Capítulo XXXI: Inicio del Juego.

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8:45 p.m. (3 horas y 15 minutos para la batalla)

Llegando al estacionamiento de aquel sitio abandonado -en teoría- todo parecía ir en marcha. No había rastros de allanamiento. Además de que por la apriencia no habían sido habitados desde hace unos buenos años. Parecía todo en completa calma hasta que una sombra se proyecto en una de las ventanas del segundo piso del edificio.

Camila: Quédate aquí -se dirigió al chico-. Si pasa algo malo intentaré llamarte, si puedes por favor quédate cerca.

Shawn: Ten mucho cuidado, Mila -miró a la sombra que seguía de pie-. Recuerda que él no puede dominar tus pensamientos.

Asintió tratando de creer en las palabras del chico.

Camila: Te quiero, Shawn -dejó un beso en su mejilla rosada-. Si no salgo librada de esto intenta no morir.

Recibió un mensaje.

        Cheechee ♥: [8:50 p.m.] Me estoy cansando de esperarte, Cabello. Muévete o acabo con todo.

Camila: Llegó la hora -bajó del auto. Antes de irse volvió a asomar su cabeza por la ventana-. Y dile a Lauren que apesta por dejarme sola.

Sin esperar respuesta se encaminó a la entrada principal del lugar. La sombra desapareció del ventanal cuando se acercó a los escalones. Subió por ellos y entró de lleno al sitio.
Varias veces pasó por su mente la imagen de ella cayendo desde lo alto de unas escaleras. Sabía lo que pasaba, Brad jugaba con su mente.

Sin ver absolutamente nada tomó la pequeña linterna de su teléfono. El suelo de madera desgastada sonaba llenando el espacio de un eco abrumador. Daba miedo. Daba la sensación de que pronto morirías o te encontrarías a alguien que no quieres encontrar.

Camila: ¿Brad? Sal de una puta vez y acabemos con esto.

Con sus ojos abiertos como platos escuchó quejidos de dos personas. Eran un chico y una chica. No sabía de donde venían, pero no debían estar lejos.

Camila: ¿Hola? -volvió a hablar- ¿Quiénes están ahí?

-Mi-Mila...

Camila: ¿Keana? -miedo- ¿En dónde estás?

Keana: No hay ti-tiempo. Busca a ese idiota y acaba con él.

Camila: ¿Quién está contigo? -aún no localizaba los cuerpos.

Keana: Es Adam. Está más jodido que yo. Ve por Brad y-y mátalo.

Camila: ¿Seguros que estarán bien? -la chica estaba al borde de las lágrimas. Ahora ellos pagaban las consecuencias de sus actos.

Ellos no lo merecían. Nadie lo merecía.

Keana: Sí. Vete, o es capaz de matar a tu amiga.

Otro mensaje.

         Cheechee ♥: [9:00 p.m.] Deja de jugar a la buena samaritana. Han pasado veinte minutos.
         Cheechee ♥: [9:02 p.m.] Quizás Dinah esté muerta.

Camila: Volveré por ustedes dos -habló a la nada-. Es una promesa.

Volvía a ponerse en marcha. Sus pies le exigían salir corriendo de aquel tétrico sitio, pero por más que quisiese ser una cobarde esta vez no se daría el lujo de complacer sus emociones. Esta vez le daría una oportunidad a los demás.

A Sacred OathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora