2) De Compras

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Durante esa noche, una pequeña inquietud en Yami no lo dejaba tranquilo aunque gracias a Ra Yugi no lo notó, un mal presentimiento no se alejaba del mayor pero le restó importancia para no preocuparse.

A la mañana siguiente Yugi fue el primero en despertar, observó como su pareja aún dormía y lo abrazaba mientras mantenía una mano en su abultado vientre, el oji-amatista sonrió ante esto, alejó lentamente las manos para poder levantarse de la cama e ir al baño, se dio una rápida ducha para luego ya todo listo, bajar a preparar el desayuno antes de que Yami despierte o de lo contrario no lo dejará hacer nada y empezara a tratarlo como un bebé.

Baja las escaleras despacio y con sumo cuidado, una vez abajo suelta un suspiro y se encamina normalmente a la cocina, empieza a tararear una canción muy agradable que se le había pegado cuando la escuchó por la radio.

-Buenos días hijo mío.

-Buen día mamá!

Yugi se acercó a su madre sonriente, está le devolvió la sonrisa a medias y le besó la frente.

-¿Mamá, te pasa algo? ¿No pudiste dormir de nuevo?

-Así es mi niño pero no te preocupes que te hará daño a ti y a mi nieto, estoy segura que esta noche sí podré dormir, por cierto, el abuelo llamó diciendo que ya había conocido a varios arqueólogos famosos y gente de igual importancia también dijo que estaba muy emocionado por su discurso...Les envía saludos

-¡Ya veo! Eso es genial aunque...aun estoy preocupado por tí mamá...Ya va una semana que no puedes dormir.

-Deja eso de lado hijo, mejor preparemos el desayuno antes de que te vuelvas el bebé de Atem jajaja

-¡Mamá!

Yugi se sonrojo por lo dicho, hizo un leve puchero y camino al refrigerador para sacar algunas cosas.

La mamá de Yugi era una señora algo joven con su cabello corto de color castaño rojizo y sus ojos cafés, la relación de ambos era muy buena podían hablar de varios temas sin aburrirse junto a su abuelo, el suegro de la señora.

La señora sirvió dos tazas, una con chocolate y la otra con leche y café respectivamente. Las tostadas ya estaban en los platos con los tocino y sin olvidar el jugo de naranja puro.

Ambos empezaron a comer en silencio hasta que los pasos apresurados empezaron a sonar bajando la escalera.

-¡Yugi! ¡Gracias a Ra que estás bien!

-Buen día Yami perdón por preocuparte pero te veías tan lindo durmiendo.

-Aibou

Yami se acercó a Yugi y le dio un tierno beso en los labios, mientras tanto la señora veía esto con una sonrisa en su rostro y fingió una tos logrando llamar la atención de los jóvenes futuros padres.

-Cof cof, me darán diabetes

-¡Mamá!

-Señora Muto disculpe eso...buenos días

-Buenos días Atem y no te preocupes pero será mejor que empiecen a comer

-Es verdad, toma asiento Yami, enseguida te sirvo....

-¡No!

Gritaron al mismo tiempo la madre y la pareja de Yugi, este de lo que iba a levantarse se volvió a sentar haciendo un puchero

-Yo sólo quería...

-Tranquilo aibou, yo mismo lo hago

Dicho esto fue a la cocina y después de unos minutos sale con su plato a sentarse a un lado de Yugi para empiezar a comer tranquilamente.

-¿Irán a comprar la ropita?

-Así es, ya tenemos muchos pañales que nos han regalado pero faltan mantitas, ropitas, escarpines, biberones y varias cosas más.

-Está bien chicos

Luego de terminar de comer, los futuros padres se alistaron para salir a comprar.

-Vayan con cuidado

Salieron de la casa-tienda y caminaron tomados de la mano, posando su mano en su propio vientre, el cual se mostraba tras las prendas maternas.

-Mamá, mira su panza es muy grande

-No señales con el dedo hijo mío

Un pequeño niño de no más de 5 años, iba de la mano de su madre mientras miraba el vientre de Yugi emocionado. El cual sólo sonrió junto a su pareja, siendo correspondida por aquella madre.

Al llegar al centro comercial fueron primero a comer unas hamburguesas, porque el menor tenía sus antojos y no se podía negar.

-Aibou no crees que si combinas todo eso, te podría hacer daño.

-M-me estás diciendo.. q-que ¡¡voy A ENGORDAR!!

La pareja fue el centro de varias miradas, el mayor tomó delicadamente de las manos de su aibou para hablar en tono dulce.

-Aibou....n-nunca dije eso...

-¡¡ME ESTAS DICIENDO MENTIROSO!!

-No aibou...Yo te amo

-Aww yo también

Una sonrisa adorno el rostro de Yugi mientras que Yami tenía una gotita cayendo por su cabeza. A veces no lograba comprender los cambios de humor de su pareja.

Luego de pasar por aquella escena, a la que aún no se acostumbra del todo, fueron a varios almacenes y locales donde había ropas para bebés, cunas y todo lo necesario que unos padres deben tener.

Los tricolores compraron ropita de color neutral, ya que querían llevarse una sorpresa cuando su hijo o hija nazca, compraron algunos escarpines, mantitas y biberones, que sería primordial para el nacimiento.

Luego de hacer las compras, Yami llevó la mayoría de las bolsas de compras, Yugi por su parte, llevó unas dos bolsas que eran las menos pesadas y las más frágiles.

-¿Es todo aibou?

-Por el momento si Yami

-Bien, entonces regresemos a casa para tomar lo necesario y partir antes de que el tren nos deje.

El menor asintió con una sonrisa y se encaminaron al estacionamiento por el auto rojo de Yami.

Guardaron todas las bolsas en el auto para después ambos subirse, Yami en el asiento de conductor y Yugi de copiloto, para luego marcharse a casa.



Hola mis pervertid@s!
Aquí está el segundo capítulo
Espero sus comentarios, en el siguiente se viene más cosas interesantes.

Tren con destino a TokyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora