Para siempre. {Noah Centineo}

11. Perfect.

Noah.

Mi brazo se sentía pesado y algo me hacía cosquillas en la mejilla. Abrí mis ojos lentamente y un gran dolor de cabeza me inundó, volví a cerrar los ojos para despejar mi mirada y enseguida los volví a abrir. Sentía mi cuerpo pesado y adolorido, me encontraba en mi habitación pero una respiración a un lado mío me hizo sobresaltarme un poco. Giré mi mirada al cuerpo que se encontraba a un lado mío y mi pecho se hundió, sus labios estaban entre abiertos, sus largas pestañas reposando sobre el inicio de sus mejillas y su cabello desparramado en mi brazo y la almohada. Sin tan siquiera pensarlo mis dedos ya se encontraban en su mejilla, acariciando su piel tan suave. Se veía en paz, tan hermosa, mi muñeca. No me di cuenta de cuánto tiempo había estado observándola y acariciandola hasta que sus ojos se abrieron encontrándose inmediatamente con los mío.

—Buen día muñeca.—mi voz ronca salió apenas, sentía mis ojos algo pesas y la verdad ya no sentía mi brazo, pero no quería quitarlo de debajo de la cabeza de Grace, queria que se sintiera cómoda.

—Buen día Noah.—se levanto un poco de la cama y se sentó en esta mientras observaba con los ojos entrecerrados a su alrededor. Bostezó cosa que también me hizo bostezar a mi y cubrí mi boca durante el proceso. Quise recordar lo que había sucedido anoche pero nada venía a mi mente, recordaba a Grace trayéndome a casa, pero antes de eso no recordaba nada.

—Grace...—la llamé haciendo que su cabeza se girara a verme. Tenía círculos negros debajo de sus ojos, no sabía si eran ojeras o era por el maquillaje que tenía corrido. A pesar de que recién había despertado se veía hermosa, siempre había sido una niña muy hermosa y dulce. Recordaba las veces que la presumía con todos mis amigos y amigas, cuando gritaba lo hermosa que estaba y cuanto la amaba y ella con unas mejillas rojas y una sonrisa me golpeaba en el pecho y me decía que me callara aunque yo sabia que a ella le gustaba que se lo dijera todos los días.

—¿Que pasó Noah?—me animo a seguir y yo hice una pequeña mueca, su presencia me seguía poniendo nervioso, a pesar del tiempo que había pasado lograba ponerme a temblar ante su mirada y lograba hacer un remolino en mi estómago cuando me hablaba, sonreía y reía. Era la perfección andando.

—¿Podrías contarme todo lo qué pasó anoche?—pregunté avergonzado y ella soltó un suave suspiro mientras me veía con unos ojos cansados. Asintió con la cabeza y se acomodó en la cama, girándose hacia mi para poder verme, sus ojos cafés se clavaron en los míos mientras achicaba sus ojos para
poder analizarme, la conocía muy bien, estaba tratando de saber que estaba pasando por mi mente, pero en estos momentos ella inundaba mis pensamientos.

—Ayer llegué a la fiesta, y te vi con Ally, besandose y tocándose.—hizo una mueca de disgusto y yo me sentí muy avergonzado por eso.—Después estaba hablando con Matthew y tu fuiste a donde estábamos, me dijiste que no debía estar ahí.—comenzó a jugar con sus manos, al escuchar el nombre de Matthew me hirvió la sangre y solo le quise romper la perfecta Nariz que tenía, Matthew siempre había estado detrás de mi chica, no podía permitir que después de todo este tiempo el traté de hacerlo de nuevo.—A las horas Ryland me dijo que habías tomado mucho y estabas borracho. Me dijo que te fuera a tranquilizar y así lo hice.—alzó sus hombros.—Y ahora estamos aquí.—soltó una risita y pasó sus dedos por debajo de sus ojos para quitar los restos de maquillaje que tenía. Grace me había refrescado la memoria, recordaba vagamente algunas cosas de las que me había contado pero también recordaba que había terminado mi relación con Ally:

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—Ally Necesito hablar contigo.—mi novia me mostró una gran sonrisa y se colgó de mi cuello para así darme un pequeño beso en los labios. Inmediatamente hice mi rostro a un lado y su ceño fruncido inundó mi campo de visión.

—¿Que sucede amor?—Ally me observaba y con atención y yo comencé a cuestionarme que podria decirle.

—Terminamos.—hablé lentamente gracias al alcohol que estaba en mi cuerpo y sus mejillas se pusieron rojas de la furia.

—No.—negó con la cabeza frenéticamente y ahora yo fruncí el ceño.

—No es una pregunta Ally, te estoy avisando que esto.—nos señale a ambos.—terminó.

—No me puedes hacer esto.—la voz urgente de Ally inundó mis oídos y sus ojos comenzaron a acumular lágrimas, por un momento me sentí culpable pero sabía que esto no iba a funcionar, yo le pertenecía a otra persona.

—Lo siento Ally. No puedo estar con alguien que no amo.—un sollozo salió de sus labios y mi corazón se hizo pequeño.

—¿Es por ella?—Ally pregunto y yo me di la vuelta y huí del lugar. Tomé una botella que se encontraba en la barra de la cocina y comencé a tomar, tomar, tomar y tomar.

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—Terminé con ella.—abrí mis ojos por un momento y ahora Grace se encontraba de pie frente a la cama.

—Si, me lo dijiste.—Grace apretó los labios en una sonrisa y yo sonreí de igual manera. Me sentía feliz por terminar mi relación con Ally, me sentía feliz porque el amor de mi vida estaba de regreso y haría todo lo posible para volverla a conquistar.

—¿Te parece si te invito a cenar?—sonreí sentándome en la cama y observé como tomaba mi cepillo para el cabello y comenzaba a cepillarse el suyo.

—¿Cuando?—alzó una ceja, por su expresión en el rostro la había tomado por sorpresa. Sus ojos irradiaban felicidad y yo de igual manera me sentí feliz por tenerla de nuevo aquí.

—Esta noche.—ladeé mi cabeza y le guiñé un ojo, sus mejillas se sonrojaron y mi sonrisa creció aun más.

—Está bien.—su voz fue dulce y encendió sentimientos en mi que tenía guardados desde hace seis años atrás.

Había extrañado a mi muñeca.

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