10. Over Again.

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—Noah.—hice una pequeña mueca al verlo y un chico que cuidaba de Noah me observó por un momento y salió de la habitación dejándonos solos.

—Grace, pensé que de nuevo ya habías ido.—tragué saliva fuertemente y sentí una presión en mi pecho. Caminé con lentitud hacia la cama en donde Noah se encontraba con los ojos abiertos y los brazos extendidos en la cama.

—¿Nos vamos?—supliqué mientras me sentaba a un lado de él. Le sonreí por un momento y acerqué mi mano para acariciar su mejilla. Sus ojos se cerraron instantáneamente y un suspiro pesado salió de sus labios.

—Dios, no sabes cuando te extrañé.—su voz era ronca y lenta. El aliento a alcohol chocaba contra mi mejilla y yo hice una pequeña mueca, ¿por qué había terminado de esta manera?

—Noah, ¿por qué bebiste tanto?—dije con un tono dulce, en nuestros años de relación Noah y yo habíamos tenido unas cuantas peleas en cuanto al alcohol se trataba, más que nada por el hecho de que Noah siempre quería manejar de vuelta a casa en estado de ebriedad pero claramente ahí estaba yo para impedirlo.

—¿Tu por qué crees?—dejo su cabeza caer hacia adelante y solo alzó sus ojos para observarme entre el cabello que caía por su frente.

—No lo se, por eso te pregunto.—quite el cabello de su rostro e hice una mueca. La lámpara encendida alumbraba la habitación; sus mejillas estaban más sonrojadas de lo normal y las pequeñas venas rojas de sus ojos eran muy notorias.

—Por ti Grace, tu eres la razón, tú siempre fuiste y serás la razón. Mi razón.—lo último lo dijo en un susurro y yo creí que iba a desmayarme en cualquier momento. Noah siempre había sido un chico muy dulce y cariñoso conmigo, siempre se había cerciorado de que yo me sintiera amada y querida, y vaya que lo había logrado.

—¿Por qué yo?—pregunté con curiosidad, era muy tonta para captar las indirectas por lo que necesitaba escuchar la razón.

—Porque volviste Grace. A pesar de todo este tiempo que ha pasado sigues siendo la persona que más amo.—Noah mostró una sonrisa triste y mi corazón latió con fuerza como respuesta.—Yo no se como le haces, pero sigues causando todas esas emociones en mi. Esas malditas mariposas en el estómago.—su voz era muy lenta y sus ojos se cerraban un poco debido a la ebriedad en la que se encontraba.

—Noah, sabes que yo también te sigo amando.—tomé su mano y le di un pequeño apretón.

—Terminé con Ally.—Noah soltó y yo asentí con la cabeza lentamente.—Quiero intentarlo...contigo; de nuevo.—sus palabras eran profundas y yo solo observaba su rostro sin saber realmente qué decir. Yo quería pasar el resto de mi vida con el, fuera lo que fuera, pero ahora mismo éramos como dos desconocido.

—Tal vez podamos intentarlo de nuevo Noah.
Desde cero.—lo animé y me puse frente a él de rodillas en la cama.—Pero me gustaría tener esta conversación contigo cuando estes sobrio.—levante su cabeza con mis manos para que pudiera observarme.—¿Vamos a casa?—le mostré una pequeña sonrisa.

—Vamos a mi casa.—mencionó apenas y después de batallar como unos cinco minutos en sacar algo de su pantalón me entregó las llaves de su auto. Hice una pequeña mueca y las tomé, Matthew me mataría.

—Vamos.—Me levante de la cama y tomé mi bolso para así ayudarlo a levantarse. Posó su brazo encima de mi hombro y yo rodeé el mío en su cintura para tratar de sostenerlo, a pesar de que podía caminar bien no quería que dormitara y se cayera. Caminamos hacia las escaleras y bajamos estás con cuidado, Ryland nos observó desde el pie de la escalera y se acercó a nosotros para quitarme a Noah de encima mío y ayudarlo a caminar.

—Ryland, por favor llévalo a su auto, yo iré en un momento.—le sonreí en forma de agradecimiento y me giré hacia Noah.—Noah, voy a buscar algo, ahorita voy.—le informe y caminé lejos de donde se encontraban para así comenzar a buscar a Matthew, busque durante unos minutos hasta que lo encontré platicando animadamente con una chica.

—Dios, Grace, por fin vuelves.—me mostró una sonrisa algo apenado por haberlo encontrado con la chica, pero eso era algo que no me interesaba mucho.

—Matthew, debo irme, me surgió algo. Papá vino por mi.—mordí mi mejilla interior, no me gustaba mentir pero sabía que si Matthew se enteraba que iba a ir con Noah se negaría y me impediría ir.

—¿Todo bien?—Matthew se acercó a mi algo alarmado y yo asentí con la cabeza.

—Si, solo Natan se sentía un poco mal.—sonreí apenas y me acerqué a darle un beso en la mejilla y me despedí con la mano de la chica con la que se encontraba.—Nos vemos después.—caminé lejos de ellos y fui hacia la parte delantera de la casa, busque con la mirada el auto de Noah ya que no sabía cuál era y cuando vi a Ryland casi saltando y haciendo señas comencé a caminar hacia donde se encontraban.

—No ha dejado de preguntar por ti y eso que haz tardado cinco minutos.—Ryland dijo burlón y yo solté varias risitas mientras negaba con la cabeza.—Muchas gracias Grace.

—No agradezcas Ryland, sabes que haría lo que fuera por el.—Noah tenía los ojos cerrados y una pequeña sonrisa se formó en su rostro.—Bueno, nos vamos.—bese la mejilla de Ryland y subí al auto. Encendí este y me despedí con la mano de Ryland para así arrancar hacia la casa de Noah. Ya eran las dos de la mañana, no muy tarde pero como quiera las calles estaban solas. Trataba de recordar donde vivía, incluso un par de veces me fui por calles que no eran ya que Noah no era de mucha ayuda porque estaba rondando en el asiento del copiloto, pero finalmente pude llegar a la casa de Noah la cual era más grande de lo que recordaba. Estacione el auto y al abrir la puerta del copiloto moví el cuerpo de Noah para que se despertara.

—Ándale Noah, despierta.—se quejó y enseguida abrió los ojos poco q poco. Al verme me mostró una gran sonrisa y enseguida bajo del auto sosteniéndose de mi, me tambalee un poco ya que Noah me llevaba mucha altura y peso. Cerré la puerta del Jeep de Noah y caminamos hacia la entrada de su casa, al ver todo apagado y ningún carro me di cuenta que sus padres no se encontraban en casa, cosa que agradecía ya que no me hubiera gustado volver a verlos en una circunstancia cómo está.

Noah abrió la puerta y me dejó pasar primero. Encendió una luz y tomó mi mano para guiarme, su mano se sentía muy caliente y era muy grande a comparación de la mía, pero por una extraña razón encajaban a la perfección.

—Vamos a mi habitación.—Ordenó y yo asentí con la cabeza sin tener otra opción. Subimos las escaleras de su casa y después de tantos tropezones por parte de Noah pudimos llegar a la planta alta. Abrió la puerta de su habitación y me dejó pasar, la observé detalladamente y un aire de nostalgia me inundó, los muebles eran casi los mismos, a excepción de un televisor más grande y moderno, un mini split y un escritorio lleno de libros.

—Tantos recuerdos.—sonreí tristemente y me senté en el pie de la cama mientras Noah se quitaba los zapatos antes de aventarse de lleno a la cama. Me observó desde donde se encontraba y me mostró una gran sonrisa.

—Ya lo se, está cama tiene muchos momentos, pasó por muchas situaciones.—alzó sus cejas pícaramente y yo sentí mis mejillas arder. Le di un pequeño golpe en el estómago y negué con la cabeza.

—Grosero.—Escuché la carcajada de Noah cosa que me hizo sonreír ampliamente.

—Ven aquí.—su voz ronca me llamó y yo me acosté lentamente encima de su brazo. Nos acomodamos mejor y me di la vuelta para poder quedar frente a su rostro. Su mano atrapó un mechón de mi cabello que caía sobre mi cara y lo posó detrás de mi oreja.—Tan hermosa mi muñeca.—acarició mi cabello con sutileza y yo cerré mis ojos disfrutando de
cada caricia que el me regalaba hasta que su respiración me arrulló y gracias a sus múltiples halagos, pequeños besos en la frente y sus muchos "te extrañé" caí dormida entre sus brazos.

Bueno chicas, gracias a que llegamos a más de 15 votos en el capítulo pasado aquí les dejo el capítulo 10, espero y les guste mucho.
De igual manera por favor voten y déjenme sus comentarios, me ayudarían mucho.
Ya 800 leídas y más de 100 votos omfg, igual ya somos #4 en NoahCentineo! Muchísimas gracias por leer 💓💓💓

Para siempre. {Noah Centineo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora