The Vulturi's Girl |Quil Ateara| |Libro 7| de la serie: 'improntas'

CAPITULO 14

Es decir... no es como que nunca lo hubiera notado, simplemente no había querido creerlo. Algunas de las tristezas de mi vida se habían generado porque yo me sentía rechazada por mi propia madre, ya que por mas que lo intentara nada nunca parecía ser suficiente; talvez fue esta la razon por la cual sucumbí a salvarnos sin importar los demás, pues recordaba que al cabo de un año de la desaparición de mi madre yo empecé a creer que ella simplemente nos había dejado, en una discusión acalorada se lo había gritado a mi padre "ríndete, ella no quiere ser encontrada. Es así de simple" le había gritado en aquella ocasión, luego mi padre había viajado para encontrarla y no dudo que al no dar con ella el hubiera comenzado a pensar que yo tenía razon para luego decidir dejarme sola en este mundo.

Esa era la razon por la que me sentía en deuda, sentía que debía encontrarla, que debía hacerlo por mi padre, ¡Dios! Incluso habría dado mi vida para que donde fuera que estuviera, mi padre supiera que me arrepentía de haberle dicho eso aquella vez, pero mis soluciones daban asco, mis acciones solo causaban que mas culpa se acumulara en mí.

Las lágrimas que había estado evitando derramar salieron, en mi mente aparecía la palabra "estúpida" como si de un gran letrero publicitario se tratara, pues era como me sentía; pues yo me había convencido de que al menos mi madre al fin empezaba a apreciarme como su hija, alguien se arrodillo frente a mi y no tuve que retirar las manos de mi cara para reconocer a quien pertenecía aquel caluroso cuerpo que se las arregló para rodear mi cintura con sus brazos, un sollozo ahogado escapo de mis labios, pues yo también estaba tratando no generar sonido alguno, me sentía estúpida por todo, estúpida por confiar en mi madre, estúpida por  simplemente no haber dicho la verdad en un principio y estúpida incluso por estar llorando en estos momentos.

Me refugie en los brazos de Quil, preguntándome el porqué de su repentino cambio, pues mientras yo había estado hablando, había percibido una expresión de desaprobación que por fracciones de segundo aparecía en su rostro, no comprendía porque ahora me estaba consolando, pero estaba segura de que necesitaba que lo hiciera, de que el era lo que yo necesitaba.

Quil me miro con sorpresa luego de que repentinamente me apartara de él, gire mi cabeza para ver la hora en el lujoso reloj en la pared de la sala en la casa Cullen y abrí los ojos con pánico al ver que en este eran las 10:20 de la noche; dirigí mi mirada esta vez a Carlisle, el cual me miraba a la espera de que le explicara mi reacción.

-¿Qué sucede? – pregunto Alice, acercándose a mí, negué levemente tratando de pensar que deberíamos hacer ahora y termine mirando a Quil que me miraba completamente confuso.

-hoy se cumple un mes desde que salí de Volterra. – explique de manera casi audible. – es la razon por la que me fui, porque no quería revelar nada de ustedes y sabia que ya no tenía más tiempo para pensar en que otra cosa hacer.

-¿a qué te refieres? – pregunto Edward, cruzándose de brazos y adoptando una pose pensativa.

-Alec espera que me comunique con el hoy. – le explique. – si no lo hago sabrá que algo paso. – lo vi intercambiar miradas con Carlisle y del mismo modo Quil dejo de estar de rodillas ante mí para ponerse en pie e intercambiar una mirada con Sam, aunque Quil no se apartó de mí y permaneció de pie junto a mí, al lado del sillón.

-espera. – dijo Bella repentinamente mientras me miraba con el ceño levemente fruncido. - ¿Por qué estabas dando vueltas por Seattle? ¿Cómo si acaso estuvieras buscando a algo o alguien?

-se supone que Alec se encuentras allí... en caso, no sé, de cualquier cosa.

-¿Alec? – pregunto Alice también completamente confusa, yo solo asentí a sus palabras.