perfectamente que ninguno de los dos; Ni el pelirrojo ni el castaño, estaban en las mejores condiciones sentimentales. Comprendía su situación, sabiendo la relación tan estrecha que mantenían aquellos chicos. No sería nada fácil vivir en carne ese dolor. El mismo no estaría nada bien si en algún momento la personalidad oculta en Jimin salía a la luz. Sería un golpe muy duro a su persona.

ㅡ¡Hyeong, no hagas eso!ㅡ gritó el rubio mas pequeño, golpeando uno de los hombros de un Jackson que le tomaba de las mejillas.

ㅡTe ves demasiado tierno, Jiminie. ¿No crees Tae?ㅡ preguntó el castaño al otro rubio, que asentía sacando un poco de las golosinas de la bolsa que había dejado Jackson en la pequeña mesa. ㅡ¡Oye! ¿Que te he dicho sobre tocar mis golosinas?ㅡ se quejó el mayor, apuntando al rubio más alto que se encogía de hombros y brindaba una sonrisa cuadrada. ㅡAsh, estos menores de ahora no respetan a sus mayores.

ㅡDeja de quejarte. Tu mismo les has consentido sus travesuras. No les regañes ahora.

¿Quién creería que el Jackson Wang que estaba frente a sus ojos, era el mismo que hace más de un año? El chico había madurado mucho en aquel corto periodo. Se veía más varonil y distinguido. Aunque su faceta espontánea y extrovertida seguía siendo parte de su temperamento salvaje. Le parecía distinto.

Y eso le sentaba bien.

Seok Jin sonrió. Extendió sus manos y agitó el cabello de Jack, dejando que los cuatro ocupantes del salón se vieran entre sí, impactados por la acción. Este subió las escaleras hasta el dormitorio de Nam Joon. Chocó los nudillos en la puerta y aferró el pomo entre su palma y dedos.

ㅡPase.ㅡ dijo la voz gruesa del otro lado. El mayor abrió y observó al más alto desde su posición, que se encontraba recostado en la cama con un brazo sobre la cara y una de sus rodillas flexionadas.

ㅡNam Joon...

El moreno apartó el brazo de su cara y volvió su mirada al mayor, dejándole divisar en su rostro unas finas líneas cristalinas que le recorrían desde la esquina de los ojos, arrastrándose por su sien. Seok Jin se adelantó unos pasos para estar más cerca. No quería invadir su espacio, pero Nam Joon no parecía necesitar estar sólo. Se veía sensible y débil. No podía dejarlo así en aquella habitación y aparentar que todo seguía normal.

El moreno se incorporó, quedando sentado en la orilla de la cama. Sus ojos estaban rojos y su cabello castaño parecía haber sido mesado incontables veces.

ㅡ¿Cómo se puede quitar el dolor, Seok Jin? Dime cuál es la cura, porque la necesito. Siento que es más fuerte que cuando supe su muerte. Creo que ahora me carcome más profundo.

Nam Joon era un hombre tan sincero de palabras. Un poco reservado a veces, pero sabía la causa. El no confiaba del todo en las personas que le rodeaban. Al menos no en él.

Su pensamiento fue borrado cuando el menor dejó caer su cabeza sobre el hombro del mayor, que se sentó a su lado.

ㅡNo se si exista una cura para el dolor, pero se que llorar ayuda a aliviarlo.ㅡ dijo este distraído por el simple contacto que compartían. ¿Aquello era señal de que su pensamiento anterior era una equivocación y el moreno si confiaba en él? Lo miró de reojo. Sus ojos estaban cerrados y soltaba su lamento en silencio, junto con pequeños suspiros. El mayor colocó su mano sobre la espalda contraria y profirió caricias leves sobre la espalda, invitando a que continuará su desahogo para sentirse más aliviado.
ㅡTodo estará bien.

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Los capítulos me están saliendo un poco cortos a mi parecer, en comparación a los capítulos anteriores, pero lo hago con una buena intención.

Estoy ansiosa hasta yo misma por saber como terminará está trilogia.

Creo que me moriré de los nervios!
Pero calma pueblo.

Que no panda el cúnico! Ya estamos cerca.

Gracias por seguir siendo fieles mis amados lectores.

Los sarangeo! <3

Deal - Kim Nam JoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora