-Una vez más lo siento por eso, yo lo debía recibir.- todo lo que había quedado del día Jimin se había estado disculpando por lo sucedido.
-Ya paso Jimin, no debes preocuparte.- sonreí.
-Oh, mamá vino a buscarme, eso es extraño.- dijo.- ¿Quieres que te lleve a casa?.- preguntó.
-No, yo iré caminando.- respondí.
-Eres terca.- me abrazó.- Hasta mañana.- sonrió caminando al auto de su madre. Le hubiera dicho que si pero ellos iban a una dirección contraria a mi casa y no quería desviarlos, pero por otro lado no soportaba mi cabeza debido al golpe, Min tenía unos puños fuertes, pero ese no era el caso. Me encontraba con un gran y caliente sol que a penas me dejaba abrir los ojos, con un fuerte dolor de cabeza y con unos pies completamente cansados, justamente hoy olvidé traer dinero para pagar el autobús, el universo no está de ganas hoy. O eso pensé cuando vi que en un auto se ponía al lado de mi bajando la ventanilla.
-¿Subes?.- Lo miré sorprendida ante su pregunta.
-No gracias.- respondí cortante. Eso no montarte en un auto con la misma persona que te golpeó no era buena idea.
-Esta bien.- arrancó el auto a toda velocidad. Tal vez si suplicaba un poco más yo hubiera aceptado esa loca idea de subirme, pero por lo que se ve no le gusta suplicar.
-Te han abandonado ¿eh?.- voltee a ver la motocicleta a mi lado. No podía ser cierto.- ¿Quieres que te lleve?.- sonrió.
Estaba completamente loca, pero esto supera mis límites. Me encontraba en una motocicleta a toda velocidad con Seokjin, si, el de la fiesta y el mismo que golpeó a Hoseok. No pude negarme, por obvias razones. Él evitó preguntarme sobre mi moreton, hasta que estábamos en frente de mi casa.
-¿Hoseok te golpeó?.- rompió el silencio.
-No, él no lo hizo, solo fue un accidente.- me encogi de hombros. No le daría ninguna explicación a una persona que a penas conozco. Si, se lo que piensan, te montaste en una motocicleta con él, pero son circunstancias distintas.
-Es lo que todas dicen.- miro al frente y luego a mi.- Pues ya me iré, espero no tengas otro accidente.- guiño el ojo y luego arrancó la moto dejando humo por donde pasó.
Entré a casa ignorando lo que acababa de pasar, ¿como podía pensar que Hoseok me golpearia?, reí ante la tonta imagen.
-¿¡Que coño hacías en la motocicleta del maldito de Seokjin!?.- gritó Hoseok bajando las escaleras. Levanté mi mirada y su expresión cambio drásticamente al ver mi rostro con el golpe.- ¿Él te lo hizo?.- yo aun seguía completamente quieta.- Lo voy a matar.- dijo al no escuchar ninguna respuesta de mi parte, pero reaccione antes de que saliera por la puerta deteniéndolo con la mano en su pecho.
-No fue él.- él suspiró aliviado, pero aun seguía tenso.
-¿Entonces quien fue?.- preguntó.
Empece a explicarle todo, él me escuchaba con atención solo para escuchar el nombre de quien lo habia echo, pero no se lo dije. Si así reaccionó con Seokjin como reaccionaria con un desconocido.
-¿No piensas decirme el nombre?.- preguntó por quinta vez.
Negué y él suspiró rendido.
-Esta bien.- se levantó del sofá.- Buscaré hielo-.
-No hace falta, ponerme hielo hace que me duela más.- me levanté.- Ire a dormir, tal vez se me pasé el dolor.- subí las escaleras llegando a mi habitación, así tirandome en la cama, quedando dormida de inmediato.