Six

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Liam me envolvió en vendas y film limpio para asegurar que mi tatuaje no cogiera ninguna infección. Me sonrojé mientras me colocaba mis bóxers rosa bebé sobre la inflamación de mi culo. Liam no parecía perturbado en absoluto, solo dándome una cálida sonrisa. Él me guió a través de cada paso del proceso de cuidado, diciéndome exactamente cuando podría quitar las vendas y me dio otra sonrisa cálida antes de acompañarme a la recepción para pagar.

Louis corrió enseguida hacia mí, demandando que necesitaba verlo e intentando girarme. Liam inmediatamente intervino, diciéndole que tenía que esperar a que se curara.

—Nial, cóbrale 180, ¿vale?— Liam me estaba sonriendo a mí en vez de mirar a Niall, el recepcionista, haciéndome sonrojar como un loco.

—Amigo, eso es menos de la mitad de lo que cuesta, ¿qué estas haciendo?— Niall jadeó en sorpresa, haciendo que mis ojos se abrieran de par en par.

—Woah woah, ¿por qué estás haciéndome un descuento loco?

—Cállate, Zayn. Yo soy el que está pagando por él.— Chilló Louis, golpeándome en el brazo y tapándome la boca con la mano hasta que se la lamí y él la alejó.

—Bueno, puedes pagarme de vuelta con una cita. ¿Qué te parece?— Liam sonrió, inclinándose contra el mostrador y deslizando una piruleta en su boca del bote de la mesa.

—No te ofendas, no eres mi tipo.— Louis sonrió, mirándose las uñas —un poco demasiado cachorro para mí.

—No te estaba hablando a ti, estúpido.— Respondió Niall, tirando una de las piruletas a la cabeza de Lou.

Los tres me miraron en anticipación y pude sentirme a mi mismo calentarme. No sabía que hacer o decir. Me sentía como si estuviera en una película de policías con una radiante luz brillando justo en mis ojos. Louis lucía increíblemente emocionado y aliviado de que al final no me hubiesen reconocido después de haber visto mi tatuaje. Niall parecía aburrido y totalmente desinteresado pero un poco puesto por su mejor amigo. Liam, bueno, Liam lucía suave y receptivo. Sentía demasiada presión por decir si o no y mi mente se mantuvo retratando a Carlo sonriéndome. Podía sentir los ojos grises de Carlo mirándome, juzgándome sin importar lo que respondiera.

—Yo, eh... necesito ir al baño— Murmuré, corriendo por el pasillo. Lo alcancé rápidamente, asegurándome que nadie tuviera la oportunidad de seguirme. Cerré y bloqueé la puerta despacio, sin querer parecer como que estaba en problemas o incómodo. Mi respiración era errática y no parecía que pudiera calmarla, y estaba empezando a sentir náuseas y mareos.

Me sentía 100% estúpido, prácticamente teniendo un ataque de pánico en el baño de una tienda de tatuajes por un chico pidiéndome salir. Bueno, más bien un hombre pero ya saben. A pesar de que el espejo estaba increíblemente sucio, aún podía ver mis ojos aguados y mi labio ensangrentado por donde lo había estado mordiendo hasta que se partió.

—¿Por qué estás en mi cabeza?— Mascullé para mi mismo mientras el reflejo de Carlo reemplazaba el mío. Sacudí la cabeza y cerré los ojos, abriéndolos otra vez cuando se hubo marchado. —Solo quiero seguir adelante, déjame seguir adelante.

Salpiqué agua en mi cara y tome una respiración profunda. Hubo un suave toque en la puerta del baño. Podía decir quien era solo por el delicado sonido que sus nudillos hicieron contra la puerta del baño.

—Zaynie, babe. ¿Estás bien ahí?— Preguntó Louis desde el otro lado de la puerta.

—Uhm si. Si, estoy bien.— Mentí, y desbloqueé la puerta—. Puedes entrar.

Louis entró tímidamente. Lentamente caminó hacia mi y puso sus calientes manos en mis mejillas, inclinando mi cabeza hacia arriba para que lo mirara.

—¿En serio estás bien?— Sus ojos estaban llenos de pena y honestamente solo me disgustó. Alejé sus manos son dureza. Odiaba la pena. Me hacía sentir increíblemente débil, inferior, impotente, inútil – y podía seguir. Carlo lo usaba contra mi sarcásticamente como castigo; sabía que la pena me llevaba al límite a veces.

—Dije que estoy bien.— Sabía que mis ojos estaban acuosos. —Solo sentí un poco de calor y necesitaba refrescarme. Ahora, voy a ir ahí fuera y decirle si a Liam.— Decidí, diciéndoselo a Louis muy firme.

—Babe, ¿estás seguro de que estás preparado? Quiero decir, es obvio que estabas pensando en él.

—Louis, te amo pero no soy un niño y tú no necesitas ser mi ángel guardián más. Esto es bueno para mi. Solo mira, en un par de días ya no recordaré ni su nombre.— Pasé junto a él, sabía que lo había herido un poco pero esto era algo que necesitaba hacer.

Liam todavía estaba en recepción, frunciéndole el ceño al suelo con la piruleta entre sus labios. Sabía que tenía que estar confuso, pero yo era una persona confusa así que debería acostumbrarse.

Suavemente coloqué mi mano en su bícep, tratando de no deleitarme con el hecho de que podía sentir su apretado y fuerte brazo musculoso contra mi palma. Sus ojos siguieron mi brazo hasta mi cara.

—Me encantaría ir a una cita contigo, Liam. Perdón por huir. Soy un poco raro.— Dije suavemente, añadiendo una pequeña sonrisa al final, aquella donde empujo la lengua contra los dientes.

—¿Quién quiere normalidad, de todas formas? ¿Estás libre mañana por la noche? Quizás podamos encontrarnos aquí o podría obtener tu número así puedes mandarme un mensaje con tu dirección.— Respondió, mordiéndose un poco la mejilla.

—Cálmate, babe.— Me reí, agarrando un bolígrafo del bote de Niall en la mesa antes de tomar la enorme mano de Liam entre las mías minúsculas. Escribí mi número en el dorso de su mano, él se estremeció porque al parecer le hacía cosquillas.

—No te olvides de mí, ¿si? Mándame un mensaje.— Sonreí mientras él asentía. No puedo creer que estuviera de acuerdo en ir a una cita. Finalmente lo estoy haciendo.

Tattoo - Ziam [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora