18. The Scientist Parte 2

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Maratón 2/3

Con desgane quite las sábanas de encima de mi cuerpo y caminé arrastrando los pies hacia el baño, encendí la ducha y comencé a desvestirme. Hoy no sabía por qué pero tenía más pereza de lo normal, a lo mejor por el clima, estaba algo nublado, todas las nubes tapizaban el cielo con un color oscuro. Me metí a la ducha y me tomé mi tiempo, depilé mi cuerpo y baile y canté durante una hora aproximadamente, estos momentos a solas son los que más disfrutaba, me gustaba cantar y bailar, me hacía olvidar cualquier problema que apareciera a mi alrededor.

Al salir de la ducha me envolví el cuerpo con una toalla y así caminé hacia mi habitación y seque mi cuerpo sin cuidado alguno. Al terminar me puse un short y una blusa para estar cómoda mientras se daba la hora para arreglarme. Bajé las escaleras y al no ver ningún signo de vida en la casa caminé a la cocina por un vaso de agua, me estaba muriendo de sed y a decir verdad tenía bastante hambre, pero no quería comer porque sabía que con Noah tendría que comer de nuevo porque el me obligaría a hacerlo.
Caminé de regreso a mi habitación y me tumbé en la cama para así comenzar a contestar los mensajes que mi mamá y mis amigos de Nueva York me enviaban, los echaba de menos, pero estaba feliz aquí en Malibú por haberme reencontrado con unos de mis mejores amigos, Cameron y Matthew, y Realmente, a pesar de todo estaba feliz por haberme reencontrado con Noah.

El reloj marcó las dos y me levanté para alcanzar mi bolsa de maquillaje, me puse polvo en mi rostro al igual que un poco de rubor, ricé mis pestañas y les apliqué algo de rímel al igual que ponía en un labial rojo en mis labios y solamente cepillaba mis cejas -a las cuales ya le faltaban una arreglada- cuando estuve lista me di cuenta que faltaba mas de media hora para que Noah llegara por lo que me encontraba en la cama ahora viendo videos de YouTube, primero vi uno de Jeffree Star, otro de James Charles, PatrickStarrr, etcetera hasta que faltaban cinco minutos para las tres por lo que tomé mi pantalón color negro, mi blusa holgada amarilla y mis tennis blancos. Me observé en el espejo y me sonreí a mi misma al ver lo bonita y natural que me veía.

Un claxon sonó fuera de la casa y yo bajé las escaleras después de tomar mi teléfono y mi billetera en mis manos. Dejé una pequeña nota a mi padre avisándole que iría con Noah a comer y enseguida salí de la casa, al verlo en el asiento de piloto en su camioneta mi piel se erizo y creí que iba a morir, se veía bastante guapo con aquella camisa gris y pantalones de mezclilla rasgados. Subí al auto y el me mostró una gran sonrisa que yo apenas pude responderle, aunque pareciera que todo estaba normal aún estaba muy enojada por lo que había pasado con Ally.

—Hola Grace.—se acercó a mi y beso mi mejilla cosa que me hizo sonrojarme levemente.

—Hola Noah.—repetí su tono de voz y me puse el cinturón de seguridad, Noah era un muy buen conductor pero como quiera nunca hay que confiarse tanto.

—¿Lista?—preguntó y yo asentí con la cabeza lentamente. Un silencio un tanto incómodo se formó en el aire y recordé a la primera vez que salimos, así éramos, tan callados y tímidos que no éramos capaces de formular algunas cuantas palabras para comunicarnos, todo esto parecía un dejavú. Noah comenzó a conducir hacia el muelle y al pararnos en este sonreí al escuchar las olas Del Mar y a los volar por encima de mi.

—¿Mariscos?—pregunté un tanto sorprendida por su elección. Noah asintió con la cabeza y comenzó a caminar lentamente hacia la entrada del restaurant y yo le seguía a un lado de él. Noah dijo su nombre y aquel hombre que se encontraba en la entrada nos permitió el paso, entre en el lugar y mi boca casi se cae al suelo. Un restaurante en el muelle con unas hermosa vistas y por juzgar a los clientes y las muecas que hacían después de comer querría decir que estaba bastante rico. El hombre nos dirigió a nuestros asientos y le sonreí en forma de agradecimiento después de que me ayudó a sentar en mi silla.

—Se que te gustan mucho los mariscos.—sonrió cómplice y yo apreté mis labios en una sonrisa. El mesero llegó y después de debatir que era lo que íbamos a pedir ambos pedimos un cóctel y una margarita.—Bien, estamos aquí porque quería verte.—sus ojos me escanearon lentamente e inmediatamente me puse seria.—Y porque quería explicarte lo que se que viste ayer.—Me acomodé en mi asiento mejor y mi estómago dio un vuelco al recordar la manera en la que el estaba con ella.

—Habla.—dije sería, aunque sabía que a estas alturas no tenía que darme explicaciones de nada, no teníamos una relación, nuestros términos habían quedado en que lo íbamos a "intentar"

—Le pedí disculpas a Ally porque había terminado con ella de una manera muy fea.—me explicó y yo sentí un peso de encima quitarse de mis hombros.—Le llevé unas flores porque, se que son sus favoritas y me iba a ayudar mas a que me disculpara mas rápido.—apreté mis labios y asentí con la cabeza.—Grace...—alcé mi mirada y lo observé atentamente.—Ally es una persona que siempre estuvo conmigo, ella fue mi consuelo cuando mis padres se divorciaron.—su nuez se movía de arriba a abajo cuando tragó.—Por lo que no me puedo alejar de ella solo así.—me vio con ojos de dísculpa y yo negué con la cabeza. Ahora me sentía patética, por haber pensado que ellos dos habían regresado, ahora me daba cuenta que no todo el mundo giraba alrededor de mi.

—Discúlpame tu a mi Noah.—dije apenas e hice una mueca.—Perdóname por haber pensado eso de ti pero un día me dijiste que querías intentarlo y al otro te veo con Ally, obviamente iba a pensar mal.—tomé un trago de mi margarita y enseguida el mesero llegó con nuestros platos interrumpiendo un momento nuestra conversación.

—Yo lo se, fue mi error no haberte dicho.—alcanzo mi mano por encima de la mesa y le dio un apretón.— Discúlpame, realmente quiero intentarlo contigo de nuevo.—su mirada era sincera e hizo que mi corazón latiera con fuerza. Siempre caia rendida a sus pies.

—No te preocupes Noah, ahora todo está bien.—le mostré una pequeña sonrisa que fue correspondida con una sonrisa llena de felicidad de parte de Noah, le quería demasiado.

—Bien, ahora cuéntame, ¿cómo estuvo tu día de ayer?—sonrió un poco y yo comencé a comer mientras le explicaba los momentos que había pasado junto a mi familia. Me alegraba que ambos hayamos arreglado las cosas entre nosotros.

Para siempre. {Noah Centineo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora