18
La puerta de la cabina fue abierta dando paso a los chicos tricolores, Yugi sollozaba mientras era llevado por Yami hasta donde había un asiento libre y allí lo sentó mientras limpiaba con su dedo las lágrimas que empezaban a salir de los ojos del menor.
—Chicos que ocu-
—No tengo mucho tiempo Joey
Yami había interrumpido al rubio quien algo confundido empezó a buscar con su mirada algo que sea como indicio para saber lo que ocurre.
Fue ahí cuando lo encontró, la mano izquierda del tricolor mayor, la cual limpiaba anteriormente las lágrimas de Yugi. Esa marca, esa marca que se empezaba a teñir de un color más oscuro.
Yami había sido mordido por la castaña.
Yugi no paraba de llorar aún siendo consolado por su pareja quien besaba sus labios algo agitado.
—Joey dejaré todo esto en automático, solamente cuando lleguen jalas de aquella palanca para frenar. Y por favor... Cuídalo mucho.
Besó una última los labios del menor para luego con rapidez salir de ahí cerrando la puerta tras de si y escuchar aún más el llanto de Yugi.
—¡¡Por favor Yami!! ¡¡No me dejes!!! ¡¡¡Yami!!!
El rubio junto al azabache habían abrazado a Yugi, el tricolor aún quería ir tras su pareja y solamente pudo extender su mano como intentando alcanzarlo para no dejarlo ir. La escena era tan triste y desgarradora que no pudieron evitar derramar lágrimas al igual que el de ojos amatistas que su anterior brillo y luz estaba desapareciendo al perder a alguien especial.
—Yugi....
—¡Por favor! ¡Joey, suéltame! ¡¡Yami regresa!!
Yugi estaba intentando con todas sus fuerzas soltarse del firme agarre dele unió y del menor, a través del cristal de la puerta pudo observar la ancha espalda de su pareja, deseó con todas sus fuerzas que regresará, se diera la vuelta y le sonría como siempre.
Eso fue lo que pasó, el cuerpo de Yami giró y ofreció a su pareja una hermosa sonrisa que le indicaba que todo estaría bien y con ello por unos segundos logró quedar callado de su llanto pero al ver cómo ocultaba su mirada con su flequillo sabía que no sería como pensó, Yami había dado la vuelta y corrió alejándose de su vista, provocando que el corazón de Yugi terminé por romperse junto a su garganta.
—¡¡¡Yami!!!
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Le dolía definitivamente todo aquello le dolía, la decisión que tomó fue la única solución que pudo encontrar para protegerlos, sabía que no podía ver crecer a su hijo o hija sin embargo sabía que Yugi haría un excelente trabajo con su crianza aunque se lamentaba por no poder ser participe de su vida, sabía que ese sería su costo para salvarlos.
Al ver cómo su pareja gritaba y lloraba sabía que le hacía mucho daño, él mismo se lo hacía pero intentaba dejarlo de lado. Todo esto era por su familia, sabía que Joey lo cuidaría en ese poco tiempo que se conocieron le hizo darse cuenta que dejó a su aibou en buenas manos.
Le regaló una última sonrisa a su chico que se había calmado un poco, su corazón empezó a latir muy rápido y sus ojos le picaron por las lágrimas que se empezaba a formar en sus ojos, por ello los oculto con su flequillo y apretó sus puños susurrando unas últimas palabras.
"Te amo aibou"
No pudo aguantar ver a Yugi llorar por lo que corrió, corrió hasta llegar al borde del tren donde se sostuvo que la barra mientras se hincaba y empezaba a llorar con todas sus fuerzas, lloraba al saber que terminaría así, saber que no les volvería a ver.
Yami empezó a recordar; a su mente llegaron todos los momentos que vivió con Yugi desde la primera vez que se conocieron en aquella sala de arte en la secundaria donde conversaron por horas y horas sin importar que sus clases pasarán. Cuando se hicieron novios y ocurrió su primer beso dónde ambos estuvieron tan nerviosos que fue algo torpe pero tierno a la vez. Un sollozo escapó de sus labios mientras dejaba caer sus lágrimas ante más recuerdos.
A su mente una nueva escena llegó, el día en que Yugi le dió la noticia de que iba a ser padre, aquel día había llorado de felicidad mientras se entregaban al amor nuevamente, en ningún momento había parado de besar su vientre en aquel entonces plano. Cuando habían ido a su primera ecografía, aquella diminuta manchita que se mostró en la pantalla, como después al escuchar sus suaves latidos lloró de emoción al igual de su pareja.
Todo, definitivamente todo en su vida había valido la pena, no cambiaría nada a excepción de querer seguir con su pequeña familia, poder estar en el momento del parto de su hijo o hija, al menos los cuidaría desde el cielo.
—Aibou...
Con este último susurro dejó su última lágrima caer junto a una sonrisa que jamás se borró de su rostro, Yami se había sentado en la barra para luego de sus recuerdos saber que hacía lo correcto en dar su vida para salvarlos. Sus manos soltaron la barda y dejó que su cuerpo se inclinará hacia al frente abandonado así el tren junto a su vida para proteger a su familia y amigos.
—¡¡¡Yami!!!
Algo hizo "click" dentro de Yugi y fue sabía que su pareja, su Yami ya no volvería.
Se aferró a las ropas de Joey mientras seguía llorando sin dejar de gritar el nombre de su único amor.
El rubio se dedicó a brindarle su apoyo junto a algunas caricias en espalda y cabello para tranquilizarlo aunque prefería que se desahogara pues no era bueno guardar todo eso dentro.
Hola mis pervertid@s!
Feliz de estar aquí nuevamente y espero les guste los últimos capítulos.
Los adoro
Nos vemos nwn
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Tren con destino a Tokyo
De TodoTodos conocemos las historias de zombies y toda la madre no? Pues será casi parecida.... Yami es la pareja de Yugi quién está esperando a su primer bebé, un día un virus se esparcio por la ciudad convirtiéndo a la mayoría en zombies, en su camino po...