6. Yellow

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Mis manos temblaban sobre la roca, mis ojos ahogándose cada vez más mientras observaba al chico que tanto había querido. Mi mano temblorosa se acercó a su rostro y acarició su mejilla, sentir su piel bajo la mía me hacía estremecer, sus labios entreabiertos y sus ojos cerrados, tan perfecto.

—Noah.—lo animé a que abriera sus ojos y me mirara a los míos. Todo parecía tan irreal, se sentía como un sueño, como esos sueños que solía tener en el que Noah y yo caminábamos riendo tomados de la mano, pero en esta ocasión todo se real. Podía sentirlo, podía olerlo.—Siempre quise volver, por ti.—admití y tragué duro.—Pero tenía miedo, miedo a tu rechazo.—hice una mueca con mis labios y aspire profundamente tratando de tomar todo el valor posible para seguir sincerándome con el.—Nunca te deje de amar.—acaricie su mejilla con mi pulgar y volví a poner mi mano donde anteriormente estaba.

—Yo te sigo amando, a pesar de que ahora somos como dos desconocidos.—dio un paso más hacia donde me encontraba, ahora su cuerpo se posaba justo entre mis piernas y a unos centímetros de mi rostro. En ningún momento dejó de verme a los ojos y eso cada vez me ponía más nerviosa, pero yo de igual manera no podía apartar mis ojos de los suyos.—Eres mi primer amor.—soltó una suave risita que me hizo sonreír automáticamente.—¿Recuerdas cuando nos conocimos?—Noah sonrió ampliamente y yo solté una risita mientras recordaba perfectamente el día en el que nos habíamos coincidido por primera vez:

Había sido mi primer día de secundaria y yo había estado demasiado nerviosa como para hablarle a alguien ese día. Jamás había sido una persona tan sociable o con tanta facilidad de palabra, solamente me desenvolvía poco a poco con la gente que ya había conocido. Estaba sentada justo frente a los chicos que jugaban Voleibol mientras yo comía mi sándwich, de igual manera las chicas se encontraban jugando un poco más lejos; yo solamente observaba mi libro de Matemáticas mientras comía al mismo tiempo hasta que un balón voló hacia mi rostro pegándome en este. Recordaba cómo había soltado el sándwich y el libro y me tocaba la nariz sintiendo un dolor inmenso y varios tronidos proviniendo de esta , si, me habían roto la nariz, y Noah se encontraba justo frente a mi con una cara de preocupación y arrepentimiento que ahora me hacía reír. Sus manos viajaron a mi cuerpo y me cargo hasta la enfermería hasta que me tuvieron que llevar al hospital, desde ese momento Noah y yo habíamos sido inseparables.

—Hace dos días tuve un deja vú.—solté una carcajada mientras limpiaba las lágrimas que habían caído por mi rostro cuando me estaba sincerando con Noah. Siempre pasaba lo mismo cuando platicaba con el, en un momento estábamos llorando de tristeza y luego comenzábamos a llorar de la risa.

—Ya lo se, en cuanto vi que el balón había caído hacia ti dije "no otra vez, ¿ahora de quien me voy a enamorar?"—Noah bromeo y yo estallé en risas, hice mi cabello hacia mi espalda y me hice solo un poco para adelante sosteniéndome de la roca.

—No sabes lo feliz que me hace volverte a ver.—sonreí con los labios apretados mientras lo observaba, ya que estaba sentada en la roca nos encontrábamos justo a la misma altura.—Haz cambiado mucho.

—Muñeca,tu haz cambiado mucho. Estas más hermosa que nunca.—sentí mis mejillas calientes y baje la cabeza para poder esconder mi rostro en las cortinas de cabello que caían gracias a que tenía inclinada la cabeza hasta que sentí unos largos dedos en mi barbilla haciéndo levantar mi rostro.—Y estás aún más hermosa cuando te sonrojas.—una sonrisa coqueta apareció en su rostro y yo solté una suave risita avergonzada. El hecho de estar aquí con el me hacía sentir más joven de lo que era, me hacía sentir feliz, completa; no quería alejarme de él, quería estar a su lado, quería sentirme así todos los días de mi vida.

—Tu también estás muy guapo Noah, estás muy alto.—solté una risita mientras observaba como una gran sonrisa iluminaba su rostro y yo sentí que iba a derretirme, me encantaba esa sonrisa que tenía, como su nariz y sus ojos se arrugaban al compás, me ponía feliz verlo sonreír.

—¿Vamos a hacer un concurso de quien está más hermoso?—alzó una ceja y yo reí por milésima vez en el día.—Porque si es así se que yo voy a ganar.—alzó sus hombros y yo entrecerré mis ojos en burla mientras mi sonrisa se ensanchaba inconscientemente.

—Lo que tú digas Noah.—arrugué mi nariz y lo escuché reírse. Sus manos se posaron justo a un lado de mis manos recargándose en la roca para poder inclinar un poco más su cuerpo al mío.

—Quiero besarte.—abrí mis ojos debido a la sorpresa, Noah siempre había sido un chico muy directo, pero no pensé que después de tanto tiempo el seguiría siendo tan sincero.

—Hazlo.—mi boca habló por si sola y me sorprendí a mi misma en cuanto abrí mis ojos ya demasiado tarde ante lo que había dicho.

Se incorporó de donde se encontraba apoyado y caminó un pequeño paso más para acercarse a mi, mis piernas estaban a los costados de su cintura y mi respiración se entrecortó en cuanto su rostro comenzaba a acercarse al mío. Sus manos se postraron en mi cintura atrayéndome solo un poco más a él. Podía sentir su respiración chocar contra la mía y mi corazón dejó de latir en cuanto sus labios rozaron los míos; subí mis manos a su cuello y lo atraje a mi atrapando sus labios en un suave y lento beso. Mis ojos se cerraron automáticamente y en cuanto el correspondió el beso sentí que estaba en el paraíso. Sus pulgares trazaban círculos en mi cintura y mi cabeza se ladeó para poder profundizar más el beso; mi cuerpo temblaba cada que sentía su toque, era increíble como después de tantos años Noah Centineo seguía teniendo el mismo efecto en mi, le pertenecía, era suya en todos los sentidos. Yo era suya. Escuchaba a lo lejos las olas Del Mar y a las gaviotas pasar por encima de nosotros siendo testigos de aquel beso de dos personas que tanto se habían amado. Pero bueno, yo aún lo amaba.
Nos separamos poco a poco y sentí mis labios palpitar por un momento debido al tiempo en el que habíamos durado besándonos, mordí mi labio inconscientemente y el pulgar de Noah hizo que deshiciera aquella acción y que mi corazón volviera a tomar su pulso.

—Te extrañé.

Chicas aquí está el capítulo 6, muchas gracias por sus votos y comentarios, me motivan muchísimo a seguir escribiendo. Espero y les esté gustando este fanfic tanto como a mi me encanta escribirlo. Ya saben que si dejan sus votos y comentarios subiré un capítulo por diaaaaa💓 ¡Muchas gracias por leer!

Posdata: No se si se han dado cuenta pero cada capítulo tiene una canción diferente, les dejo los videos de las canciones en multimedia para que las escuchen mientras leen el capítulo. Verán que es mucho mejor leer el capítulo mientras escuchan la cancion♥️♥️

Para siempre. {Noah Centineo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora