-¡Estás loca!.- exclamó Taehyung al contarle sobre la decisión que tomaría al respecto del asunto que me había dado vueltas este finde semana. Había sido difícil por los constantes mensajes de Jungkook sobre la plática pendiente sobre nosotros o los puertazos que Hoseok dada en mi habitación para hablar.
Estaba tratando de evitar mis problemas para encontrar una solución ¿que irónico no?. Para mi resultaba una buena idea, sin embargo para Tae era una terrible y pésima idea.
-Ya tomé mi decisión.- guardé los libros en mi bolso levantandome de mi asiento.
-No lo hagas, te arrepentirás.- Tae caminó junto a mi en los pasillos.
-Está decidido.- dije firme.
-Esta bien, entonces suerte.- palmeo mi hombro y se perdió entre los estudiantes que caminaban por allí, no entendí hasta que vi como Jungkook se dirigía hacia mi, tenía ojeras y lucia cansado.
-Hillie.- suspiro.- ¿Es momento de hablar?.- asenti.- Entonces vamos.- señaló con su cabeza hacia la cafetería y caminé a su lado.
-Bien...- una vez sentados tomé aire para hablar pero él me interrumpió.
-Déjame hablar a mi primero-.
-No.- dije de inmediato.- Si lo haces no creo que pueda decir nada después.- Jungkook asintió dándome el permiso para hablar.- Creo que debemos terminar.- él miró con sorpresa.
-¿Acaso ya no te gustó?.- preguntó casi en un susurro.
-Yo...- suspire con frustración.- Yo no lo sé.- dije cabizbaja.
-Entonces no digas que terminamos, solo déjame intentarlo una vez más, se que mis celos son fastidiosos, trataré de cambiar y...-
-Jungkook, no quiero que cambies por mi, no eres tu el problema.- lo interrumpi.
-Tu tampoco eres el problema, Hillie, por favor, no me dejes, sabes que eres lo más maravilloso que ha llegado a mi vida.- tomó mi mano.- Por favor.- sus ojos estaban cristalizados, odiaba que llorará, ocultaba toda su luz a través de sus hermosos ojos, pero era lo correcto, si no lo hacía el daño sería peor que ahora.
-Lo siento.- solté su agarre y salí a paso rápido de la cafetería ignorando los gritos de Jungkook.
Ahora no sabía a donde ir, Taehyung seguro estaba con su novia y no quería interrumpirlos, ya había ocupado mucho de él estas semanas sintiéndome mal.
Y Jimin posiblemente estaría molesto por como lo había tratado la última vez, estaba sola, llorando en uno de los cubículos del baño del colegio, pensando en si podría aguantar hablar con Hoseok, ya esto había sido fuerte, ¿con él será igual de doloroso?.
-¿Hillie?.- mis pensamientos se fueron al escuchar esa voz, solo opté por tapar mi boca ocultando mis sollozos, no tenía fuerzas para discutir con ese idiota y menos para que me viera así.- Se que estás aquí, te vi entrar.- seguí ignorandolo.- Sal o abriré todos los cubículos hasta encontrarte.- seguro bromeaba y se cansaría.- Bien, tu lo quisiste.- de repente escuche como cada uno de los cubículos se abría, acercándose al mío.
-Ya, aquí estoy.- abrí y me dirigí de inmediato al lavado.- ¿Que demonios haces aquí?.- espete con mi voz gruesa por el llanto, quería seguir llorando y desahogarme sola, pero Seokjin no me lo iba a permitir.
-Te vi llorar y entrar aquí, quise saber que te pasaba.- una voz seca salió de mi parte.
-No necesito tu ayuda.- iba a salir pero tomó mi muñeca deteniendome.
-Se que fui un idiota contigo, muy idiota, pero de verdad quiero saber que te pasa.- lucia sincero, pero él no era la persona indicada para desahogarme.
