XXV

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Simona: - ¿Qué? ¿Cómo que se puede morir? - Pregunté abrumada mirando a Dante que apenas abría los ojos.

Javiera: - Si es muy complicado de explicar y aún más de entender pero cuando él sufrió el accidente su cuerpo, sus huesos y sus músculos dejaron de ser los mismos, todo en él dejo de ser lo que era antes y ahora es una persona muy débil, sus defensas son bajas por eso no puede enfermarse.

Al terminar de explicarme, la miré, nuestras miradas mostraban mucha tristeza.

Javiera: - Voy a preparar la bañera, ya vuelvo, mientras tanto no dejes de hablarle, que no se duerma, qie te escuche y si te responde mejor - yo sólo asentí - avisame cuando llegue el patrón - agregó para luego dirigirse al baño.

Me quedé ahí a su lado, mirándolo, tomada de sus manos, no deje de hablarle un segundo y cuando sus ojitos querían cerrarse cambiaba mi relato para lograr su atención, sabía que me escuchaba aunque no hablará.  Al pasar unos minutos, llegó el patrón Diego con mi mamá.

Diego: - ¿Cómo está? Preguntó ingresando rápidamente a la habitación.

Simona: - Mal muy mal - dije dándole espacio para que pueda revisarlo quedándome así a un costado junto a mi madre.

Él comenzó la revisión tocando su rostro mientras lo hablaba para mantenerlo despierto.

Diego: - Dante... Ey cabezón, ¿Me escuchas? - le preguntó a lo que Dante solo movió la cabeza diciendo "si"

Diego: - Simona decile a Javiera que me preparé la bañera con hielo por favor - me dijo y eso llega Javiera diciéndole que ya estaba lista.

El patrón lo alzo y se dirigió al baño con él en sus brazos sin dejar de hablarle.

Marilina: - Lo ayudó - dijo mi madre amablemente siguiéndolo.

Diego: - Gracias Marilina - dijo para luego girarse para hablarcon Javiera - por favor Javiera cambia las sábanas y busca ropa para vestirlo.

Javiera: - Si doctor ¿Algo más? - preguntó predispuesta.

Diego: - No, Marilina me va a ayudar a bajarle la fiebre.

Se encerraron en el baño, Javiera empezó a cambiar las sábanas y yo me escape de su vista al darme cuenta que no me estaba vigilando fui hacia el baño, al llegar empujé la puerta suavemente y se abrió sin que ellos se den cuenta de mi presencia me quedé ahí observando todo, él estaba dentro de la bañera llena de agua con hielo, con sus ojos semiabiertos, con mamá y el patrón a su lado mojando su cuerpo sin dejar de hablarle.
Al finalizar, el patrón lo llevo nuevamente a la habitación, lo secaron y vistieron, Javiera fue a preparar un remedio.

Diego: - Ya bajo - dijo el patrón mirando el termómetro.

Marilina: - ¿Cómo te sientes? Preguntó mi mamá mirándolo.

Dante: - Mejor - logró decir.

Diego: - Simona quédate un ratito con él - me dijo mirándome a lo que me acerqué y ellos se alejaron para conversar, no querían que él los escuche.

Javiera vino y le dió de beber un medicamento mientras ella estaba con él decidí ir hacia donde se encontraban mi madre y el patrón para ver que estaban charlando.

- Va a hacer un escándalo pero se la vamos a dar igual... - escuché decir al patrón. 

Simona: - ¿Pasa algo malo? Pregunté preocupada.

Marilina: - Nada malo mi niña, Dante esta mejor, tranquila - dijo abrazándome.

Simona: - ¿Y entonces? - pregunté al no entender lo que había escuchado al principio.

Marilina: - No es nada malo simplemente hay que darle unas inyecciones a Dante para que no suba la fiebre... - dijo mirándome.

Diego: - El problema es que él le tiene terror a las inyecciones y aplicarselas va a estar difícil... - agregó.

Simona: - ¿Ahora, ya? Pregunté.

- Sí - respondieron al unísono.

Marilina: - Bueno, voy a preparar el inyectable.

Diego: - Voy a hablar con él - dijo yéndose a la habitación.

Javiera estaba cuidándolo, una vez que mamá preparó la inyección ambas fuimos a verlo.

- Javiera me dejas con él un rato - le dijo el patrón.

Javiera: - Si claro - dijo levantándose de la silla - me voy a la cocina, cualquier cosa me llaman, te quiero le dijo a Dante dándole un beso.

Javiera se fue a la cocina y nosotras ingresamos a la habitación.

Diego: - ¿Cómo te sentís? - le preguntó tocando su frente.

Dante: - Bien bien tío, ya estoy bien.

Diego: - Bueno mejor... Dante... Escuchame...

Dante: - ¿Qué pasa? Preguntó interesado.

Diego: - Sé que no te gustan las inyecciones... comenzó diciendo pero fue interrumpido por Dante.

Dante: - No, no, no inyecciones no por favor, tío, prometo que me portó bien, que como toda la comida, hago la terapia pero inyecciones no por favor- dijo suplicando.

Diego: - No se trata de que me prometas cosas cabezón, es un medicamento y sabes que es importante para tu salud.

Dante: - Pero no quiero, por favor, no quiero, inyecciones no - repitió nuevamente.

Diego: - Quieras o no te toca igual... - le dijo - mira hagamos así te la aplica Marilina eh, ella no te va a hacer doler como el otro médico que no te gusta - dijo para convencerlo.

Marilina: - Te prometo que no te va a doler - dijo mintiendo para convencerlo porque si que duelen las inyecciones y más estas que son fuertisimas como todos los medicamentos de Dante.

Dante: - No, no quiero.

Simona: - Ah no, yo no puedo creer esto mamá, como a un hombre como Dante le dan miedo las inyecciones - dije desafiandolo.

Dante: - No, yo no tengo miedo - me respondió.

Simona: - Ah ¿No? A mi me parece que sí.

Dante: - No tengo miedo - dijo de nuevo.

Simona: - Demostramelo entonces.

Dante: - ¿Qué?

Simona: - Que me lo demuestres, si no tenes miedo como decís deja que te pongan la inyección - dije firmemente desafiante esperando su respuesta.

El Amor Lo Cura Todo (DAMONA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora