Capítulo VI: El Primer Roce.

229 17 0
                                    

N/A: Cuando les indique reproducen la canción de arriba. Los amo :3

******

Octubre 23, 2015. Miami Florida, EUA.

POV Camila.

Hoy veríamos el partido donde Lauren sería la estrella -de nuevo-, jugaba demasiado bien y sobre todo siempre concentrada. Tenía entendido que lo que más le gustaba era el deporte ¿qué mejor que ser la estrella del equipo de baseball del instituto? Antes de dirigirme a las gradas fui a vestidor, tal vez sólo quería desearle buena suerte. Entré y estaba repleto de chicas preparándose, algunas más nerviosas que otras, eran buenas, pero no como ella y todo el instituto lo sabía.

No la encontraba por ningún sitio. ¿Habrá llegado ya?

-¿Se te perdió algo? -me sobresalté mientras ella tocaba mi hombro.

-¿Por qué siempre me asustas? - me llevé una mano al pecho.

-Lo lamento, eres muy fácil de asustar, deberías de trabajar en eso. No es bueno que tu mente quiera jugar tanto contigo.

-Tal vez si me avisaras antes de estar tras de mí esto no pasaría -dije.

-Si, tienes razón -respondió.

-Sólo avisa la próxima vez, por favor. Uno de estos días moriré de un infarto.

-Amo tu exageración, ángel -habló- Pero bueno... ¿me necesitabas?

-¿Yo?

-Si, tonta. Tú. ¿O qué haces aquí?

-Creí que la escuela era un espacio libre.

-Y lo es, pero no eres de andar mucho por estos rumbos y ambas sabemos que eres un pésima deportista -soltó- Anda... ya dime.

-Quise venir a verte.

-¿Ah si?

-Claro, pero ésta vez vine antes para... para...

-¿Para?

-Quiero desearte buena suerte, sé que eres la mejor y que no lo necesitas, pero nunca está de más -me acerqué y planté un beso fugaz en su mejilla- Mucha suerte, Jauregui. Acábalos.

-Lo haré, Camz. ¿Ganaré algo?

-Creo que con ese beso fue suficiente.

-Mmmm... creo que te costará más que eso.

-¿Qué quieres, Lauren?

-Hagamos una cosa... si anoto la carrera que nos lleve a semifinales tú me darás un beso.

-Puedo hacer eso -dije- Es fácil.

-Pero -hizo una pausa- en los labios.

-Ah no ni l... -me calló.

-Shhh, estoy hablando -dijo- Si no lo hago y ganamos antes de que yo batee, haré lo que me pidas por un mes entero ¿qué tal?

-¿Un mes? -dije.

-Un mes a tu dulce disposición.

-¿No crees que te encantan las apuestas?

-Sólo en las que sé que voy a ganar -dijo- Y bien.. ¿qué dices? -estiró su mano derecha y la estreché para decir...

-Trato hecho, Jauregui.

Salí de los vestidores y vi a las chicas ya en las gradas, llevaban un montón de snacks y había cuatro vasos de refresco. Al menos esta vez se acordaron de mí. Me dirigí a paso veloz hacia ellas pasando de lado a más personas de las que había normalmente, era un partido que decidiría que equipo pasaría a la siguiente etapa -que eran semifinales-, nuestro instituto nunca había llegado tan lejos -hasta la llegada de mi pequeño demonio claro está-, el equipo siempre fue un rotundo fracaso, no tenían coordinación alguna, al menos era lo que se escuchaba. No acostumbraba a involucrarme mucho en ello, tenía mejores cosas por hacer que ir viendo chicas golpear una pelota y echarse a correr.

A Sacred OathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora