Iba a bajar, pero la puerta entreabierta de la habitación de al lado, osea la del idiota, llamo mi atención, así que decidí asomarme para ver si se encontraba. Por alguna razón no lo había visto desde ese encuentro raro en la cocina, no era que me interesará saber sobre él, pero se sentía extraño que no estuviera por allí molestando con su existencia.
Su habitación todavía no estaba muy equipada, habían cosas regadas y colgadas por todos lados, típico chico, me adentre viendo todo más de cerca, aun no le había puesto su toque personal, solo estaba impregnado el olor de su perfume y él parado en la puerta, nada interesa... ¿¡QUÉ!?
-¿Se te perdió algo?.- una sonrisa burlesca se formó en sus labios.
-Nada.- me atreví a decir ocultando mi nerviosismo. Genial, no había aparecido en todo el día y ahora estaba parado en frente de mi, arrecostado en la puerta impidiendome salir.- ¿Podrías dejarme salir?.- traté de no mirar su ojos, era hipnotizadores en cierto punto.
-¿Estas segura de que de verdad quieres salir?.- se acercaba peligrosamente a mi.
-S-Si.- me trabe, no podía sentir debilidad por este chico, así que solo caminé decidida para salir de allí, pero en un movimiento se colocó en frente de mi, manteniendo su mirada con la mía, esa sonrisa aun seguía en sus labios, al parecer a él le parecía divertido ésto, a mi no tanto. Se acercó a mi rostro, estaba empezando a cortar mi respiración, ¿a caso me iba a besar?. Al parecer la respuesta era no, solo se quedó cerca de él, solo sentía impotencia, si me besaba lo golpearia, pero si no solo me iría con una incomoda situación, pero este aun seguía ahí, mirándome, analizandome. Estaba comenzando a desesperarme, hasta que se acercó a mi oído.
-No creas que será fácil, te haré que lo desees.- susurró. Y de nuevo me encontraba con una piel erizada, ¿que le pasaba a este chico?.- Ahora vete.- se alejó de mi y se sentó en su cama.- Y cierra la puerta al salir.- dijo sin siquiera mirarme. Estaba completamente impactada, sin embargo salí de allí hacia mi habitación, creo que después si necesitaba esa fiesta con Jungkook o me mataría pensando en lo que acababa de pasar.
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Me coloque un lindo y corto vestido que hacían una buena combinación con mis botines y amarre mi cabello con una alta coleta con un poco de maquillaje en mi rostro. No exageraba con mi maquillaje, al final de la noche siempre se caería y parecía una cosa extraña. Baje pidiendo que él no se encontrará allí, busqué con mi mirada a todos lados encontrado a mi madre sentada viendo su novela como acostumbraba a hacerlo. Ella dirigio su mirada hacia mi al escuchar mis pasos.
-Saldré con Tae.- hable antes de que ella lo hiciera, así relajando su mirada.- Llegaré un poco tarde.- advertí, otra vez gane esa mirada.
-Sabes que no me gusta que llegues tarde.- recordó.- Pero es Tae, así que diviértete.- sonrió volviendo su mirada a la televisión.
-Gracias mamá.- dije antes de salir.
Camine hacía la esquina donde se encontraba parado el auto de Jungkook y subí en el.
-¿Estás lista para la diversión?.- preguntó de inmediato al yo entrar en el auto.
-Lista.- aseguré con una sonrisa.
El camino había sido entretenido, nunca me aburría con Jungkook, poseia ese don, eso y muchas cosas amaba de él.
En un abrir y cerrar de ojos ya nos encontrábamos pisando la casa donde la fiesta realizaba con adolescentes borrachos haciendo cosas indebidas ante la vista pública, música alta y con mucho alcohol, lo cual a Jungkook le interesó de inmediato. Tomó mi mano y nos dirigimos hacía la mesa donde se encontraban las bebidas, él agarró un tragó y en un par de segundos lo ingirió, me ofreció uno y yo negué.
-¿Estás segura?.- me pregunto extraño con el trago en sus manos. En todo el tiempo que llevaba con Jungkook nunca habia rechazado emborracharme con él, sin embargo Hoseok vino a mi mente otra vez, así que no lo dude una segunda vez y la tomé, haciendo que el líquido quemará mi garganta.- Esa es mi chica.- dijo orgulloso.
Y así paso la noche, cada vez estábamos más y más borrachos, Jungkook más que yo, decía tonterías las cuales a mi me hacían reír, era tierno cuando se emborrachaba y me encantaba, al igual que cuando estaba sobrio.
-Amor, eres una linda y hermosa flor.- se le complicaba decir las cosas, sin embargo le entendía.
-Jungkook eres un idiota.- sonreí al verlo descansar en mi hombro.
-Pero soy tuyo, ¿a caso no te gustó?.- hizo un puchero el cual me causó gracia.
-Me gustas y mucho.- susurre. Estaba hablando con un borracho que tal vez mañana no recordaría nada, sin embargo me gustaba decírselo. Me levanté del sofá que se encontraba en medio de la gran fiesta, ya casi no quedaba gente, lo que significaba lo obvio.- Debemos irnos.- él se acostó ignorando lo que dije, vi como se dormía poco a poco.
-Si quieres puedes dejarlo aquí.- dijo Namjoon el cual estaba borracho, pero aun tenia sus sentidos alertas. Él era mejor amigo de Jungkook, así que no me preocupe en decirle que si, él estaría bien aqui.- Tu también puedes quedarte si así lo deseas.- ofreció.
-No, debo irme.- dije.- Cuidalo bien.- señalé a Jungkook.- Adiós.- me despedí.
Mi única opción fue irme caminado, hubiera tomado el auto de Jungkook pero no lo dejaría sin el.